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Avelino Muleiro

Avelino Muleiro: "Fundamos el Grupo Aletheia para promover en Galicia la cultura, la filosofía y la ciencia"

"Aquella etapa idílica de mi infancia en la aldea de Lamas, de perfecta comunicación del niño con familia y naturaleza, sigue siendo añoranza recurrente para mi"

Grupo Aletheia con Mario Bunge, su esposa y varios ponientes en el Homenaje a Mario Bunge celebrado en 2003 en Verbum

"La racionalidad es muy prosaica y la filosofía muy lógica, y de espíritu semejante, contar mi vida como una novela me resulta difícil y hasta puede parecer insípido", nos dice este gallego del 43. Acogido en sus primeros estudios al Seminario como tantos nacidos en el rural en tiempos de pobreza y posguerra, al que recuerda agradecido, laFlosofía habría de ser la fragua en que se alimentó su vida, fuera en su enseñanza o en el desarrollo de su pensamiento. Subdirector Xeral de Bachilerato de la Xunta con Fernández Albor, fundador del Instituto de Estudios Carballineses y presidente de la asociación Álvaro das Casas, con otros tres catedráticos de Filosofía crearon en Vigo el Grupo Aletheia, que suma ya 24 ediciones de sus Xornadas y ha traído a esta ciudad a principales pensadores en sus Jornadas anuales. Así cuenta su vida.

La infancia. "La primera fase de mi vida, evocada ahora con nostalgia y satisfacción, ha sido una Arcadia feliz. Aquella etapa idílica en mi aldea de Lamas, de perfecta comunión del niño con la naturaleza, con la familia y con los amigos sigue siendo añoranza recurrente en momentos de mi vida posterior. Nací en 1943. Mi padre, Constante, de Santa Uxía de Lobás (O Carballiño) y mi madre, Natividad, de Lamas de San Martiño (San Cristovo de Cea). Mi tía Auria, como una segunda madre, completaba el hogar familar. Fui hijo único, pero no un niño mimado. La época a que alcanzan mis más lejanos recuerdos llega a los, aproximadamente, tres años y medio de edad. Quizás mi primera remembranza sea la película El maquinista de la general", de Buster Keaton. La vi en Lamas, a donde solía ir una troupe a proyectar películas mudas, en blanco y negro. Con algo más de cuatro años entré en la escuela unitaria. Allí, mientras unos niños se iniciaban en las primeras letras, otros aprendían la Enciclopedia".

Seminario. "Cumplidos los once años, el maestro, don Luis, y el párroco, don Francisco, aconsejaron a mi familia enviarme a Ourense para estudiar. Finalizado aquel curso, preparé durante el verano el ingreso para Bachillerato, guiado por la maestra Generosa Leiro, Generosita, amiga de casa y vecina de la parroquia. Mi familia dudó entre el Instituto de Ourense, -el único de la provincia- o el Seminario, en donde estudiaban algunos chicos de la parroquia. Al final, al Seminario porque disponía de internado y gozaba de una prestigiosa formación. En septiembre aprobé el ingreso y, en octubre, entré en el Seminario menor. En primero había dos aulas, con unos sesenta alumnos por aula. La disciplina era rigurosa y el estudio, muy estricto. Fueron años duros, pero extraordinariamente formativos, por lo cual me siento inmensamente agradecido a formadores, profesores y compañeros".

Preuniversitario y Universidad. "Terminado el Bachillerato, me matriculé en el Instituto de Ourense para cursar preuniversitario. Durante ese curso entré en la coral del Liceo. Aprobados los exámenes de preuniversitario en la Universidad compostelana, me matriculé en Filosofía y Letras en dicha Universidad. Hice allí los dos cursos comunes, 1964-65 y 1965-66. Durante ese tiempo viví en una pensión, en la calle Franco, número 32. La dueña, Fina, era de Carballiño, y muchos de los residentes eran carballiñeses: Paco de los Arcos, Antonio Lage, Francisco Castro Meije (Baíto). Pero había también estudiantes de otras demarcaciones, como Vipe Aragonés, Santiago Lamas, Luis Cochón o Perfecto Conde Muruáis. Todos llegaron a ser grandes profesionales (en medicina, derecho, enseñanza, periodismo?). Iniciamos el curso en el viejo edificio de la plaza de la Universidad, pero a partir del segundo trimestre nos trasladamos, por obras de rehabilitación, a la Facultad de Ciencias. En aquellos dos cursos recibimos clases de A belardo Moralejo, Manuel Rabanal, Ramón Otero Túñez, Enrique Moreno Báez, Carlos A. Baliñas, Francisco J. Río Barja?

