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Tenemos miedo de la oscuridad

"Cruzando el bosque" es una novela gráfica que visita el género de terror, uno de los más difíciles de trasladar al cómic. Su autora, Emily Carroll, lo hace con evidente éxito

Una imagen de "Cruzando el bosque", de Emily Carroll.

Emily Carroll es una creadora que se ha hecho conocida por su web: http://www.emcarroll.com/ En esta página cuelga sus cómics, relatos cortos autoconclusivos de temáticas turbias (horror, diarios de sueños, fantasía). Parece ser que la web de Carroll ya había levantado revuelo, sin necesidad del soporte físico del papel, el álbum o el libro: consigue fama on line.

Si no eres muy de leer en pantalla, ahora tienes la oportunidad de comprobar si el río que suena lleva agua: Sapristi acaba de editar "Cruzando el Bosque", una recopilación de relatos de terror de Carrol. El libro es un viaje a fantasías pavorosas infantiles transmutadas en cuentos para adultos. Los siete cuentos tétricos de esta novela gráfica beben de la tradición clásica del relato infantil para pervertirla con venenosas dosis de terror gótico. Emily Carroll busca el pavor de lo desconocido, del doble, lo otro, y lo incrusta en relatos victorianos de paisajes rurales llanos, comunes, más cercanos a la casa de la abuelita que a castillos y camposantos, pero colmando cada esquina del cuento con miedo a lo desconocido, el más allá, la amenaza invasora, perturbadora y sustitutiva. El horror está escondido en quienes son tus cercanos y en tus entornos. Y da miendo.

Lugares y personas son corrompidos por la imaginación de la autora, quien además tiene una fascinante capacidad para plasmar esta sensación de miedo abstracto absoluto en imágenes turbadoras, de poderosa solidez mediante rotundas masas de negro opaco, intensos y sanguíneos rojos y colores tierra muy sucios, violentos. El dibujo es sencillo, casi de tebeo infantil, pero los cromatismos agresivos, perturbadores (incluso colores en principio luminosos como los azulados adquieren una cualidad electrificante, amenazadora y estática), y la inteligente manera de mostrar/ocultar, convierten a "Cruzando el bosque" en una lectura turbadora y encantadora. En la contradicción está el escalofrío.

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