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EL PERGAMINO VINDEL, EN VIGO

De Martín Códax a Guilherme de Almeida

Antonio Ferro y Fernanda de Castro, recitando en el Casino de Vigo ("Vida Gallega", marzo de 1933).

Dedicado al periodistay escritor paulista WagnerGutiérrez Barreira

La presencia del Pergamino Vindel en Vigo es una buena oportunidad para reivindicar la influencia de la lírica galaico portuguesa en uno de los grandes poetas de Brasil, Guilherme de Almeida. Renovador de la cultura brasileña desde sus colaboraciones con Oswald de Andrade (introductor del futurismo en Brasil tras su viaje por Europa, donde conoció el Manifiesto Futurista lanzado por Marinetti en 1912), ambos fundaron algunas de las primeras publicaciones del Modernismo Brasileño (revista Klaxon) además de participar en la creación del Movemento Antropofágico. Almeida fue uno de los animadores de la "Semana de Arte Moderna" de São Paulo (1922) junto a Graça Aranha, Ronaldo Carvalho y escritores como Oswald y Mário de Andrade, Manuel Bandeira, Carlos Drumond o Augusto Meyer. Su obra poética le llevó a entrar en la Academia Brasileña de las Letras en 1930 y a convertirse en el poeta más popular del país durante décadas. En 1959 fue elegido el Príncipe dos Poetas Brasileiros.

En 1932 Almeida participó en la Revolución Constitucionalista que se opuso a la dictadura de Getulio Vargas. Fue arrestado y tuvo que exiliarse a Portugal, donde permaneció casi un año. Durante su estancia en el país luso visitó Vigo, donde impartió una charla en el Casino a finales de marzo de 1933. Su experiencia vital en ese año fue recogida en su libro O meu Portugal (1933), reeditado en 2016 con un estudio preliminar de la gallega María Isabel Morán Cabanas.

En Lisboa se reecontró con dos viejos colaboradores del movimiento Modernista en Brasil, el matrimonio formado por António Ferro y su esposa, la poeta Fernanda de Castro. Ferro había sido uno de los fundadores del Movimiento Modernista portugués junto a Pessoa, el poeta Mário de Sá Carneiro o el escritor de origen galego Pedro Guisado. Además fue uno de los creadores de la emblemática revista Orpheu (1915). Ferro llegó a Vigo meses antes de convertirse en el director del Servicio Nacional de Propaganda de Salazar para participar en la Semana Portuguesa de Vigo. Él y su esposa, impartieron una conferencia dialogada titulada "Rapsodia portuguesa", un recorrido por el paisaje portugués acompañado de diversas audiciones que sonaban en un gramófono con las distintas músicas populares del país vecino. Un buen ejemplo de lo que significaba la "Política do Espíritu" diseñada por Ferro que daba cabida a algunos de los elementos que conformarán la idea del Estado Novo portugués: el sebastianismo, el espiritualismo, nacionalismo cultural, la fidelidad a la vanguardia modernista y el folclorismo. Una convivencia entre modernidad y tradición, entre vanguardia irreverente (Futurismo) y nacionalismo autoritario.

