Los textos en verso y en prosa que conforman esta aproximación a la escritura automática que es "Tarántula" no están exentos de la musicalidad propia de las composiciones de Dylan, ni de la época ni de las preocupaciones que acompañan al artista en el que posiblemente sea el año más importante de su carrera, 1966, cuando escribió el libro. Hay cierto inconformismo, una evidente y creciente predilección por el genio verbal y por la espontaneidad, y la firme creencia en la legitimidad de la calle como fuente inagotable de inspiración.Iimprescindible para comprender el imaginario dylaniano que puebla sus canciones.