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Matar a Franco

Enrique Bocanegra recompone el episodio español de Kim Philby

Un espía en la trinchera - ENRIQUE BOCANEGRA - Tusquets, 380 páginas

Lo habitual es que los títulos de los libros ofrezcan más de lo que después desarrolla su contenido. En este caso, Un espía en la trinchera: Kim Philby en la Guerra Civil española, del profesor e historiador Enrique Bocanegra, ganador del XXIX Premio Comillas, ocurre lo contrario. Su título hace referencia, claro está, al tema central del libro, pero su contenido es, sin duda, bastante más amplio que aquél. Su asunto principal es el análisis pormenorizado de la actividad que llevó a cabo Philby como espía soviético durante la Guerra Civil española. Pero en sus páginas se trata a la vez in extenso toda la biografía del que fue considerado como el espía más importante del siglo XX y se realiza, además, un análisis de los espías y los servicios de inteligencia soviéticos marcando las diferencias entre los creados a partir de la etapa leninista y los que implantaría posteriormente, destruyendo aquéllos y eliminando a sus principales agentes, el régimen estalinista.

Bocanegra reconstruye con gran minuciosidad y documentación las actividades de espionaje de Philby en la etapa de nuestra Guerra Civil que no habían sido tratados con gran detalle en los numerosos libros que han tratado la actividad del espía soviético, incluida su propia autobiografía.

Kim, hijo de un destacado dirigente del Imperio inglés, de filiación ideológica conservadora, fue reclutado para los servicios de inteligencia soviéticos en 1934 junto con otros dos miembros de la élite inglesa estudiantes en Cambridge, que constituyeron lo que se conoció como "El Círculo de Cambridge", fue destinado por su enlace Theodore Mally a infiltrarse en el mundo del periodismo, a diferencia de sus otros dos compañeros que lo fueron al mundo de la diplomacia y al de la administración pública. En una primera etapa, tuvo como misión seguir la conflicto bélico español como freelance cubriendo, dentro del ámbito de los sublevados, los primeros momentos de la guerra en Sevilla y Salamanca. Fue entonces cuando recibió la orden de asesinar a Franco que, según el autor, provino del propio Stalin. Orden que Philby no llegó ni a intentar llevar a cabo dado que él no era un agente de acción, sino únicamente de inteligencia.

A su vuelta a Inglaterra, a través de las amistades de su padre, Philby consiguió ser nombrado corresponsal en España del gran periódico conservador "The Times" dando cobertura periodística al bando fascista. Fue en esta etapa cuando Kim se convirtió en uno de los más destacados corresponsales que seguían la guerra desde el sector franquista. Casi podríamos decir que sus crónicas de guerra conformaron en cierta medida la visión que las clases conservadoras británicas tuvieron de la Guerra Civil española. Bocanegra ha logrado identificar y publicar casi todas sus artículos sobre la guerra y en el libro se recogen algunos que son excelentes desde el punto de vista periodístico. Dentro de los medios franquistas llegó a alcanzar un gran reconocimiento y entrevistó a Franco en varias ocasiones e, incluso, recibió una condecoración de manos del propio Franco por ser el único superviviente del destacado grupo de periodistas extranjeros que en el frente de Teruel en diciembre de 1937 sufrió el impacto de una bomba republicana

Fue esa destacada labor periodística en los frentes de guerra españoles lo que llamó la atención de los servicios de inteligencia británicos que lo reclutaron convirtiéndose en un espía doble que actúo como topo del espionaje soviético en el servicio de inteligencia inglés durante los años de la Segunda Guerra Mundial y posteriores, a pesar de la gran crisis que sufrió tras el Pacto germano-ruso para invadir Polonia que estuvo a punto de ser el motivo de su abandono del espionaje soviético.

La gran purga de los principales agentes soviéticos que operaban en el mundo occidental realizada por el estalinismo que alcanzó a los que habían sido los enlaces de Kim y supuso su eliminación (excepto el caso del responsable de los servicios de inteligencia soviética en la nuestra Guerra Civil, Orlov, personaje digno de un profundo estudio, que le echó, incluso, un pulso al propio Stalin y logró salir indemne). Sólo en 1961, cuando fue descubierto por los servicios de inteligencia británicos, Philby huyó a la URSS, donde su figura fue utilizada por la propagand, elevándolo a la categoría de héroe del pueblo y allí y allí falleció enterrado con toda clase de honores.

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