En esa conferencia les acompañó el poeta brasileiro Guilherme de Almeida (São Paulo 1890-1969) que recitaría algunos de sus poemas. El gallegista Valentín Paz-Andrade fue el encargado de presentar a Almeida en el Casino de Vigo. Paz Andrade rememoraba en un artículo de FARO DE VIGO en 1960 el artículo que Almeida escribió en la revista galleguista Nós en 1935. En él relataba como "Eu fun, vocé sabe, en procura do Portugal orixinario. Non achéi en Lisboa nin en Coímbra... Achei-o na Galiza é que estan nas fontes prístinas. Mais non en Santiago de Compostela, con toda a sua grandeza fabricada... Están no campo galego, no Ulla, en Amahia, nas Marinhas altas e baixas... Aquela paisaxe, aquela gente camponesa, aquelas aldeas nas ladeiras, alquel falar doce a sadio, aqueles piornos... A dura Galiza do Castelao, meu amigo. A terra que vin labrar en Silleda a Manoel Colmeiro, e depois levar aos seus cadros.." Almeida explicaba que "Uma palabra, então, aparece luminossísima, en todos os periodicos, en todos os cartazes, en todos os labios, que me aclaróu tudo, "troncalidá". Sim, era a troncalidá. O tronco, o que está entre a terra e o ceu, o que é união, o que é feixe, o que non é dispersão múltipla em inumeraveis raízes, nen esfarelamento aéreo en galharia, folhagem, floração e fructifição. Troncalidá... ¡qué mágica palabra! Galiza era a "troncalidá": a patria primeira da minha raça; mais ainda, da minha cançao" (...) "Vocé inventóu a palabra "matricial", que dí moito mais que "maternal", no seu "Pranto". "Matricial", de matriz, que eu incorporei agora á literatura brasileira.

El poeta brasileño había encontrado en Galicia y en la poesía galaico-portuguesa una fuente de inspiración para su obra poética. Los ecos de trovadorismo galaico-portugués estuvieron presentes en tierras brasileñas desde la llegada de los portugueses, y su influencia se hizo presente por la tradición oral en la literatura. Pero en época contemporánea, el Modernismo brasileño recuperaría de manera consciente temáticas y técnicas trovadorescas en la década de los años veinte del siglo pasado. Almeida fue el poeta que popularizó el haiku en lengua portuguesa en Brasil, desde que comenzó a escribirlos en 1936, incluso llegó a trazar paralelismos entre la tradición japonesa y el arte de trovar de las cantigas. El uso de alguna cantiga en forma de epígrafe y el empleo de técnicas estilísticas refuerzan esa influencia en su libro Poesia Vária (1947), donde una serie titulada "Cancioneirinho" recordaba las cantigas de amor y de amigo utilizando recursos propios de la poética medieval como el paralelismo y el refrán.

Otro poeta ilustre de la ciudad, Xesús Nieto Pena, también estuvo presente en aquella conferencia y publicaba un artículo en FARO DE VIGO titulado "Para un país hermano". Una reivindicación del país lusófono y su obra poética a través de la figura de Francisco Villaespesa que por entonces estaba dedicado a la traducción de poetas brasileños como Olavo Bilac, Castro Alves o Ronald Carvalho.

Paz Andrade mantuvo relación con Almeida y lo visitó en los años 50 en São Paulo. Cuando la editorial do Castro reeditó su poemario Pranto Matricial por el 25 cabodeano de Castelao (1975), la edición pentalingue tuvo una versión al portugués traducida por Almeida, tal vez recuerdo de aquella visita de 1933. El paulista volverá a estar presenta en el segundo poemario de Valentín, Sementeira do vento (1968), esta vez como prologuista.

Hubo autores brasileños influenciados por la lírica galaico portuguesa como Mário de Andrade, que en su poemario Lira paulistana de 1944 aseguraba tomar inspiración de Martín Códax. Lo mismo podría decirse de Manuel Bandeira, que aseguraba haber leído tanto aquellas cantigas que "sonhava con as ondas do mar de Vigo...".

Más recientemente, el gaitero Carlos Núñez grabó junto al brasileño José Miguel Wisnik la música para el espectáculo Sem Mim del grupo de danza contemporánea más importante de Latinoamérica, Grupo Corpo. Las siete cantigas de Martín Códax volvían a cruzar el Atlántico interpretadas por cantantes como Chico Buarque, Mónica Salmaso o Milton Nascimento. Guilherme de Almeida ya no podrá disfrutar de este proyecto y los vigueses seríamos afortunados de hacerlo si alguien se acordase de la "troncalidad" que el poeta descubrió en el mar de Vigo.

*Miembro de Institutode Estudios Vigueses

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