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La mirada acero azul está de moda

Quince años después, Derek Zoolander regresa a un mundo a su medida: una sociedad narcisista, en la que impera la obsesión por hacerse un "selfi" y obtener muchos "me gusta" en las redes sociales. Sin embargo, esta secuela ha sido recibida con tanta división de opiniones como la primera

Ben Stiller, Owen Wilson y Penélope Cruz, en "Zoolander 2" // Wilson Webb

Cuando se estrenó "Zoolander", en septiembre de 2001, todavía humeaban los escombros de las Torres Gemelas. En estos quince años, el mundo se ha convertido en un lugar más conectado, dominado por los teléfonos inteligentes y las redes sociales, y también más narcisista. "Zoolander No. 2" llega hoy a las pantallas españolas con la intención de obtener el éxito comercial que se le escapó hace quince años, aunque su huella en la cultura popular ha sido indudable. De momento, la crítica anglosajona ha recibido esta comedia con división de opiniones, más o menos como la primera.

Ben Stiller, que sigue siendo el director, coguionista y protagonista, reconoció en su reciente visita promocional a España que la vanidad "se ha exacerbado" en estos últimos años, facilitada por los teléfonos móviles inteligentes y redes sociales como Instagram, Twitter y Facebook. Su compañero en la ficción, Owen Wilson, que vuelve a dar vida al modelo Hansel, ha dicho que su personaje y Derek Zoolander (Ben Stiller) "hacen que la gente se sienta algo mejor al verlos mismos porque piensan que al menos no son tan vanidosos como ellos".

Ver cómo se desenvuelven estos dos modelos "ridículamente guapos", especialmente Stiller y su repertorio de miradas -Magnum, Ferrari, Le Tigre y Acero Azul-, en la era de los "selfi" y los "me gusta" es uno de los alicientes de la película. También lo son los cameos de famosos: si en la primera aparecieron Paris Hilton, Tom Ford y David Bowie, para esta ha habido cola para apuntarse. Para no matar el efecto sorpresa solo diremos que en la escena inicial estará el amado/odiado Justin Bieber, la modelo Kate Moss, los diseñadores Valentino y Marc Jacobs y Anna Wintour, editora de la revista "Vogue" en Estados Unidos. Fue esta última, fan de la primera película, la que convenció a Valentino para que dejara a Stiller y a Wilson irrumpir en uno de sus desfiles en París antes del rodaje, una maniobra que fue el pistoletazo de salida promocional.

Además de Stiller y Wilson, que tres años después de "Zoolander" protagonizaron la versión cinematográfica -y paródica- de la serie de los setenta "Starsky & Hutch", también repite Will Ferrell en el papel del villano Mugatu. La principal novedad en el reparto es la presencia de Penélope Cruz en el papel de Valentina Valencia, una agente de la división de moda de la Interpol.

Como ocurre en la saga "Torrente", lo de menos es el argumento; y lo de más, la continua sucesión de cameos y bromas. Parte de la crítica anglosajona ha laminado el filme por esa serie de "gags reciclados" y "cameos interminables" ("Variety") que convertirían esta secuela en "bochornosa, perezosa y agresivamente carente de gracia" ("Entertainment Weekly"), mientras que otros la valoran como "divertida, estúpida y adorablemente provocativa" ("Time Out").

Como película de culto que es, "Zoolander No. 2" convencerá a los que ya son fans y han estado estos días ensayado frente al espejo la célebre "mirada acero azul": mordiendo sus carrillos, frunciendo el ceño y poniendo ojos penetrantes. Si tú lo estás haciendo ahora, tal vez seas también un zoolander.

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