La cantautora murciana Alondra Bentley
Debutó en clave folk con "Ashfield Avenue" (2009), un LP editado por Absolute Beginners, sello valenciano del que se marchó con polémica. Después llegaron "It's Holidays" (destinado al público infantil) y "The Garden Room", ambos en 2012, pero es "Resolutions", el álbum que edito en 2015, el que da la verdadera medida de sus posibilidades. Grabado en Richmond, en el estudio del colectivo Spacebomb y con Matthew E. White como productor, significa un paso adelante que despeja el futuro para Alondra Bentley.
-Todo el mundo coincide en que este disco abre una nueva etapa para ti. ¿Es así?
-Sí. Aparte del proceso de producción y grabación, que ha sido muy especial, a la hora de componer las canciones he intentado salir de mi zona de confort. Una vez lo haces y te sientes cómoda, ya no quieres volver atrás. Marca un antes y un después, pero no en cuanto a estilo, sino por el hecho de esforzarme en buscar cosas diferentes. De hecho, el disco iba a llamarse "Effort and joy", como uno de los temas.
-Aunque tenías ofertas, no grabaste "Ashfield Avenue" hasta poder hacerlo como querías. ¿Lo tenías igual de claro esta vez o estabas más abierta a lo que sucediera durante el proceso de grabación?
-Al principio estaba un poco bloqueada. El primer disco es muy intuitivo, y no tienes referencias porque no has hecho nada antes. El segundo fue de consolidación, aunque dentro un terreno muy seguro, una evolución lógica, pero en el tercero podía ir en cualquier dirección. Ha sido la primera vez en que lo que tenía en la cabeza y lo que ha resultado después está muy cerca, más que nunca, y eso es complicado, porque en el estudio es fácil dejarse llevar. Matthew ha sido un puente entre mis ideas y yo misma, me ayudó mucho a materializar lo que buscaba. En los meses previos intercambiamos ideas únicamente mediante mails de texto, sin música. Eran muy claros, con referencias, influencias, instrumentos a utilizar? Pero hasta que no grabas no sabes que va a pasar.
-¿Cómo surgió grabar con Matthew? El disco de Natalie Prass se retraso a causa de su apretada agenda.
-Yo pospuse la grabación para poder trabajar con él. Le conocí cuando vino a presentar "Big Inner". En el vinilo hay una carta hablando de Richmond y Spacebomb, que no solo es un sello, sino una comunidad de artistas. Daban ganas de ir. El disco es muy clásico, pero suena contemporáneo, y eso me gusto mucho. Cuando leí aquello, pensé que quizá grabaran con más gente, pero aun no había salido el disco de Natalie Prass. Coincidimos en Ourense, le pregunté y dijo que era la primera en hacerlo. Me vio en directo, me explicó su agenda y tuve que esperar varios meses. Valió la pena, porque aparte de usar su estudio y su banda, a la que se sumó Daniel Clarke (Kd lang, Ryan Adams), me abrieron las puertas de su casa. Verles tocar es lo más emocionante que me ha pasado en la vida.
-¿Qué has aprendido de la experiencia?
-Aprendí muchos detalles técnicos, ideas? Son muy creativos. Y tienen sus trucos de grabación, que te explican, pero que no se pueden contar (risas). Es como una marca de Spacebomb, solo ellos pueden hacerlos. Y es cierto que luego también los he escuchado en el disco de Natalie Prass. Aprendí que ponerte el listón muy alto a nivel creativo merece la pena. Esa es la lección más valiosa.
-Tú lo has dicho: el listón queda muy alto. Y ahora, ¿qué?
-Como dice Charlie Brown, ya me estresaré mañana por los problemas de mañana. Hoy me estreso por los de hoy. Suficiente listón es ya el directo, porque tocar este disco supone también que la banda se reinvente. Sigo con Xema Fuertes y Cayo Bellveser, y se han unido el trompetista Pepe Andreu (elbicho) y el batería Toni Blanes (Arthur Caravan, Las Víctimas Civiles). Además, yo he sustituido la guitarra acústica por el teclado y otros elementos.
-Es un reto, porque no puedes girar con los musicos americanos que han grabado el disco. Como estais adaptando el sonido y el repertorio previo?
-Hay un nexo de unión, porque todas las canciones las ha escrito la misma persona, pero en lenguajes distintos, lo que enriquece el concierto, porque hay un momento más orgánico y juguetón con las canciones anteriores y también la energía más luminosa de este disco.
-Cuando debutaste había muchas cantautoras folk españolas, pero en este disco rompes con esa imagen y sonido. ¿Buscabas desmarcarte?
-Puede ser. Como consumidora constante de música, no solo escucho folk y solistas, hay muchos estilos que me gustan? Cuando escribo me dejo llevar, y por el momento vital que atravesaba, este disco me ha salido mas energético y en contacto con otras influencias, que siempre han estado ahí, pero no habían salido a la superficie.
-Y tan ocultas. Difícilmente hubiéramos imaginado que hicieras temas bailables como "What will you dream". ¿Esta relacionado con la instrumentación y los arreglos? ¿Forman parte del proceso de intercambio de ideas con Matthew?
-Ambas cosas. La correspondencia previa fue muy estimulante, porque a veces intercambiamos ideas para la misma canción que podían ser opuestas. Kate Bush, que para mí es una referencia gigante, era un nombre desconocido para Matthew, porque hay cosas británicas que no llegan bien a EE UU. Pero él es muy abierto. Hay muchas cosas mías, pero también muchas suyas. Y encontramos espacios comunes, como Fleetwood Mac.
-¿Les descubriste a Kate Bush?
-Les puse "Wuthering Heights" y les encantó. Es una referencia muy obvia en Europa, pero no todo el mundo la conoce en EEUU. Pasa lo mismo con Robert Wyatt. Son figuras europeas, y las referencias de Matthew eran todas muy americanas. Fue un contraste interesante.
-Tu inglés es perfecto. ¿Se plantea la carrera internacional de "Resolutions"?
-Cuando estuvimos grabando, dimos unos conciertos en Richmond y la respuesta fue positiva. La sensación es que podemos intentarlo, pero la gira actual está planteada en España, y luego, en marzo, vamos a China. Pocket Records publicó allí "Ashfield Avenue" y "The Garden Room",y sacará también "Resolutions".
-La recepción del disco ha sido muy buena. ¿Lo esperabas?
-Pensé que era posible que no le gustara a nadie, pero eso me hacia estar más satisfecha. "The Garden Room" está hecho al 15% de mis posibilidades. Me afectó mucho la situación con Absolute Beginners tras el primer álbum, y lo grabé a medio gas. Este es resultado de un momento vital más estable emocionalmente, más optimista, y eso se transmite a las canciones.
