Luis Alberto Segura se merece comenzar una reseña sobre su trayectoria musical que destaque la ambición de su apuesta, más que las dificultades para encontrar en internet su banda, bautizada L. A, siglas que ofrecen casi quince millones resultados en un buscador. Hace años, este mallorquín colgó las baquetas que tocaba para varios grupos y empeñó su energía y dinero para lanzar una carrera que apostaba por el rock americano clásico, grandes melodías, homenajes sin complejos y una voz personal con la que no solo quería afianzarse como profesional, sino conquistar también el mercado estadounidense. Esto último le queda lejos todavía, pero allí se codea con el resto de bandas independientes mientras disfruta del mejor momento de su vida.
Lo mejor que puede decirse de sus canciones es que iluminan nuestros inviernos desde que "Heavenly hell" lo situó en la escena estatal con joyas como "Perfect combination", "Stop the clocks" o "Close to you". Poco a poco su sonido se ha ido puliendo con "Dualize" o el pequeño "SLNT FLM".
Por fin llega ahora a Galicia tras una efímera presencia en Vigo, dentro del ciclo SON Estrella Galicia: actúa el miércoles 11 en Santiago (Sala Capitol), el jueves 12 en A Coruña (Le Club) y el viernes 13 en Pontevedra (Sala Karma). Y lo hace con un disco inspirado en el clasicismo de siempre, pero salpicado de nuevos matices, como safoxones ochentero o sintetizadores. Se trata de "From the city to the ocean side", nacido durante un viaje al Big Sur californiano y bajo el prisma de su estrenada paternidad.
Algunos artistas atraviesan nuestras vidas durante un tiempo para luego perderse; otros se tatúan en la piel. L. A. pertenece a esta última clase, con la capacidad para convocar recuerdos con los primeros acordes de canciones redondas como "Secrets undone" o una apropiada para tiempos lluviosos titulada "In gold".
