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Los suplementos de Faro

EL SÁBADOAl rescate de Lustres Rivas

En el 80 aniversario del asesinato del gran cronista de Vigo

De izquierda a derecha, Manuel Lustres Rivas, Ramón Fernández Mato y Julio Sigüenza. // FdV

El 3 de septiembre de 1936, Faro publicaba una nota de cuatro líneas, en apariencia irrelevante, pero que traería consecuencias terribles. Decía: "Desde el día primero del mes actual, dejaron de pertenecer a la Redacción de Faro de Vigo los redactores D. Avelino Rodríguez Elías y don Manuel Lustres Rivas". Estaba perdida en la penúltima página, entre despachos bélicos de "Ultima Hora", un artículo antirrepublicano de Pío Baroja y la información de deportes. Handicap anunciaba un partido entre el Celta y el Deportivo, en Balaídos, "ante el ilustre general y paisano señor Millán Astray".

El 10 de noviembre, en un descampado conocido como "A Concheira", cerca del estrecho de Rande, se encontraron los cadáveres de Lustres Rivas y otros cuatro presos de la isla de San Simón, donde estaban detenidos. El periodista tenía 48 años. Había nacido en Ribeira en 1888 y era hijo del capitán de la marina mercante, José Lustres González y de María Rivas Otero. Se había casado en Vigo con Emilia Fernández, en diciembre de 1912, y tenían dos hijos: Augusto y María del Carmen. Otros dos, Manuel y Emilia, habían fallecido en la infancia.

La mitad de su vida profesional de periodista, que inició de forma vocacional cuando estudiaba Medicina en Santiago, transcurrió en Faro de Vigo, en dos etapas: la primera de 1909 a 1912 y la segunda, del 1 de abril de 1925 al 31 de agosto de 1936. Por eso se elucubra que, de estar vivo el gran director, Eladio de Lema, que lo había incorporado al periódico y otorgado plena confianza como articulista en ambos periodos, su suerte hubiera cambiado. Y se critica la permisividad de Otero Bárcena, director cuando ocurrieron los dramáticos hechos de su encarcelamiento y el "paseo" que acabó con su vida.

Cuando se produjo la rebelión militar, Lustres Rivas, era redactor de Faro, presidente de la Asociación de la Prensa de Vigo y director de "Hoja del Lunes", el periódico de la profesión. Fue detenido en su domicilio, a finales del mes de agosto, y parece que inicialmente trató de restar importancia a su apresamiento, en la creencia de que pronto sería liberado.

Según escribe González Martín, de conversaciones con su hija María del Carmen, Lustres fue testigo de la lectura del bando que declaraba el estado de guerra en Vigo, y de la masacre de la Puerta del Sol. Volvió alterado al piso familiar de la calle Luís Taboada, pero no imaginó que sería detenido. Montse Calvo Sánchez, en su apunte biográfico "Manuel Lustres, xornalista sobre todo", afirma que su mujer, Emilia Fernández, que tras su detención acudía todos los días a visitarlo en la prisión, pese a la aparente tranquilidad de su marido, sí se mostró inquieta y pidió ayuda al director de Faro. "Otero Bárcena le ofreció todo su apoyo en las primeras reuniones, pero no cuando las cosas adquirieron tintes peligrosos".

Parece ser que su nombre estuvo incluido, hasta en cuatro ocasiones, en la lista de la prisión de San Simón de los que iban a ser sacados "para darles el paseo". En las tres primeras, la influencia de personalidades que lo protegían, consiguieron que fuera borrado del listado, pero no en la cuarta. Parece verosímil que haya sido Otero Bárcena, a través de sus influencias, quien logró retrasar el asesinato, borrándolo por tres veces de la lista de sentenciados.

Es indudable que el director de Faro lo estimaba, y debió de prescindir de él y de Rodríguez Elías tras fuertes presiones, que no se sabe a quiénes pudieron deberse. Pero cabe colegir que no arriesgó lo suficiente por dos de sus mejores y más conocidos periodistas, cuando los apresaron. Era pública la simpatía de ambos por la República, aunque también se sabía de su mesura y que no estaban comprometidos ni implicados en actos contra el nuevo orden.

