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¿Por qué debemos reivindicar a Julio Verne ?en Vigo?

¿Por qué debemos reivindicar a Julio Verne ?en Vigo?

Reivindicar a Verne es reivindicar las novelas que nos hicieron soñar. Quien lee vive más y con el novelista francés vivimos aventuras en el cielo, en el mar o bajo el mar, alrededor de la Tierra o en el interior de la Tierra, e incluso de camino hacia la Luna.

Reivindicar a Verne es reivindicar la enseñanza de la ciencia. El joven Julio, lejos de aprovechar las lecciones de Derecho en París, empleaba su tiempo en la Biblioteca Nacional leyendo sobre viajes, descubrimientos, geografía y seguía en los mapas las rutas de viajes imaginarios. Evidentemente, dejó los estudios de Derecho y firmó un contrato con un editor, Jules Hetzel, para publicar dos novelas por año. Muchas veces se le ha presentado como un profeta que predijo los logros científicos y tecnológicos del S. XX. Sin embargo, debemos dejar claros dos hechos: en primer lugar, Verne vivió en una época marcada por los descubrimientos, las invenciones y los progresos técnicos y todos los personajes de sus novelas son como él, innovadores y ávidos de conocer el mundo; en segundo lugar, Verne fue un tenaz investigador ocupado desde su juventud en mantenerse al día de los adelantos científicos que por entonces abundaban en los países occidentales. Sus especulaciones científicas se apoyaban en datos y en una concienzuda investigación combinada, eso sí, con unas buenas dosis de aventura y de escenarios exóticos. Verne compartía el pensamiento de su época por el que se creía que había que dar a conocer al gran público la ciencia e hizo mucho por divulgarla y contarla con tanta sencillez como fuera posible y los que como yo somos profesores celebramos esa orientación didáctica de sus novelas.

Reivindicar al autor francés es reivindicar la proyección internacional de nuestra ría, escenario de un capítulo fundamental de su novela "20.000 leguas de viaje submarino. Probablemente haya sido Julio Verne el que más contribuyó a popularizar nuestra bahía al escoger en su novela el estrecho de Rande como el lugar donde el capitán Nemo tenía sus cofres llenos de lingotes, monedas y joyas, un tesoro con el que aquel marino intrépido financiaría sus correrías por todos los mares y que habría encontrado entre los restos de los galeones hundidos en nuestra ría en la batalla que se libró en ella el 22 de octubre de 1702. Pero, como si la novela fuera una premonición, diez años después de que el "Nautilus" llegara en la ficción a nuestra ría, el azar trajo al propio novelista a las mismas aguas en las que se había inspirado. En 1878, llegó a Vigo con su yate "Saint Michel III" refugiándose de un temporal. Julio Verne era ya un escritor de fama mundial y su llegada a nuestra ciudad fue todo un acontecimiento. Al pasear por la Alameda, abierta hacía algunos años sobre terrenos ganados al mar, Verne conocía el salón urbano del Vigo del siglo XIX y , al acudir a un baile en la Tertulia, el escritor entraba por la puerta grande en la sociedad recreativa más elitista de la ciudad. Y aún hubo una segunda visita del novelista seis años después, entonces por una avería en la caldera del yate que le obligó a interrumpir su viaje. En sus dos visitas, Julio Verne contempló las aguas bajo las que se sumergía en su novela el "Nautilus" y la ciudad que le daba su nombre a la bahía del tesoro. Primero imaginó nuestra ciudad y su ría y después las conoció.

Por ello, como lector, como profesor y como vigués reivindico la figura de Julio Verne y me uno a cuantos actos, exposiciones, lecturas y escritos celebren su vinculación con nuestra ciudad.

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