Antes de contestar tu pregunta, creemos necesario recordarte la parte legal de lo que nos comentas. Es importante que sepas que se necesitan permisos para tener la mayoría de esas cotorras, por lo que te aconsejamos que consultes en la Guardia Civil antes de quedártela. Además, es posible también, que alguien la haya perdido o se le haya escapado, pregunta, por favor, en la policía local. Aunque no lleve anilla, muchos de estos animales ya llevan chip.
Respecto a lo que nos planteas, te avanzamos que, para poder juntar animales en una misma jaula, siempre hay que hacer una cuarentena para evitar la transmisión de enfermedades de un animal a otro. Para ello, lo ideal es que comiences por llevarlo a tu veterinario para que pueda realizar una primera observación del mismo y le haga las pruebas oportunas. Una vez se descarte cualquier riesgo sanitario, lo siguiente será valorar el tamaño de los animales y el espacio disponible. También es fundamental que, antes de juntarlos, estudies el carácter de cada uno de ellos. Te ayudará a evitar posibles peleas que puedan acabar mal.
Nada une más que la soledad. Por eso, algunos animales se unen para sobrevivir en un mundo tan complejo como el los humanos. Por ejemplo, este cerdo y este perro viven y duermen juntos desde hace años. Mientras uno sueña con un buen hueso, el otro lo hace con un gran charco repleto de barro.
Los perros ladran, los gatos maúllan y algunos hombres mienten. Me adoptaron diciendo que nunca me abandonarían pero, meses más tarde, ya habían cambiado mi casa por una jaula. Ven a conocernos a: info@apadan.org.
Los gatos somos de naturaleza exploradores y grandes soñadores. Sólo hay algo que nos gusta más que jugar con el viento o descubrir a lo que huele el aire, y es dormir. Por eso, alternamos expediciones con largos sueños reparadores.
COLONIAS DE GATOS CALLEJEROS PROTEGIDAS. Cada cierto tiempo aparecen carteles en contenedores o farolas de la ciudad reclamando más protección para los gatos de la calle. Las colonias felinas deben ser tenidas en cuenta en la planificación urbanística de las ciudades. Muchas de ellas llevan años siendo mantenidas por cuidadoras entregadas, que destinan su dinero y los cuidan como si fueran suyos. Su duro trabajo merece tener una protección contra el vandalismo y las amenazas a las que, en ocasiones, son sometidas. Se les debe ayudar, amparar y formar. La mejor solución siempre es esterilizar a la colonia al completo y gestionarla adecuadamente con cuidados veterinarios pero, para que esto sea eficaz, éstas deben estar localizadas, delimitadas y protegidas. La implicación de los ayuntamientos en este tema es esencial.
Francisco Garcia-Romeu 2 presidente del O.C. para el Bienestar Animal
La tecnología aplicada al mundo de los animales no tiene barreras. Saber hasta dónde llega la fidelidad de las águilas o como se enamoran las ballenas, ya está al alcance de los objetivos de los drones que pueden obtener un primer plano de los mismos desde más de cien metros de distancia.
Los jabalís se acercan cada vez más a nuestras ciudades. No es extraño. Estos animales de infinita fortaleza están, literalmente, pasando hambre. Los cultivos agrícolas y los contenedores de basura de la periferia, son auténticos comederos para ellos.
La vida perruna es la mejor. En circunstancias normales, los perros obtienen mimos y cuidados a cambio de su lealtad y compañía. No obstante, la vida de éstos se convierte, por desgracia, en una auténtica tortura al caer en manos de dueños despiadados. Son varias las noticias sobre maltrato y abandono de estas mascotas que han salido a la palestra este último mes. Por ejemplo, las cámaras de seguridad de una protectora de Pontevedra captaban a un hombre lanzando salvajemente una perra embarazada al otro lado de la valla. En esta misma provincia cinco cachorros fueron encontrados abandonados al borde de la hipotermia junto a un contenedor y en Cáceres un hombre era detenido por matar a su perro de un disparo en la cabeza. Dicen que los perros son el mejor amigo del hombre. Lástima que a veces el hombre sea el peor enemigo. 2 Paula Planelles
El otro día entro en mi casa volando una cotorra. Se le veía desorientada y muy asustada. Le alargué el brazo y se posó sobre mi mano, así que me la he quedado. Tengo una jaula con loros que es muy grande pero, no sé si sería bueno ponerles a todos juntos en ella ¿Podrían ayudarme?
A una "individua", me niego a llamarle persona, no se le ocurrió otra cosa que meter a su gato en la lavadora y poner en marcha el centrifugado de la misma. El animal, como pudo, consiguió sobrevivir. Sin embargo, la tortura acababa de empezar para él.
Su dueña, al ver que, inicialmente, no había conseguido su criminal propósito, decidió probar una vez más. Tras maldecirlo, sin sacarlo del interior, volvió a darle al botón. La lavadora se puso en marcha nuevamente mientras el gato intentaba desesperadamente escapar. Todo fue inútil. El tambor comenzó a girar infernamente con el gato dentro pero, esta vez, le fue imposible soportar los continuos giros. Murió, reventado por los golpes, ahogado por la asfixia.
Y ¿Cómo sabemos todo esto? Porque la dueña, satisfecha y orgullosa por el resultado, lo grabó en video y lo colgó en las redes sociales para horror de todos y disfrute de su ego.
Evidentemente, las reacciones no se hicieron esperar. Las protectoras de animales comenzaron a criticar los hechos y, rápidamente, se creó una recogida de firmas en "change.org" para denunciar a la culpable. Más de 300.000 personas han dejado ya en la misma su testimonio de repulsa. Sin embargo, la autora de los hechos no se ha venido abajo. Todo lo contrario. Amenaza con hacer lo mismo ahora con un perro.
Y me imagino que se estarán preguntando cómo es posible realizar una declaración de ese tipo con tanta impunidad. Supongo que la clave está en lo fácil que resulta hacerse con un animal de compañía en nuestro país, dada la falta de controles y el enorme volumen de abandono existente, así como en la suavidad de las propias leyes y la pasividad en la aplicación de las mismas.
Otra explicación no le encuentro porque, a estas alturas, esa especie de "energúmena" no sólo debería haber sido ya detenida, juzgada e ingresada en prisión, sino que, además, para potenciar la reinserción y educación penitenciaria tan de moda en estos días, debería no facilitársele acceso alguno a lavabo o ducha para su aseso personal en la cárcel. En su caso, con una buena lavadora de carga frontal en la que meterse sería suficiente. Quizás, así, por fin, comprenda lo que pudo llegar a sufrir aquel pobre animal.