Por su peso político y social, tener familia y amigos militares adictos al levantamiento, Otero Bárcena debió hacer más por sus periodistas. Incluso llevó personalmente al gobierno de Burgos una importante cantidad de dinero, a principios de septiembre, y pudo pedir su liberación. Aunque es evidente que no pensó en el trágico final de Lustres.

Avelino Rodríguez Elías, que era Cronista Oficial de Vigo, tras pasar siete días preso en la cárcel del Frontón, sita en la calle María Berdiales, gracias a la intermediación del embajador de Uruguay quedó en libertad. Era cónsul de este país en Vigo y estuvo bajo tutela diplomática hasta su huída a Sudamérica donde residió hasta su muerte.

Un final con interrogantes. El asesinato de Lustres Rivas presenta numerosas incógnitas. Se produce ya avanzado el levantamiento militar, cuando las autoridades rebeldes dominaban todo el territorio gallego y habían establecido unas reglas que, en teoría, impedían las actuaciones descontroladas.

Por las informaciones de los periódicos, se conocen muchas de las decisiones del mando militar. En la sección "De Pontevedra" se publican los consejos de guerra, las causas, las sentencias por las que son condenados a la pena sumarísima y los fusilamientos para cumplirlas. Muchos se realizaban, por lo general de madrugada, en el Alto de la Caeyra, en la carretera de Campañó. Lustres Rivas ni siquiera fue sometido a un Consejo de Guerra y a una sentencia. Entra en el capítulo de asesinados sin derecho a comparecer ante un tribunal.

A diferencia de lo que ocurrió con otros destacados periodistas gallegos, que fueron fusilados al ser condenados a muerte -Alejandro Bóveda (17-8-36), Xoán Xesús González (2-9-36), Angel Casas (12-11-36), Johan Carballeira (17-4-37)-, sólo su sucesor como redactor jefe de "Galicia", Blanco Torres (Entrimo, 4-10-36), y él fueron "paseados" sin juicio.

Días antes de su asesinato la Delegación de Orden Público fija el régimen de visitas a los presos del Lazareto de San Simón, lo que demuestra la reglamentación que regía en la isla. Serán por las mañanas "de nueve a doce". (FV, 5-11-36). Por eso resulta extraño que, tan avanzada la guerra, haya sido "paseado" sin juicio cuando era una personalidad reconocida. No se sabe cuándo fue detenido y el tiempo que siguió trabajando en Faro, tras la sublevación. De la Fuente dice que hasta el 27 de agosto. Xon Carlos Abad, en su documentado libro "Cen persoaxes en torno a unha guerra", abunda en las incógnitas. "Sobre las últimas semanas de Lustres poco sabemos; ni cuál fue la acusación concreta que se le formuló; ni si le fue iniciada la tramitación de causa; ni dónde estuvo exactamente detenido. Lo que sí sabemos es que, en algún momento de los dos meses siguientes, será enviado al penal de San Simón".

La mayoría de los biógrafos coincide en que tras la detención pasó a la cárcel Modelo de Vigo, más tarde a la prisión habilitada en el Frontón y, finalmente, a la isla de San Simón, convertida en penal por la masificación de las cárceles viguesas. El traslado de Lustres desde San Simón al calabozo de Redondela se hizo de forma reglamentaria, "con la debida guardia armada, dirigida por un funcionario del penal", pero a partir de ahí se le pierde la pista. Lo que sigue son deducciones, ya que no existe ningún relato contrastado de los hechos.

Xon Carlos Abad, que investigó en el Archivo Provincial de Instituciones Penitenciarias (A Lama) la documentación referente a los ingresos en San Simón, traza esta secuencia: Manuel Lustres pasó la noche del 8 al 9 de noviembre en el calabozo de Redondela, a donde había sido trasladado con la excusa de declarar ante el juez de esa jurisdicción penal. En la noche del 9 lo sacaron para ser llevado al Palacio de Justicia de Vigo, en compañía de otros cuatro presos. Pero el viaje se interrumpió antes de llegar al estrecho de Rande, en un lugar llamado "A Concheira". El vehículo se detuvo y fueron asesinados con saña. El día 10 se avisaría a los familiares para que los reconocieran. Encontraron el cuerpo sin vida, y desfigurado, del periodista, junto a los otros cuatro compañeros de prisión.

