China, Japón, La India? pero también otros países asiáticos, han influido en numerosos artistas españoles a lo largo de los siglos XIX y XX. La Fundación Juan March ha organizado una exposición que recoge obras de estos creadores, fundamentalmente a partir de los años cincuenta y sesenta, en los que esta influencia oriental es más acusada. También hay en la exposición obras de artistas anteriores a estos años, como las de Llorens Artigas y Joan Miró. Junto a ellos, piezas de artistas asiáticos que se mezclan con las de los españoles en una simbiosis de gran belleza estética.
Fernando Zóbel, de origen filipino y que impartió clases en la Universidad Ateneo de Manila entre 1956 y 1961, sintió desde siempre una gran atracción por todas las manifestaciones del arte oriental. Cuando se asentó en España se trajo con él, aparte de su formación y su conocimiento de este arte, una extensa biblioteca de libros chinos y japoneses muy visitada por artistas españoles. Parte de esa biblioteca se puede ver ahora en esta exposición. El pintor fue considerado desde entonces el principal nexo de unión entre el arte asiático y la abstracción española, y hay aquí una buena muestra, a modo de gabinete, de sus cuadernos de apuntes, álbumes, fotografías, sellos y cerámicas de la dinastía Ming (1368-1644) encontradas en excavaciones arqueológicas de una finca familiar en la península de Calatagán.
La exposición se divide en diez secciones temáticas que acogen obras, libros, documentos y piezas diversas. Se inicia con un espacio dedicado a las Casas, Templos y Jardines de la arquitectura tradicional japonesa. Sobre este tema han reflexionado artistas españoles como Antoni Clavé, Juan Navarro Baldeweg y Gustavo Torner. Este último realizó la serie "Japonesadas (Diversas perspectivas)" tras un viaje a Japón acompañad de Zóbel, mientras este último se inspiraba en este mismo arte para su serie "Saetas".
El espacio dedicado a los Paisajes se centra tanto en los de la naturaleza como en los de la ciudad. Marta Cárdenas dedica algunas de sus obras a los paisajes del budismo zen mientras José Manuel Ballester trabaja en series de ramas que se inspiran en paisajes asiáticos.
En Texturas de tierra se muestran cerámicas elaboradas con técnicas chinas y japonesas, que tienen su reflejo en la obra de Llorens Artigas y en sus colaboraciones con Joan Miró.
Uno de los espacios más sugerentes es el dedicado al Espíritu, energía, contemplación, que aborda la utilización del arte por el budismo y el hinduismo como canal de energía espiritual. Luis Martínez Muro, Emilio Molero, Manuel Rivera, Pablo Palazuelo, José María Yturralde y Manolo Quejido se han ocupado de esta manifestación artística y hay aquí muestras de esta dedicación. También Miquel Barceló, que dibujó muestras de Shiva con sus múltiples brazos y esculturas de Buda del Museo Guime de París.
Si hay un tema que capte con más fuerza la atención de esta muestra es el color que, en algunos lugares como La India forma parte de la identidad del país. Las fotografías de Cristina García Rodero y de Susana Solano han captado los colores de la India en toda su explosión visual. Miguel Ángel Campano y Juan Uslé recrean la vida cotidiana del país, mientras Alfonso Albacete pinta los barcos y las casas flotantes que vio desde la ventanilla del avión cuando regresaba desde Indonesia y reprodujo después en su serie "El mar de China".
Hay una relación directa del arte de estos países con la abstracción a través de la caligrafía, una expresión que atrapó la atención de los artistas españoles e influyó incluso en el cambio de mentalidad. Esa caligrafía invitaba a la abstracción, y así lo entendieron artistas como Luis Feito, Antonio Saura, Tàpies, Manuel Viola y Fernando Zóbel.
Las manifestaciones del arte oriental en los diseños de kimonos, ideogramas, abanicos, estampas eróticas, etc., inspiraron nuevas iconografías como las de los guerreros samuráis de Juan Antonio Aguirre, Ramón Gaya y Fernando Bellver. La estampación de artistas como Katsushika Hokusai y Ando Hiroshige han influido en la obra de Eduardo Chillida, Eduardo Sanz y Gerardo Aparicio. Los bordados de los kimonos han interesado tmbién a Eduardo Urculo, GustavoTorner y José María Sicilia, como se puede ver en esta exposición. Por su parte, la poesía china y el haikú japonés interesaron a Joan Miró, que publicó su libro "Hai-Ku" ilustrando 16 de estos pequeños poemas. Por su parte, Tàpies trabajó con Takiguchi en "La mirada de la materia", y Joan Brossa compuso algunos de sus poemas-objeto. Las fotografías de Chema Madoz que se muestran en esta exposición pertenecen también a este espacio.
