"Durante generaciones y generaciones -observa Italo Calvino en el prólogo- lo único que han hecho las mujeres ha sido esperar y sufrir (...) Y lo mismo sucedía con las protagonistas de Ginzburg". Publicada en 1947, la segunda novela de Natalia Ginzburg, es la historia de un amor desesperado; una confesión, escrita con un lenguaje sencillo y conmovedor, de la desgarradora lucidez de una mujer sola que durante años ha soportado la infidelidad de su marido y cuyos sentimientos y pasiones la abocan a extraviarse inexorablemente.