El ensañamiento es la respuesta al odio del que era objeto Lustres por parte de los que tanto empeño pusieron en su muerte, y en hurtar la hipótesis de que, en un Consejo de Guerra, no fuera condenado a la pena sumarísima. De nada se le podía acusar. Por eso se mostró confiado tras la detención. Fue enterrado en Redondela y hoy sus restos descansan en el cementerio de Pereiró de Vigo.

El gran ausente. Manuel Lustres Rivas es el gran ausente de las personalidades políticas y del ámbito de la cultura que sufrieron prisión y muerte en el arranque de la guerra civil. Sólo en Ribeira, el pueblo natal, su nombre figura en una placa del callejero y en un centro cultural. En Vigo, donde pasó la mayor parte de su vida, era considerado periodista "vigués" y dejó impronta en las más importantes publicaciones de la ciudad, es casi un desconocido. De ahí este apunte biográfico, cuando se cumplen 80 años de su muerte. Vaya por delante que durante los cuarenta años de franquismo se corrió una cortina sobre lo ocurrido en los periódicos vigueses tras el 19 de julio de 1936, cuando la ciudad quedó en poder de la rebelión.

Contaba el exdirector de Faro José Francisco Armesto Faginas que en más de una ocasión preguntó a Ángel Sevillano y a Rey Alar, destacados periodistas de "El Pueblo Gallego", qué había ocurrido cuando lo tomaron los falangistas, y nunca obtuvo contestación. Nada dice Armesto de lo acontecido en Faro, pero es evidente que tampoco pudo desentrañar los acontecimientos que se sucedieron. Del 20 al 26 de julio no se publica ningún periódico en Vigo, ni Faro ni "El Pueblo Gallego" ni "La Tarde", que reaparecen el lunes, día 27, con el título de "¡Viva España!".

El manto del silencio y los tabúes sobre Lustres Rivas sólo se rompieron a raíz de la muerte de Franco en 1975. Quien primero lo hizo, a finales de los setenta, fue Manuel de la Fuente, con referencias en la sección "hace 50 años", y desde 1987 en sus espléndidas "postales".

De estudiante de Medicina a periodista. Hay un punto de inflexión en la vida juvenil de Lustres, que marca la tertulia del "Café Colón" de Santiago. Él mismo recupera tiempo después la historia del grupo estudiantil, y la edición de "Galicia Moza", que duró 2 números. Rememora los episodios en la revista bonaerense "Céltiga", en enero de 1924. "Hace docena y media de años coincidimos Castelao, Xavier Montero, Luís Villafrancos, Gamboa, y otros muchachos deseosos de ser literatos y artistas, en el Café Colón de Santiago (...) la peña al contar con Castelao como dibujante, fundó una revista "Galicia Moza", que se publicó solamente dos veces".

Lustres, que había cursado el bachillerato en Santiago, e iniciado la carrera de Medicina, abandona los estudios, tras la experiencia de "Galicia Moza", porque su vocación era el periodismo y la literatura. En el periódico de Vilagarcía "Galicia Nueva" aparecen artículos primerizos suyos. Allí editará su primer libro de ensayos, titulado "Pandemonium", en 1917.

Primera etapa en FARO

Recluido en Riveira tras la experiencia de "Galicia Moza", comienza a colaborar en periódicos de la región, entre otros el de Emilio Solá, "El Noticiero de Vigo", y en la revista "Vida Gallega", nacida en 1909. También atrae a Castelao. Envía artículos a Faro, al que se incorporará como redactor. El decano es su primer puesto laboral fijo. Trabajará con tres directores. Desde su llegada, y en la segunda etapa, hasta 1928, con el mítico Eladio de Lema, que ejerció el cargo durante medio siglo. Por un breve espacio de tiempo, y hasta 1929, con su hijo, Angel de Lema Rubido, y finalmente, hasta 1936 con Manuel Otero Bárcena. Su ópera prima farista se titula "Tipos vulgares. Martiño", fechada en Riveira. Suele publicar en portada, y en ocasiones escribe poemas, uno de ellos es un soneto a "La gaita" (27-10-10).