Salto a Barcelona. "Llegado el momento de elegir una especialidad para la licenciatura, opté por Filosofía. Solamente disponían de Facultad de Filosofía las universidades de Madrid, Valencia, Salamanca y Barcelona. Preferí la de Barcelona por su nivel intelectual, modernidad y un profesorado de prestigio extraordinario. Durante mis tres años en Barcelona, viví en el Hostal Maldá, en las Galerías Maldá, Barrio gótico, a pocos metros de Rambla de las flores, de Canaletas y de plaza Cataluña, y a unos 700 de la universidad. A poco de iniciar el curso, 1966-67, surgieron las primeras huelgas estudiantiles. Los encierros diarios eran acoplados a cantos asamblearios reivindicativos en el patio de las facultades de Letras. Por allí andaba Guillermina Motta, que estaba terminando la carrera y era una de las líderes más reivindicativas, marcando con su guitarra los tempos del "No nos moverán". Una mañana entró la policía reteniéndonos dentro de la Universidad hasta la noche. Al día siguiente, la Facultad apareció cerrada, situación que duró dos meses. Jesús Mosterín nos trasladó al Colegio La Salle Bonanova para impartir sus clases mientras permaneció cerrada la universidad. Restablecido el orden, las clases regresaron a la Facultad. Aquellas clases de tercero de carrera son inolvidables. Especialmente, las de Lógica, con Mosterín, y las de Psicología, con Miguel Siguán. Las de Lógica eran extraordinariamente dinámicas y participativas. Era una lógica moderna, la matemática, a siglos de distancia de la tradicional silogística que seguía explicándose en la mayoría de las universidades del Estado. Mosterín nos implicaba en aquella lógica que traía importada de la Universidad de Münster, Alemania, y que estrenaba con nosotros. Nos retaba a crear nuestros propios teoremas, que incorporábamos al sistema axiomático deductivo trabajado en clase. Uno de esos teoremas lo denominó Aventí, creado por Avelino y Valentí. Valentí Gómez i Oliver era un compañero de curso, inteligente y ocurrente, que jugaba al baloncesto en el Club Granollers y, terminada la licenciatura, marchó a Roma a cursar estudios cinematográficos".

Estudios "cum laude". En el siguiente curso, me encontré de nuevo con Mosterín, en clase de Filosofía de la Ciencia. Pedro Cerezo Galán nos explicaba Teoría del Conocimiento y Emilio Lledó, Historia de la Filosofía moderna y contemporánea. Con Mosterín mantuve una gran amistad desde tercero. Nos acompañaba a actos públicos, particularmente a los conciertos en el Palau de la música cuando actuaban Pi de la Serra, Raimon, Lluís Llach... componentes de los Setze Jutges... cantautores de moda de la Nova Cançó. Éramos un grupo de amigos del mismo curso, todos catalanes, excepto yo, empeñados en integrarme en su lengua. En una ocasión, en el Palau, después de actuar un grupo telonero interpretando una sardana, Mosterín se levantó gritando: "Avelino, aquí nos falta la gaita gallega". Era un tipo extraordinario. El bedel de nuestra Facultad era gallego, natural de Outeiro do Rei (Lugo), que tenía un hermano, también bedel, en la Facultad de Ciencias, anexa a la de Filosofía, llamado Secundino Gallego Trigo, famoso en el año setenta por ser el primer ganador del concurso de TVE "Las diez de últimas", con el tema sobre los pájaros. En diciembre de ese curso, 1967-68, Mosterín me sugerió matricularme en enero de quinto curso y poder terminar ese año la licenciatura. Lo habían urdido él, Lledó y Pedro Cerezo. Yo quedé sorprendido, pero le prometí pensarlo durante las Navidades. En enero le di mi conformidad. Me modificaron la matrícula de cuarto para ampliarla con la de quinto. En junio aprobé todo cuarto y todo quinto con excelentes calificaciones. En el curso 68-69 hice la tesina y di mis primeras clases en el Instituto Ausias Marc. A finales de abril de 1969 presenté la tesina, calificada con sobresaliente cum laude y opción a premio extraordinario fin de carrera".

