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¿Tendremos ocho apellidos gallegos?

"Ocho apellidos catalanes" toma hoy 300 salas españolas con el difícil reto de batir los registros de su predecesora a base de nuevos actores y un humor blanco en pleno "procés" catalán

Dani Rovira, haciendo de casteller en "Ocho apellidos catalanes". // Upi

Ha dicho Dani Rovira que preguntar ahora por una tercera entrega de "Ocho apellidos vascos" sería como si a una mujer que está dando a luz su segundo hijo le pregunta su marido si se anima a ir a por el tercero. "Ocho apellidos catalanes", la secuela de la película más taquillera de la historia de España y la segunda con mayor recaudación de nuestro país, llega hoy a la cartelera dejando la sensación -así lo ha sugerido su guionista Borja Cobeaga- de que no habrá dos sin tres. Si siguen con lo de las "comunidades históricas", podría titularse "Ocho apellidos gallegos". Quién sabe.

Lo que sí sabemos es el argumento de esta segunda parte: Amaia (Clara Lago), tras romper con Rafa (Dani Rovira), se ha enamorado de un catalán (Berto Romero). Así que su padre Koldo (Karra Elejalde) le propone a Rafa viajar a Cataluña para rescatar a Amaia de los brazos del joven catalán y de su entorno (Rosa María Sardá y Belén Cuesta).

La película, que viene precedida, como su antecesora, por una intensa campaña de promoción, se exhibirá en nada menos que trescientas salas. Pese a ello, no tendrá fácil batir los registros de "Ocho apellidos vascos": récord de 67 semanas como número 1 de la taquilla; ingresos por entradas de 56.2 millones de euros, logrando ser la segunda película con mayor recaudación en nuestro país, sólo por detrás de "Avatar"; y la tercera película más vista de la historia en España, con casi 9.5 millones de espectadores.

En pleno procés secesionista, el director de la película, Emilio Martínez Lázaro, dice estar convencido de que que el público catalán no se va a molestar cuando la vea porque "la película es muy blanca" -lo dice por su humor, no por el Real Madrid- y tiene "muy buen rollo". Tal vez la cifra de taquilla de esta comedia en Cataluña constituya un buen barómetro para dirimir si allí están las cosas para bromas.

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