Por esta época ya da muestras de sus inquietudes sociales, de ser solidario y participativo, por lo que está presente en todo tipo de actividades e iniciativas. El 4 de junio de 1911 Lustres debuta como autor teatral, con el estreno en el salón Pinacho del boceto dramático "Peregrina ilusión". Al terminar la obra, salieron a escena los autores, Manuel Lustres Rivas y Ramón F. Mato. "El salón estaba abarrotado". El el 4 de diciembre de 1912, en la parroquia viguesa de San Francisco, contrajo matrimonio con Emilia Fernández y Fernández.

Del "Heraldo" de Vigo al de Ourense. Este año no sólo cambia de estado civil sino también de periódico, al fichar por el "Heraldo de Vigo" Ya había iniciado su trasunto agrarista. En 1912 su nombre figura en el "Manifiesto de agosto", encabezado por Basilio Álvarez y un grupo de jóvenes universitarios, como López Aydillo y Fernández Mato. Contenía un programa de transformación de la vida campesina y un proyecto de coordinación regional. En el bienio 1912-1913 los propagandistas de "Acción Gallega" realizaron una campaña de mítines "de una radicalidad sin precedentes en las tierras gallegas".

Es cuando Lustres da el salto a Ourense como director del periódico "Heraldo Gallego" (22-11-13), en el que vivirá una etapa agitada por su defensa de los campesinos y la lucha anticaciquil. Fue sometido en mayo del año siguiente a juicio oral por un delito de injurias a la Diputación de Ourense, y condenado. Pero continúa al frente del "Heraldo", ya que el 19 de julio, forma parte de la comitiva que acude al límite de la provincia a esperar a la Infanta Isabel -la popular "Chata"-, que llega desde Mondariz.

El mazazo lo propina el 29 de septiembre de 1914 el obispo de Ourense, Eustaquio Ilundain, futuro cardenal de Sevilla. Publica un decreto en el Boletín episcopal en el que prohíbe a todos los sacerdotes de la diócesis que colaboren en forma alguna en el "Heraldo Gallego". Se privará de las licencias a los contraventores, que caerán además en pecado mortal. La causa son "las afirmaciones e imputaciones oprobiosas" del "Heraldo". Es después de esta fecha cuando cierra el periódico agrarista.

En contra de lo que se afirma, Lustres no se establece entonces en Madrid. El 15 agosto de 1915 está en Buenos Aires con Basilio Álvarez. Al regreso funda en Vigo el bisemanario independiente "La Crónica", muy combativo (26-12-1915). Pese a haber cerrado "El Heraldo", colean los juicios por injurias contra Lustres y el presidente de la Federación ourensana de Trabajadores, Heriberto Pérez. En marzo de 1916 se publica la sentencia condenatoria. "Por injurias graves al presidente de la Diputación, Emilio Morenza, pronunciadas en un mitin, y reproducidas por el Heraldo, siendo director Lustres". Ambos son condenados a destierro, a distancia de 50 kilómetros. Se les impone las costas, pero se les declara insolventes. Acuden al Tribunal Supremo, que desestima el recurso.

Es cuando decide dar el salto a Madrid. Con fecha de 28 de enero de 1917, aparece esta noticia: "En el tren correo de hoy salió para Madrid el periodista Manuel Lustres Rivas, que va destinado a la redacción de "El Parlamentario" como redactor jefe". El director es Basilio Álvarez. Pese a que siempre mantuvo una amical relación con Basilio Álvarez, Lustres, como antes hicieran Portela Valladares, Alfredo Vicenti y López Aydillo, se alejó del movimiento agrarista por su radicalismo. No será muy prolongada la estancia en Madrid, de donde retorna a los pocos meses a Vigo para incorporarse a "La Concordia".

