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Los niños japoneses tienen que leer esto

El manga "Pies descalzos", de Keiji Nakazawa, cuya edición acaba de completarse en España, narra el bombardeo atómico sobre Hiroshima y durante décadas ha sido lectura obligatoria para los escolares de Japón

A la muerte de Nakazawa, en 2012, dejó de ser lectura abligatoria

Qué tienen en común "El gran Gatsby", de Scout Fitzgerald; "El lobo estepario", de Herman Hesse; "El coronel no tiene quien le escriba", de Gabriel García Márquez, y "La Celestina", de Fernando de Rojas? Todas ellas son, o han sido durante muchos años, lecturas obligatorias en los centros escolares de sus países de origen: Estados Unidos, Alemania, Colombia, España... Son, sin discusión, grandes obras de la literatura universal. Pero si en este contexto preguntamos qué es "Pies descalzos", la gran mayoría pensará en uno de los primeros discos de Shakira. Pero "Pies descalzos" ha sido, durante tres décadas, lectura obligada en los institutos japoneses: un cómic, con apariencia de manga clásico, dibujado y escrito por Keiji Nakazawa, se coló en el selecto grupo de obras consideradas clásicos universales. Unas 2.500 páginas, que en España comenzaron a reeditarse, divididas en cuatro tomos, el pasado verano. El cuarto volumen, el que completa la epopeya de su protagonista, llamado Gen, salió la venta en enero. ¿Qué tiene "Pies descalzos" que lo hace lectura obligada?

Keiji Nakazawa nació en 1939, en Hiroshima. Su padre era un activista antibélico y había estado más de un año en la cárcel por rechazar la participación de Japón en la II Guerra Mundial. Esto hizo que su familia tuviese graves problemas económicos y que fuese repudiada por sus vecinos y familiares. El 6 de agosto de 1945, Nakazawa se dirigía a la escuela -en plena guerra no había vacaciones escolares- cuando la madre de un compañero lo detuvo para preguntarle algo. Él estaba junto a un gran muro de hormigón, a la entrada del centro. Fue su salvación. En ese momento, el bombardero B-29 bautizado como "Enola Gay" arrojaba sobre la ciudad, que entonces tenía unos 250.000 habitantes, la bomba atómica. "Se produjo un fuerte destello. El centro era de color blanco puro, luego blanco azulado, y acababa en rojo anaranjado. Lo vi durante un instante, y después no recuerdo más", relataba Nakazawa en una entrevista a "The Comics Journal" en 2003. A continuación, sólo hubo oscuridad. Cuando el niño volvió en sí, "parecía de noche". Estaba bajo un montón de escombros, con la mujer con la que hablaba, carbonizada a su lado. Más de 70.000 personas habían perecido en un instante. Miles más estaban malheridas, afectadas por los misteriosos males fruto de la radiación.

Stefan Zweig describe en "El mundo de ayer" la primera mitad del siglo XX como "la más terrible derrota de la razón y el más enfervorizado triunfo de la brutalidad". Primo Levi e Imre Kerstész relataron el horror en sus libros sobre los campos de exterminio nazis. Los gulags soviéticos tuvieron a Solzhenitsyn y a Gustaw Herling-Grudzinski como testigos directos. El gran cronista del bombardeo atómico es Keiji Nakazawa. Bajo la apariencia de un manga infantil, con una propensión al humor que a veces parece fuera de lugar, "Pies descalzos" es una obra muy dura, que conmociona, que transporta al lector a un apocalipsis que no fue imaginario, y sí muy real. Lo hace sin censura alguna. Las viñetas infantiles del inicio del relato acaban haciéndose insoportablemente adultas cuando muestran la miseria, la muerte, el sufrimiento y la destrucción del bombardeo atómico.

Infierno

Nakazawa, cuyo alter ego en la obra es el protagonista, Gen, vivió el infierno con sólo 6 años. "Había multitud de personas caminando en silencio, como si fuese un desfile de fantasmas. Su piel estaba toda en tiras, se les había derretido. Pero la piel humana es algo bastante increíble. Se pela completamente, hasta llegar a las uñas. Ahí se queda colgando. Las personas que veía caminaban con los brazos y las manos extendidos, arrastrando la piel por el suelo". Ese día, el autor perdió a su padre y a dos de sus hermanos como consecuencia de la ola de incendios posterior a la explosión de la bomba. Su madre sobrevivió. Estaba en avanzado estado de gestación, y cuando se encontraron, había dado a luz, en soledad, tras ver cómo su familia se quemaba viva, en los escombros de su casa.

Durante años Nakazawa quiso olvidar su pasado. Ser un "hibakusha" (víctima de la bomba atómica) era un verdadero estigma en Japón. Mucha gente consideraba que las enfermedades de los supervivientes eran contagiosas. Películas como "Godzilla" no son más que el reflejo de este temor a todo lo que tuviese que ver con la radiación.

En 1966, tras la muerte de su madre, el dibujante se hizo cargo de sus restos tras la incineración. Lo normal era que quedasen huesos entre las cenizas. De su madre no quedaba nada más que un polvo muy fino. Antes de morir, ya sus huesos apenas podían sujetarla. Fue entonces cuando Nakazawa echó la vista atrás y se reconcilió con lo ocurrido. Empezó a publicar historias relacionadas con la vida en Hiroshima tras el bombardeo (la serie "Lluvia negra"). A petición de uno de sus editores, publicó, dentro de una colección dedicada a la biografía de algunos autores, el cómic "Ore wa mita", es decir, "Yo lo vi". Casi 50 páginas en las que narraba lo que había vivido en su niñez, sobre todo el día del bombardeo. Animado por amigos y editores, su relato de la vida en el Japón imperial de la guerra y en los años que siguieron a la derrota se transformó en la serie "Hadashi no Gen", "Gen de los pies descalzos", ahora "Pies descalzos" en la reedición publicada por "Debolsillo". Páginas llenas de experiencias traumáticas que, pese a todo, acaban siendo un canto a la vida. Todo lo que le ocurre a Gen le pasó al autor, o bien "a mis conocidos".

El cómic, crítico con el belicismo japonés, así como con los americanos, a los que acusa de haber utilizado a la población civil de Hiroshima y Nagasaki como "cobayas", fue retirado por el nuevo Gobierno nipón de la lista de lecturas obligatorias. Lo hizo tras la muerte de Nakazawa, en 2012. Pese a ello, "Pies descalzos" sigue siendo una obra utilizada masivamente en los centros educativos nipones. Más de quince millones de japoneses la han leído.

Ahora, tras completarse la reedición en español, también tenemos la gran oportunidad de sufrir, reír, animar y reconfortar a ese héroe estoico que es Gen, el de los pies descalzos. Artistas de la talla de Art Spiegelman y Robert Crumb la califican como una de las obras gráficas "más importantes de todos los tiempos". Podemos disfrutarla desde nuestra casa, esa que Nakazawa perdió para siempre el 6 de agosto de 1945.

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