Cuando Begoña Vila Costas (Vigo, 1963) empezó la carrera de Física y Química en Santiago había tres mujeres en su clase. En aquel momento ella ni soñaba con la NASA -"parece que queda muy lejos", reconoce-, pero tras su especialización en el Instituto de Astrofísica de Canarias, la elaboración de su tesis en Manchester y su doctorado en la Universidad de Cardiff, las piezas fueron encajando. Después, el trabajo la llevó hasta Canadá. "Llega un momento en que ves tu trabajo en la NASA como una progresión normal", explica.
"Cada vez somos más mujeres. A lo largo de la historia se ha visto cómo siempre ha habido mujeres buenas, pero que no se reconocían por el hecho de ser mujeres. Ahora se empieza a oír, sin quitarle mérito a los hombres, que también hay mujeres que destacan. Creo que tenemos que seguir avanzando así. Es importante tener ejemplos de mujeres en distintos campos porque todos aprendemos viendo a otro y está bien que las niñas puedan tener referencias que sean mujeres en todos los ámbitos. Y así, que las niñas de hoy en día (y las del futuro) puedan decidir lo que quieren ser sin prejuicios", destaca la viguesa, casada y madre de tres hijos.
Vila pone de ejemplo la película "Figuras ocultas", que cuenta la historia de un grupo de mujeres afroamericanas al que denominaron "computadoras humanas", que hicieron los cálculos que permitieron lanzar los cohetes que llevaron al hombre a la Luna por primera vez. "La historia se había olvidado de ellas pese a todo lo que se sabe de aquella expedición. Ejemplos así son buenos para animar a todas las chicas a hacer lo que quieran dentro de la ciencia y la tecnología", señala.
Ella también es un ejemplo de que desde Galicia se puede llegar a trabajar en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense por méritos propios. "Estoy muy contenta de aportar mi granito de arena. En la NASA participo en proyectos de divulgación para acercar la ciencia a niñas y jóvenes. Si yo llegué, humildemente creo que cualquiera puede llegar", asegura Vila.
