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Los capos hondureños que captaron a Sito Miñanco

El narcotraficante de Cambados realizó la primera de sus descargas de "fariña" para el clan de los hermanos Matta Ballesteros, "familia de confianza" del histórico Pablo Escobar

La serie "Fariña", basada en el libro homónimo del periodista gallego Nacho Carretero y convertida en el fenómeno televisivo del momento, narra en sus primeros capítulos cómo los clanes contrabandistas gallegos dan en los años ochenta del pasado siglo el salto del tabaco a la cocaína, de la mano de los grandes narcos colombianos.

El mayor gancho de esos primeros capítulos, que auparon a la serie como la más vista en España, radica precisamente en la historia de cómo Sito Miñanco, entonces un contrabandista de tabaco de menor relevancia que Oubiña o los Charlines, es captado en Panamá a principios de los 80 por el narco hondureño Nelson Matta Ballesteros, un hombre de confianza del mítico capo colombiano Pablo Escobar, para abordar las primeras descargas a gran escala de coca hacia Europa a través de la costa gallega.

A principios de esa década, el contrabando de estupefacientes no estaba regulado y se castigaba con la misma pena que el de tabaco. Traficar con droga daba a los contrabandistas menos trabajo, muchísimo más dinero y el mismo riesgo. La chispa saltó en Panamá, donde los contrabandistas gallegos ocultaban su millonario botín y disfrutaban de más paraísos que los meramente fiscales. Allí, según cuenta Nacho Carretero, un emergente Sito Miñanco pasó de los amorosos brazos de Odalys Rivera, muy relacionada con los círculos de poder del general Noriega, que se convertiría en su segunda mujer, a las garras de los Matta Ballesteros. "Esa mujer fue quien lo introdujo en la cocaína", aseguró un veterano guardia civil gallego al autor de "Fariña".

Nelson Matta Ballesteros, cuyo hermano Juan Ramón Matta Ballesteros pasaría a ser poco después del episodio recreado por "Fariña" uno de los criminales más buscado por Estados Unidos por el asesinato del jefe de la DEA en México (cumple en la actualidad una condena de doce cadenas perpetuas), protagonizó en aquellos turbios años una rocambolesca historia en la ciudad de A Coruña, donde se instaló a mediados de los 80 en un enorme piso del paseo marítimo con vistas a la playa del Orzán.

"Desde allí inauguró una oficina del cartel de Medellín Para lavar el dinero de la organización y reanudó el trabajo con los clanes gallegos -asegura Nacho Carretero en su libro-. En la distancia, todo lo dirigía por teléfono su hermano Ramón. Una de esas llamadas la escuchó el inspector de policía Enrique León. El cartel colombiano estaba ya instalado en Galicia y la policía seguía persiguiendo cajetillas de tabaco".

Nelson y Reinaldo Matta Ballesteros, hermanos de Ramón Matta Ballesteros, así como Nancy Marlen Vázquez, esposa del narcotraficante y jefa del clan desde la encarcelación de su marido en Estados Unidos por el asesinato del agente de la DEA, participaron en varias operaciones inmobiliarias en Galicia. La trama empresarial gallega en la que participaba Matta fue descubierta en 1988 en una serie de informaciones publicadas en El País por los periodistas Peru Egurbide y Félix Monteira, que causaron un enorme revuelo político. "Un barón de la cocaína realiza grandes inversiones en España" titularon. La investigación periodística aludía también a informes policiales de seguimiento de las actividades del clan Matta en España y alertaba de que la presencia de los Matta Ballesteros en A Coruña había coincidido con un fuerte incremento de las capturas de cocaína en Galicia.

La información del periódico madrileño partió en 1988 de una filtración de agentes de la DEA en España. En esos años comenzaba un punto de inflexión en las acciones policiales y judiciales que comenzaría a acorralar a los cabecillas históricos del narcotráfico gallego, que tendrían su primera gran caída, incluido Sito Miñanco, tras la instrucción de la Operación Nécora a principios de los 90 por el juez Baltasar Garzón.

Según la revista Forbes, el clan Matta Ballesteros llegó a manejar una fortuna incalculable, tanto es así que en los años ochenta ofreció pagar la deuda externa de su país, Honduras, propuesta rechazada por el entonces presidente. Los Matta, socios de los grandes carteles colombianos de Cali y Medellín y del capo de capos mexicano Félix Miguel Gallardo, controlaban en los 80 el 65% de cocaína que se enviaba desde Colombia hacia Europa a través de las rías gallegas.

Las andanzas gallegas del capo hondureño fueron relatadas con detalle en el libro "La conexión gallega del narcotráfico", del periodista Perfecto Conde. Para hacerse una idea de la importancia del clan de los Matta Ballesteros en el organigrama mundial del narcotráfico, basta echar un vistazo al libro "El poder del perro", del estadounidense Don Winslow, al que se considera el heredero de James Ellroy en el trono de la novela negra. Los personajes de la novela de Winslow, que recrea la historia del narcotráfico en Estados Unidos y Mexico, son todos reales, aunque sus nombres aparecen cambiados. El único que figura prácticamente con su verdadero nombre es Ramón Matta Ballesteros, al que se nombra como Mette Ballesteros. Winslow lo considera el cerebro del llamado ´trampolín mexicano´, que desplazó el epicentro del tráfico de cocaína de los carteles colombianos a los aztecas.

En el último capítulo emitido hasta el momento de la serie "Fariña", el pasado miércoles, se recrea en escenas rodadas en el restaurante del monte de San Pedro, frente a la Torre de Hércules, a Nelson Matta Ballesteros dirigiendo desde Galicia una operación de venganza contra el clan de los Charlines por una fallida descarga de toneladas de cocaína en las rías gallegas.

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