La mili. "En tercero de Facultad debía alistarme en las milicias universitarias, pero desistí al tener que hacerlas en el campamento de Talarn (Lleida), famoso por la dureza de la instrucción. El 21 de mayo de 1969 me incorporé como recluta al servicio militar -primer batallón del CIR 13 del campamento de Parga- para hacer la instrucción. El 10 de agosto juramos bandera y, pocos días después, me destinaron al Regimiento de Infantería Zamora número 8 de Ourense. El 1 de setiembre me incorporé al cuartel de San Francisco, asignándoseme a la oficina de la Compañía. Conseguí pernocta y alquilé un piso en el parque de San Lázaro durante el tiempo de la mili, finalizado en mayo de 1970.Acabada la mili, me contrató la Universidad de Santiago, adscrito al departamento de Filosofía. En el curso 1970-71, el departamento me propuso que, además del horario de la Facultad, impartiese clases de Historia de la Filosofía y de Metodología científica en el curso experimental de COU, introducido en la ley de educación de Villar Palasí. El curso siguiente, compatibilizándolo con mi horario en el departamento, lo aproveché para hacer los cursos de doctorado".

¡Al iSanta Irene!. "En setiembre de 1972 dejé la universidad para incorporarme al Instituto Santa Irene de Vigo, en el que estuve cuatro años. Durante ese tiempo, las clases se impartieron en el Instituto de Coia, recién construido, pues el edificio de Santa Irene estaba en obras. Me casé el año 1974 y aprobé las oposiciones en 1975. En el curso 1976-77, el Instituto Santa Irene regresó a su edificio de las Traviesas. Y el edificio de Coia se puso en funcionamiento como Instituto Mixto nº 2. Siendo de nueva creación, carecía de profesorado con oposición y el primer año funcionó con un equipo directivo en comisión de servicios con siete profesores numerarios, yo como director. El número de profesores contratados (PNNs) del claustro superaba los cien. En el curso siguiente, el Instituto Mixto nº 2 de Coia se convierte en Instituto Alexandre Bóveda. En 1979 obtengo destino definitivo en el Instituto de Tuy, y en el año 1980 consigo de nuevo el traslado definitivo al IES Alexandre Bóveda, en el que he sido director nuevamente y en el que me jubilé".

La vida sigue. "En 1991 promoví con un pequeño grupo de personas el partido político Nacionalistas de Galicia (NdeG), del que soy su presidente.En 1999, le propuse a unos amigos de Carballiño crear el Instituto de Estudios Carballiñeses (IEC), del que soy director. Entre los socios de honor contamos con Mario Bunge, Xesús Alonso Montero, Ignacio Morgado, Javier Sádaba, Adolf Tobeña y Jesús Mosterín. Al año siguiente, 2000, creamos la revista Ágora do Orcellón -que depende del IEC - y de la que soy director-. Del Casino de este pueblo fui responsable de Cultura 12 años. En 2002, un grupo de personas concienciadas por el uso de nuestra lengua fundamos la Asociación "Álvaro das Casas", de la que soy presidente, con sede en el pazo dos Ulloa en Esposende (Ribadavia). Esta asociación concede un premio anual, "Bacelos de prata", para reconocer la calidad de los vinos y el uso del gallego en el etiquetaje. En marzo de 2016, la parca arrebató a mi esposa, Rosa, dejando en mi vida un enorme vacío. Solo el vigor de la razón y la indulgencia del corazón me están permitiendo sortear este vacío.

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