De "La Concordia" a "Galicia". El 1 de diciembre de 1917 se incorpora al que fue gran rival de Faro durante más de medio siglo. Allí trabajará cuatro años. No podía faltar a la asamblea constituyente del Ateneo, celebrada en el teatro Odeón, el 8 de marzo de 1921. Formará parte como secretario de la Sección de Literatura e Historia, que preside el poeta Ramón Cabanillas.

Este año representa a "La Concordia" en la comisión que organiza las fiestas de agosto y participa en la de Regatas. Abandona "La Concordia", para fundar "Acción Viguesa", y en el mes de julio de 1922 es nombrado redactor jefe de "Galicia", el diario que dirigirá Valentín Paz Andrade. Cuenta éste en su libro sobre "Castelao" que lo fichó como redactor jefe porque era el profesional más capaz. En noviembre de 1923 estrena en el teatro Tamberlick la comedia "La gran hora", escrita con el periodista Ramiro Fernández del Valle.

La aventura argentina. Abandona "Galicia" al mes siguiente para irse a Argentina. Antes recibe un homenaje de despedida en el Hotel Universal, que acabó con los asistentes puestos en pie, entonando el himno gallego. Marcha para ejercer un alto cargo en una compañía naviera. En la sección "De viaje", se lee: "En el vapor correo Weser embarcó con su familia, ayer tarde, para Buenos Aires, el conocido periodista D. Manuel Lustres Rivas, con objeto de posesionarse de su destino en la casa consignataria del Lloid Norte Alemán en la capital argentina" (FV, 12-1-1924).

Pero tampoco había nacido para las labores burocráticas. El 26 de febrero de 1925, los vigueses leen que "Lustres Rivas asumió la dirección de la gran revista "Céltiga", de Buenos Aires". La experiencia bonaerense fue corta. El 1 de abril de 1925 está de vuelta en Faro de Vigo. El director, Eladio de Lema, logró atraerle a la Redacción, como hará, un año después con Castelao. Y Lustres Rivas, hasta entonces inquieto e insatisfecho con sus trabajos profesionales, encuentra el lugar apropiado en el decano de la prensa gallega, del que ya no se moverá, hasta la cita con el destino. Compatibilizará su tarea en la Redacción con la corresponsalía de United Press para el Sur de Galicia, y con colaboraciones en periódicos de Madrid ("La Voz de Madrid") y Buenos Aires ("La Razón"), alguno de cuyos artículos reproducirá el decano.

Segunda etapa en FARO. Regresa a la ciudad en el momento cumbre delperiodismo vigués, cuando competían tres diarios de gran voltaje con las mejores redacciones que hasta entonces existían: Faro de Vigo, dirigido por Eladio de Lema, "Galicia", a las órdenes de Valentín Paz Andrade, y "El Pueblo Gallego", al mando de su antiguo amigo Ramón F. Mato. "La Concordia" había desaparecido a principios de 1924 para dar paso a este último.

En enero de 1927 se constituye la Asociación Profesional de Periodistas de Vigo, que incluye a los directores, redactores y personal de Administración con remuneración fija. Lustres es elegido presidente. En la segunda mitad de la década Lustres es el columnista de referencia. Como periodista culto y defensor de causas cívicas. Echó el resto en la campaña a lo largo de 1928 para que en Vigo se organizase una feria internacional de la pesca. Sus "monólogos gallegos", en "La Voz de Madrid", de la que era cronista en la región, tienen multitud de seguidores.

En la cima del éxito. En el otoño de 1929 recibe un homenaje en el Centro Gallego de Madrid, con motivo de conmemorar sus bodas de plata como periodista. En el mes de septiembre comienza una suscripción para el agasajo. Se publican los nombres de cuantos colaboran, cuyas aportaciones se reciben en el propio FV y en el "Zapato Inglés". Varias publicaciones gallegas se suman al homenaje: la revista "Sprint", de Vigo, "La Región" y "La Zarpa", de Orense, "Galicia Nueva", de Vilagarcía. La Asociación de la Prensa de Orense participa con una aportación de 250 pesetas, y el pueblo de Riveira, mediante una suscripción pública. Se celebró el 23 de octubre en el "Hotel Mercedes" de Madrid. "Concurridísimo", remata la crónica del acto. En la mesa principal lo acompañan el político Basilio Álvarez, el escritor Alberto Insua, el arquitecto Antonio Palacios y el novelista Dionisio Pérez Gutiérrez.

