Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La locura de vivir

El escritor australiano Peter Kocan novela su adolescencia desamparada

Aires nuevos | PETER KOCAN | Sajalín, 339 págs.

La noche del 21 de junio de 1966 el político laborista australiano Arthur Calwell dio un mítin electoral en Sydney. Al terminar, se subió a su coche y no vio acercarse por la ventanilla del lado del acompañante a un joven de 19 años que llevaba un rifle con el cañón recortado. El joven le apuntó a la cabeza, pero al interponerse el cristal la trayectoria de la bala se desvío y terminó alojada en el abrigo del político, sin causarle más daño que algunos cortes producidos por la ventanilla rota. Aquel muchacho, de nombre Peter Kocan, terminaría por convertirse en destacado escritor tras pasar diez años entre instituciones penitenciarias y siquiátricos. El político perdonó al chico perturbado y se interesó por su rehabilitación (Kocan dio a conocer sus primeros poemas estando encerrado). Al salir del siquiátrico publicó libros que hablan de su experiencia, ganó importantes premios y se dedicó de lleno a una exitosa carrera literaria.

Aires nuevos novela la adolescencia desamparada de Kocan. El chico sin nombre que la protagoniza llega a una ciudad australiana junto a su madre y su hermano pequeño huyendo de un padrastro violento. El chico tiene 14 años y supone una carga para la madre, que se libra de él enviándolo a trabajar al bush, a las explotaciones ganaderas y agrícolas del interior del país. Su peregrinaje por el campo y la ciudad (en el campo trabaja, en la ciudad vagabundea y va con frecuencia a la Biblioteca Nacional y los museos) está narrado con tal resignada verdad que produce en el lector un respingo ante tanta soledad, introversión, miedo y desamparo. El desvalimiento al enfrentarse a los primeros trabajos en el bush -cuando da de comer a unos cerdos, ordeña una vaca, monta a caballo o sostiene con dificultad una caja de herramientas- y el deambular asustado por la ciudad, durmiendo en pensiones de mala muerte o en la calle, a la intemperie, asustado, cohibido, ante un mundo que se muestra jodidamente neutral, nos devuelven un personaje que es una mezcla explosiva entre el Sal Paradise de En el camino, el Holden Caufield de El guardián entre el centeno y el Travis Bickle de Taxi Driver. Tristeza, soledad y una ironía que se deja ver de vez en cuando en los destellos de sentido del humor que tiene el muchacho, dan cuenta de la devastada desolación de un adolescente con signos de esquizofrenia que se refugia tras el valor de un soldado de ficción, llamado Dieslt, y una adoración sin tasa de las gracias inmaculadas de Grace Kelly.

Compartir el artículo

stats