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CINE

La batalla final

El Hobbit se acaba después de tres largometrajes y casi ocho horas de imágenes

Bilbo Bolsón. // Warner Bros

El Hobbit se acaba tras tres largometrajes y casi 8 horas de imágenes y lo hace de forma espectacular, con una batalla épica, intensa y muy bien rodada pero tan larga que el resto de la historia que cuenta esta tercera entrega se queda en una mera anécdota.

"El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos", que se estrenó el pasado miércoles en España, es el cierre de la trilogía que el neozelandés Peter Jackson ha dedicado al pequeño libro en el que J.R.R. Tolkien narró las aventuras de Bilbo Bolsón y sus amigos enanos, junto a los elfos y contra los orcos, un avance de un mundo que desarrollaría en "El Señor de los anillos".

Y para acabar con el capítulo Hobbit, Jackson ha puesto en pie la más apabullante y estética de las batallas de la Tierra Media, con un espectacular despliegue de efectos especiales y un trepidante montaje que se detiene con minuciosidad en las luchas individuales de los principales protagonistas con sus enemigos.

Pero que pierde intensidad en las escenas más multitudinarias, que se reducen a planos cenitales en los que brilla por encima de todo el atuendo dorado de los elfos y sus largas melenas rubias sobresaliendo de sus cascos.

La mayor parte del metraje se centra en esa gran batalla de los cinco ejércitos -humanos, enanos, elfos, orcos y trasgos- que da título a la película, y menos en las aventuras emocionales de los personajes.

Esa parte más sentimental que estaba muy presente en las dos entregas anteriores del Hobbit se reduce ahora al triángulo amoroso formado por el enano Kili (Aidan Turner), la elfa Tauriel (Evangeline Lilly) y el elfo Legolás (Orlando Bloom), o a las dudas existenciales del rey Thorin (Richard Armitage).

Jackson ha sacrificado la emotividad por el espectáculo, lo que hace que las pocas escenas que no son de lucha, destaquen más.

Es el caso de una breve secuencia en la que Bilbo (Martin Freeman) se sienta junto a Gandalf (Ian McKelllen) mientras el mago se prepara una pipa.

La sencillez de ese momento contrasta con la grandilocuencia de la batalla que centra una historia que empieza mejor de lo que luego se desarrolla.

El ataque del dragón Smaug a la Ciudad del Lago y la defensa que hace Bardo (Luke Evans) con su arco marcan un estupendo inicio de la película, que sin embargo luego pierde frescura entre tantos ejércitos, armas, sangre y muerte.

Galadriel y Gandalf. // Warner Bros

Solo la estupenda interpretación de Freeman y las apariciones esporádicas de Cate Blanchett como Galadriel o Christopher Lee como Saruman aportan algún detalle interesante, además de servir de nexo, junto a Legolás, con la trilogía del Señor de los Anillos, posterior en la historia de Tolkien pero que Jackson acometió antes de la del Hobbit.

Casi veinte años después de comenzar a trabajar en las obras de Tolkien, Peter Jackson cierra las dos trilogías y lo hace con el más espectacular pero también el menos sorprendente de los seis largometrajes que ha realizado, lo que no quita valor a un esfuerzo titánico que ha supuesto un cambio radical en las películas del cine fantástico.

El fin de un "viaje impredecible" de casi 20 años

  • "El Hobbit. La batalla de los cinco ejércitos", el cierre de la trilogía del Hobbit, ha llegado con el objetivo de superar las cifras de la primera entrega, "Un viaje inesperado" (2012), la más taquillera, con una recaudación de 816 millones de euros. "Ha sido un viaje impredecible. Algo de lo que estoy muy orgulloso", explicó Jackson en la presentación en Londres de una historia que se desarrolla 60 años de los hechos narrados en la otra gran trilogía tolkiana, "El Señor de los Anillos".Seis películas en total con las que Jackson empezó a soñar en 1995, hace casi 20 años. Dos años después, comenzó a trabajar en la adaptación del Señor de los Anillos, aunque el rodaje de esa primera trilogía no empezaría hasta octubre de 1999.Jackson rodó las tres historias juntas, que posteriormente se estrenarían con enorme éxito en 2001, 2002 y 2003.Algo más de 1.600 millones de euros de recaudación entre las tres y una inagotable fiebre por las historias convencieron a Jackson para embarcarse de nuevo en otro proyecto agotador y larguísimo, la adaptación del Hobbit, la historia que precede en el tiempo a la épica destrucción del anillo.Aunque en principio el realizador neozelandés iba a limitarse a las labores de productor ejecutivo, con el mexicano Guillermo del Toro en la dirección de lo que en principio iban a ser dos largometrajes.En agosto de 2008 comenzaron las labores de preproducción para un proyecto que debía comenzar a rodarse en 2010, de nuevo en Nueva Zelanda con un guión realizado conjuntamente por Del Toro y Jackson. Pero en mayo de 2005 el mexicano abandonó el proyecto por los retrasos en el rodaje y aseguró que había sido "la decisión más dura" de su vida, lo que hizo entrar de nuevo a Jackson como director.Tras múltiples problemas -de salud del director, con los sindicatos de actores neozelandeses y de financiación- el rodaje se llevó a cabo en 2011 con un reparto encabezado por el británico Martin Freeman como Biblo Baggins, acompañado por Richard Armitage, Evangeline Lilly, Luke Evans o Benedict Cumberbatch, prestando su voz al terrorífico dragón Smaug.En esta nueva trilogía también se contó con algunos de los personajes más populares del Señor de los Anillos, como Gandalf (interpretado por Ian Mckellen), Galadriel (Cate Blanchett), o Legolas (Orlando Bloom).Y tan satisfecho quedó Jackson del rodaje y los estudios de la rentabilidad del Señor de los Anillos, que finalmente se decidió que el Hobbit, una novela de entre 300 y 400 páginas, se convirtiera en una nueva trilogía. Una decisión acertada a tenor por el éxito de público y taquilla y por la defensa que sus millones de fans hacen de la historia en todo el mundo.Será un cierre temporal de las aventuras del Hobbit porque Jackson volverá a Nueva Zelanda "a trabajar en la versión extendida" de "El Hobbit" y a pensar "en nuevos proyectos". Aunque entre esos proyectos no está la tercera gran obra de Tolkien, "El Silmarillion", ya que no se han vendido sus derechos.

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