El encuentro con Lorca. La llegada del grupo teatral universitario "La Barraca" a Vigo, en el verano de 1932, supone el encuentro de Lustres Rivas con Federico García Lorca, a los que el destino tiene reservadas dramáticas similitudes. Nunca se imaginaron los dos escritores, tan identificados en su compromiso social y literario, en plena gloria artística, que iban a tener un final tan horrible, y en análogas circunstancias de ser asesinados sin juicio, en la impunidad de la madrugada a la vera de un camino. En el momento en que se encontraron en Vigo la vida les sonreía. Fue el 25 de agosto en "Las Cabañas", donde "La Barraca" desarrolló su espectáculo teatral. Lustres habla en el artículo que le dedicó del "verbo brujo" del poeta granadino en la introducción del espectáculo. Tras el paso de García Lorca y sus huestes de la Extensión Universitaria por la ciudad, Lustres marcha con la familia al balneario de Cuntis de vacaciones. Desde allí escribe la serie de artículos "El balneario milagrero".

Defensor de la profesión. El año 1932 fue importante para Vigo, por la presencia del jefe del Estado y del Gobierno de la República, Casares Quiroga y Manuel Azaña, y relevante en la trayectoria profesional de Lustres. Antes del verano libró una potente campaña a favor del ferrocarril Zamora-Orense, cuyas obras estaban amenazadas de paralización por falta de dinero. Pero donde se volcó fue en la campaña por la jubilación de los los periodistas, que lo convertiría en uno de los nombres más conocidos del país.

A través del diputado Basilio Álvarez consiguió las firmas suficientes para llevar al Congreso una proposición de Ley sobre las jubilaciones de los profesionales de la prensa. No existía la Seguridad Social y al jubilarse muchos quedaban en precarias condiciones. Lustres explica cómo nació la idea, y la fórmula económica para resolver el problema. Consistía en subir a 15 céntimos el precio de cada periódico, y de ellos dedicar medio céntimo para fondos de la jubilación.

Como presidente de la Asociación Profesional de Periodistas, recibió muchísimas cartas de adhesión, entre ellas de los principales líderes políticos, varios de ellos periodistas: Alejandro Lerroux, Manuel Azaña, Indalecio Prieto, Marcelino Domingo y Julián Besteiro. Logró que todos los periódicos de España hablasen de la iniciativa.

Los últimos años. ¿Existe alguna relación entre el final de Lustres y su presencia en el periódico? Si se quieren buscar señales quizá haya que rastrear las últimas huellas. Su actividad baja considerablemente en el bienio 35-36. Sin duda acaparaban su atención la dirección de la Asociación de la Prensa, la preparación de la salida de "Hoja del lunes" y otras actividades. Lo compensa con el serial de reporterismo "Perspectivas de la Galicia Marinera". Está ilustrado con fotos de Pacheco. Desde entonces su firma desaparece del diario, aunque su nombre figura como protagonista de distintas actividades.

En 1936, tras la muerte de Angel Bernárdez, que lo fuera en los últimos años, es elegido presidente y director de "Hoja del Lunes". Empieza a salir en el mes de mayo para dar trabajo a los periodistas en paro. Por su cargo le corresponde organizar (3-3-1936) uno de los acontecimientos sociales de la ciudad, el VIII Gran Baile de la Prensa. En la comida celebrada en el bar "Savoy" estuvieron casi todos los periodistas locales, muchos de ellos con sus familias.

El 31 de marzo de 1936 asiste en Santiago, a la constitución de la Asociación de Escritores Gallegos. La integran más de cincuenta miembros. Entre los vocales están Lustres Rivas y Julio Sigüenza, redactor jefe de "El Pueblo Gallego". Es su última aparición en las páginas de Faro, antes de la postrera y definitiva, la terrible nota del 3 de septiembre, que anuncia su salida del diario.

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