La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) eligió en enero al coruñés Antón Arias Díaz-Eimil como presidente en un proceso que desató una nueva crisis en la organización con acusaciones de "traición" entre sus miembros. Las desavenencias provocaron por primera vez en su historia la baja de una de las instituiciones fundadoras, la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), molesta por el "desinterés" hacia las preocupaciones del sur de Galicia. La de Ourense llegó a pedir la dimisión de Arias.