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Metamorfosis de la gran seductora

Lucy Hughes-Hallet ha escrito la mejor y más completa biografía que existe sobre el mito que rodea a Cleopatra

Cleopatra - Lucy Hughes-Hallet - Fórcola - 488 páginas

Decir que Lucy Hughes-Hallet es una extraordinaria biógrafa es simplificar por muchas y grandes biografías que haya escrito. La de Gabriele d'Annunzio es la mejor muestra de ello y también la prueba de sus enormes dotes literarias como observadora de personajes y todo lo que les rodea. Nadie ha captado la compleja personalidad del Gran Depredador, tan abyecto como romántico, radical, ridículo y trágico, de la manera que lo ha hecho Hughes-Hallet. Nadie tampoco se ha atrevido a profundizar en las múltiples y jugosas circunstancias que rodean a Cleopatra y a su mito como esta autora británica, proyectando el foco de su reveladora curiosidad sobre la femme fatale por excelencia de la Historia.

Cleopatra fue la última reina de Egipto y de los Ptolomeos, uno de los enemigos más formidables a los que Roma se enfrentó. También como la mujer que convirtió en maridos a dos de sus hermanos, ambos desaparecidos prematuramente, uno en la batalla que libraba contra ella, el otro asesinado por orden suya. Está representada como la devoradora de hombres que elige a sus amantes no sólo por placer, sino por razones estratégicas, para expandir su imperio. Se ha contado que con Antonio formó una sociedad que era tanto una historia de amor como una alianza política. De hecho, Blaise Pascal hizo famoso el aforismo "si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta, la faz de mundo habría cambiado". Por decirlo de otro modo, si la reina de Egipto hubiera sido menos bella, César y Antonio no se habrían enamorado de ella ni el curso de la historia habría sido fatalmente alterado. Sin embargo, en el libro que publica la editorial Fórcola, con una atinada traducción de Amelia Pérez de Villar, Lucy Hughes-Hallett concluye que son observaciones erróneas del mito. Según sostiene, Cleopatra no era una gran belleza. Las monedas acuñadas durante su reinado la representaron con aspecto masculino y nariz ganchuda, alejada de la perfección estética femenina. Además, fue una estadista astuta cuyas relaciones con César y Antonio eran más políticas que apasionadas. Tampoco existen, al parecer, razones fundadas sobre su voluptuosidad en las numerosas máscaras que el mito le ha otorgado. Permaneció soltera más de la mitad de su vida adulta, y aunque es representada como una frívola libertina, fue una gobernante discreta y eficiente, más preocupada por reinar que por los placeres del amor.

Hughes-Hallett intenta demostrar que la historia de Cleopatra ha sido intencionadamente reinventada por sucesivas generaciones. En los dos milenios transcurridos desde su muerte pasó a ser la reina de la anécdota, mientras que los hechos esenciales de su acaecer se han reducido; y en el proceso, la propia personalidad de la soberana de Egipto ha experimentado una asombrosa mutación. Bocaccio, Miguel Angel, Shakespeare, Shaw, Gautier, Rider Haggard, Cecil B. DeMille y Mankiewicz, entre muchos otros, nos han dado sus versiones de Cleopatra; también lo han hecho las actrices Sarah Bernhardt, Claudette Colbert y Elizabeth Taylor. Ha sido comparada con Salomé y Eva, y otras hembras sagradas de la historia. Occidente la adoptó como una de las grandes figuras del posromanticismo, la pintura y la escena han decidido inmortalizarla como un ser humano incomparable desde el punto de vista de la caricaturización.

Cada imagen que tenemos de ella, y son muchas, proporciona abundantes pistas sobre su sexualidad, sus prejuicios raciales, sus neurosis y sus fantasías. Esta biografía sobre el mito, de Hughes-Hallet, es un ensayo revelador acerca de la transfiguración de un personaje a merced de sus autores: historiadores, literatos, cineastas y coreógrafos. Cleopatra (La mujer, la reina, la leyenda) interpreta la fascinación que a lo largo de siglos ha perseguido a la gran seductora. No es una demolición del mito, pero sí una aclaración oportuna, brillantemente resuelta por una estupenda escritora, del melodramático estereotipo de la reina de Egipto. Leyendo a Hughes-Hallet encontramos más allá de la interpretación banal de la historia lo que siempre quisimos saber sobre un personaje que, como escribe la ensayista, se ha encargado de ofrecer a lo largo de décadas un festín que no es de este mundo. Un festín, por otro lado, inacabable porque el personaje seguirá cambiando y su leyenda moldeándose.

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