Nanni Moretti, con el corazón dividido entre la comedia y el drama, pero más propenso esta vez a lo segundo, se ofrece en una entrega actualizada que rezuma más elaboración e intimidad aunque mantiene una aparente sencillez.
El italiano parece apartar un poco el entusiasmo para refugiarse en la serenidad a la hora de trasladar el dolor, por la muerte anunciada de una madre, en dos hermanos, uno al que da vida él mismo y otro que intepreta Margherita Buy. Ella le permite explotar las posibilidades del cine dentro del cine, aunque siempre pegado a la realidad, como pretende su ficticia realizadora. En ese contexto, se luce John Turturro, el contrapunto colorista y exaltado de la película.