Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Colón español, una cuestión de Estado

La reciente localización, por parte de la Asociación Cristóbal Colón Gallego, de las actas que custodia el archivo de Congreso de los Diputados, algunas de ellas clasificadas como "material reservado" y que empiezan a estar desclasificadas, pone en manifiesto la importancia política del origen del famoso navegante

"Pasquín" editado por la asociación Pro Colón gallego, para recordar la intervención en el Congreso, datada en 1922.

Sucedió hace menos de un siglo, por increíble que pueda parecer, el debate sobre el origen de Cristóbal Colón llegó al Congreso de los Diputados y se convirtió en una cuestión de Estado. Durante la primavera del año 1922, el diputado gallego Emiliano Iglesias Ambrosio decidía presentar un ruego en la Cámara Baja para que la Academia de la Historia procediese a analizar, de una vez por todas, una serie de documentos y pruebas hallados en Pontevedra que probarían el origen gallego del navegante, y por supuesto, en último término, si las conclusiones del análisis fuesen favorables y revelasen su origen pontevedrés, la propia Academia procediese a dar el visto bueno a la teoría del origen gallego; es decir, se solicita su mediación para validar la tesis gallega del origen de Colón. Es evidente la importancia del asunto, se debate en una sesión del Congreso de los Diputados, convirtiéndose así en una cuestión de enorme calado.

En realidad, si nos detenemos en como se habían ido desarrollando los acontecimientos en años anteriores, no debería extrañar que el asunto llegase a la política. Tal y como expone el diputado, la Academia se había comprometido a realizar el mencionado análisis, pero no había cumplido con ese cometido. Se sabe que al menos en dos ocasiones, estando prevista su intervención, la Academia de la Historia no llega a realizar el examen de la documentación, a pesar del compromiso adquirido cinco años antes de que la cuestión llegase a la Cámara. En primera instancia, todo parece indicar que la causa fue la denominada Crisis Española de 1917; se había generado inestabilidad política, huelgas en los transportes y agitación social, lo que pudo provocar la cancelación del viaje a Pontevedra de tres destacados académicos para revisar y estudiar los papeles de Colón. Posteriormente, hubo una segunda tentativa desde tierras gallegas para que se procediese a esa tarea, se reunieron fondos para costear el desplazamiento de miembros de la Academia, pero nuevamente, y sin que los motivos se hayan esclarecido del todo dicha revisión documental no llegó a realizarse. Por eso, el diputado en su argumentación a los miembros del Congreso, expone la necesidad de que se cumpla con el procedimiento. En su disertación Emiliano Iglesias Ambrosio (que era gallego de nacimiento pero Diputado por Barcelona) manifiesta su apoyo a la teoría gallega y habla de "testimonios irrecusables" de personalidades que trataron al navegante como Bartolomé de las Casas, Andrés Bernáldez y Hernando Colón, hijo del propio almirante, que la avalan. Además, destaca la labor desarrollada por investigadores como Prudencio Otero, quien unas semanas antes publicaba, La patria de Colón, y con anterioridad Celso García de la Riega, autor de Colón español, su origen y su patria (1914). Por ello, advierte la necesidad de dar un "carácter oficial y seriado a estas investigaciones". Al mismo tiempo, defiende con vehemencia y con absoluto convencimiento la tesis gallega, negando con rotundidad la procedencia italiana de Cristóbal Colón: "siempre puesta en entredicho, pero hoy eliminada por completo gracias a la labor de esos hombres y otros muchos que no cito...". No se puede negar la defensa apasionada de Emiliano Iglesias, es evidente que en su discurso hay subjetividad, si la teoría llegase a demostrarse tendría el honor de compartir paisanaje con el navegante. Sin embargo, y aún sabiendo que su petición iba a contar con importantes adhesiones en la tribuna del Congreso, puesto que "como el 90 por 100 de los que a la Cámara pertenecemos somos gallegos, ya está ganado el pleito", quiere dejar claras sus intenciones y la necesidad de que su ruego sea tenido en cuenta para que la Academia cumpla con lo que se le había encomendado: "Nosotros queremos ganar el pleito, no por sufragio, sino por comprobación científica, conforme a los métodos más severos de la crítica histórica". Finalmente, el ruego del diputado, como cabía esperar, fue bien recibido por los diputados presentes, el Ministro de Gracia y Justicia, Mariano Ordóñez García se comprometió a trasladar al gobierno la petición para que la Academia de la Historia hiciese "las gestiones precisas para ver si en la realidad, pueden tener confirmación las ideas tan luminosamente expuestas por muchos investigadores". La figura de Colón llegaba al estrado del Congreso de los Diputados y los ecos de la noticia cruzaron el Atlántico como había hecho el navegante siglos antes. El prestigioso diario estadounidense The New York Times informó de lo sucedido en sus páginas: Spaniards claim Colombus, "Los españoles reclaman a Colón".

La teoría gallega entraba en el Congreso con éxito, pero desgraciadamente para sus defensores, aquellas buenas intenciones manifestadas en el pleno de la Cámara, se quedaron solo en eso y la tan solicitada evaluación documental por parte de la Academia nunca llegaría a producirse. Es más, uno de sus miembros, Ángel de Altolaguirre y Duvale pasó a defender abiertamente el origen genovés del navegante, desacreditando la tesis de Guillermo García de la Riega.

Los años que siguieron a la presentación de la iniciativa parlamentaria siguieron marcados por la inestabilidad política. En 1923, Primo de Rivera tomaba el poder tras un golpe de Estado, después llegaría la Segunda República, la Guerra Civíl (1936-1939) y la dictadura de Franco, que tenía a Benito Mussolini como gran aliado. Para algunos defensores de la tesis gallega, la buena sintonía entre ambos regímenes políticos, -amigos y aliados que no deseaban conflictos entre sí-, terminó por ocultar la teoría gallega. La figura de Colón era para Il Duce, un símbolo, pues había protagonizado una gesta surcando el océano hasta llegar a un nuevo continente para llevar a la humanidad a la Edad Moderna. Algunos colonianos creen que el sostenimiento de un Cristoforo Colombo (nacido en el Estado de Génova, y que nada tiene que ver con el Cristóbal Colón nacido en Galicia y Descubridor) era un icono intocable para el dictador y su propaganda, ansioso por encontrar y mantener figuras relevantes y poder reconstruir un pasado glorioso de su pueblo para ensalzar con fervor a la nación italiana.

A pesar de todas las dificultades y vicisitudes con las que se ha ido encontrando la tesis gallega por el camino, el tesón y el trabajo de los investigadores ha continuado; y hoy, los archivos relanzando una teoría avalada por documentos y evidencias que sitúan el origen del navegante a las puertas de Pontevedra.

Compartir el artículo

stats