En una época de fuerte exposición digital y mediática, Pierre Zaoui ha escrito un elogio de la discreción a un tiempo bello, emotivo e inteligente. Y para ello, el autor convoca a pensadores "discretos" como Kafka, Gilles Deleuze, Virginia Woolf o Walter Benjamin. En una sociedad que valora la apariencia y las confesiones espectaculares por encima de todo lo demás, la discreción es una forma feliz y necesaria de resistencia.El placer baudelariano de vagar anónimamente entre la muchedumbre, ver a nuestros hijos jugar... el alma discreta apuesta por una justa presencia en el mundo.