Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entre dos mundos

Rotunda y delicada novela de la escritora hispano marroquí Najat El Hachmi

La hija extranjera | HAJAT EL HACHMI | Destino

Najat El Hachmi nació en Marruecos pero a los ocho años se fue a vivir a Cataluña, lugar al que su padre había emigrado. Este dato biográfico es fundamental para entender su obra, palabras que habitan dos mundos distintos que para ella no son distantes. Con El último patriarca y La cazadora de cuerpos ya demostró que aquella niña que utilizaba las palabras escritas para entender el mundo y entenderse a sí misma había aprendido muy bien cómo contar una historia con un estilo muy personal de intensidad emocional y con una capacidad admirable para dar vida a sus personajes sin maniqueísmos, alejándolos de los lugares comunes. Y todo ello envuelto por un dominio del lenguaje con recursos sobrados para transitar por todo tipo de paisajes narrativos sin perder nunca el norte.

Con La hija extranjera ha creado una rotunda y delicada novela "sobre el vínculo emocional entre una madre y una hija. Los dos personajes conviven muy estrechamente, están solas la una con la otra, dependen la una de la otra aunque aunque a penas se hablan, casi no se tocan. En este caso la visión que tenemos es la de la hija ya que he dejado para mi siguiente novela la de la madre".

La protagonista narra en primera persona "con un monólogo que dura todo el libro su punto de vista sobre el mundo que la rodea, el de la madre y el del lugar nuevo al que han emigrado e intenta entender cuál es el sitio que le es más propio. No se trata de una historia sobre el choque cultural, es un simple conflicto emocional que se sitúa en este paisaje concreto de la emigración, pero para mí es más que nada la descripción de ese momento concreto en que las hijas nos vemos obligadas a cortar el cordón umbilical que nos une con nuestras madres para iniciarnos como adultas. Lo particular de este caso es que la madre viene de un pequeño pueblo del Rif, es analfabeta y quiere transmitirle a la hija los valores que considera fundamentales".

La hija "podría tener aspiraciones muy distintas de las que tiene la madre, estudiar, irse a vivir a Barcelona, pero se siente en deuda con quien la ha traído a este mundo, con quien hizo un gran sacrificio para que la hija ahora pueda escoger. Entiende las presiones familiares y colectivas que pesan sobre la madre. Se da cuenta también de que explotar su propio potencial intelectual la va a alejar de ella, única persona que la vincula a su lugar de nacimiento. Alejarse de la madre, por lo tanto, va a suponer alejarse del origen y de la lengua materna, una lengua oral para el que no tienen ningún diccionario".

De ahí que en toda la novela haya una reflexión continua "sobre los idiomas de la protagonista. También aparecen otros temas como el del racismo sutil y cotidiano, el paternalismo hacia las chicas como ella". Por otro lado, y es algo muy importante, "es un libro lleno de aromas, gustos, tactos y la presencia del cuerpo es casi tan importante como el de la lengua. Y cómo no, hay un tributo a la lectura y a algunas autoras que se van citando como Rodoreda, Marçal, Carme Riera o Carmen Laforet".

Buena compañía, sin duda.

Compartir el artículo

stats