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Xoel López: "Mi adolescencia fue compleja y la música ayudaba"

El músico gallego, que se declara siempre "ávido de nuevas músicas", presenta hoy en Pontevedra y mañana en Vigo su disco "Paramales", que presenta una fusión de sonidos aún más dispar que su anterior trabajo, "Atlántico", del que también introducirá canciones. Además, tocará un par de temas de su etapa como Deluxe

El músico gallego Xoel López posa ante el glaciar Perito Moreno, en la Ptagonia, Argentina.

Tras actuar el pasado viernes en A Coruña, Xoel López continúa hoy en Pontevedra y mañana en Vigo, y de la mano de SON Estrella Galicia, con las presentaciones de "Paramales", su nuevo disco, del que comenta: "Conviven sonidos colombianos con sonidos setenteros o guitarras españolas. Hay fusión, como siempre, pero es una mezcla si cabe mucho más dispar que "Atlántico". Hay más picos: me voy más a los sintes o guitarras eléctricas al mismo tiempo que mantengo cosas muy folclóricas. Me atreví más que nunca, o eso creo".

-Es un disco muy heterogéneo. ¿Cómo se vive en concierto?

-Se homogeneiza un poco, aunque hemos sido un poco pretenciosos y hemos intentando llevar el estudio al directo. En el recital introduzco canciones de "Atlántico", mi anterior disco, y un par de las de la etapa de Deluxe. Uno podría pensar que es difícil incluir todo eso dentro del mismo argumento, pero esa diversidad es parte de mi personalidad musical. Creo que a la gente no le molesta ir escuchando una canción más pop y luego otra folk, una más lenta y otra más fuerte... No reniego de las etapas anteriores y me llevo bien con todas.

-Incluye una canción en gallego en "Paramales". ¿Se empieza a aceptar la música moderna en gallego?

-Se ha hecho justicia con el idioma. Pero me parece interesante sacar al gallego de la música folclórica a la que se le asocia; sin renegar del folclore, pero adaptándolo. "A serea e o mariñeiro" es una canción folclórica internacional.

-Mientras hablamos está comentando el hilo musical. ¿Toda la música le provoca curiosidad?

-Soy muy curioso. Siempre estoy ávido de nuevas músicas, y siempre les pongo el oído, que es el oído del alumno. Para incorporar cosas, aprender. Inicié hace poco clases de canto, en las que corrijo y puntualizo cosas, estuve yendo a un curso de conga, planteándome tomar clases de piano... Aprender siempre te lleva a disfrutar más.

-¿Importa ese aspecto lúdico?

-Es fundamental. Si la música te produce conexiones con el universo, mejor, pero debe entretener. Lo tengo muy en cuenta en los directos: cuando voy y cuando toco.

-¿Le gusta que otros hagan versiones de su música?

-Me encanta que mi música se manosee. Yo aprendí mucho versionando, y me hace mucha ilusión que alguien suba a YouTube una versión mía. Ves que lo que sientes lo siente otro. Los músicos tenemos afinidad entre nosotros hasta sin hablar el mismo idioma. Cuando alguien te versiona, te estás comunicando.

-En la canción "Sol de agua" habla del engaño, no se sabe si de los políticos o de una pareja...

-Tiene más que ver con los políticos o la crisis, pero me interesa lo que dices. Normalmente no doy pistas sobre el significado de mis canciones para que te quede abierto. La canción no habla sobre la política ni sobre el amor, habla sobre el engaño. Ponle la cara de un político, de un banquero o de tu ex: el sentimiento es el mismo. Y creo que estoy hablando de la situación política, pero que inconscientemente meto todos los engaños que he sufrido, desde los Reyes Magos.

-Otro tema, "Todo lo que merezcas", hablaría de la venganza.

-Y no me representa, porque no creo en el ojo por ojo. Pero las canciones no son manifiestos morales, no tienen que expresar tu ética. Ese tema es aquello que no llegó a salir y convertirse en violencia. Y no lo escribí en un momento negativo. Pero apareció y dije: fuera, fuera.

-¿Sirvió para exorcizarlo?

-El ser humano es capaz de reprimirse, pero tenemos violencia dentro, y sentimientos que no nos gustan, aunque los controlemos. Es interesante saber eso de nosotros mismos. ¿Y qué mejor manera de exorcizarlo que una canción?

-Hay varios temas melancólicos en este último disco.

-Soy de aquí de Galicia y soy hijo de la lluvia. La melancolía es parte de nuestra cultura, y no es algo malo, no es tristeza. Es algo bonito, añoras algo porque lo amas.

-Su verso "por todos los hermanos lejos del hogar", ¿habla de su familia y de la emigración?

-Sí, y de amigos en otros países, de todos los que se sienten como yo, de todos los emigrantes. Lo escribí en Buenos Aires. Y "los que están tan lejos que no pueden regresar", del verso siguiente, son los muertos.

-Hay ramalazos de Galicia en sus canciones, en "Caracoles" habla de una "diosa atlántica"...

-Cuando te vas de tu tierra hay una necesidad de buscar una identidad, aunque yo no tengo una relación conflictiva con ella, todo lo contrario. Me gusta sentirme un poco de cada lugar que conozco, pero soy profundamente de aquí.

-En "Yo solo quería que me llevaras a bailar" habla de una música utilizada para evadirse.

-Es una referencia a mi adolescencia, en la que pasaba horas en mi habitación tocando la guitarra. La música me ayudaba a olvidarme de los conflictos de esa edad, que para mí fue compleja. No sé si es catárquico, pero la música tiene momentos de libertad total, en los que no están los conflictos ni la sociedad. Ahora me ocurren en los conciertos: hay momentos muy bonitos en el estudio, pero los discos los haces para tocarlos en directo. Toco en directo desde los quince años y es ahí donde todo el trabajo que haces cobra sentido. A mí gusta leer sobre la música, pero la música no deben ser solo palabras. La música hay que sentirla. Si además la entiendes y hablas sobre ella, bienvenido sea. Pero como te quedes solo con la parte intelectual y no la sientas, que hay gente que lo hace, mal asunto.

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