El PSdeG afrontó este año su nuevo intento de revitalización para superar la crisis iniciada con la derrota del bipartito. Y ese proceso tiene un nombre: Gonzalo Caballero. El militante vigués pasó en un año de quedarse fuera de la contienda para ser el candidato del puño y la rosa a las autonómicas de septiembre del año pasado a imponerse en las primarias a la Secretaría Xeral y llenar el vacío de liderazgo que dejó José Ramón Gómez Besteiro hace un año y nueve meses. El "nuevo tiempo" que prometió, sin embargo, deberá ser afrontado por este sin control territorial, tras fracasar en el intento de situar a sus afines en las cúpulas provinciales. De hecho, estos perdieron en Pontevedra, A Coruña y Lugo, territorios donde el PSdeG preside las diputaciones. Su única opción residía en Ourense, donde se medían en segunda vuelta el gonzalista Rafael Rodríguez Villarino y la diputada Noela Blanco, tras quedar fuera de la batalla Pachi Vázquez. La consulta se realizó después de cerrar esta edición.

La victoria de Caballero se produjo tras el regreso de Pedro Sánchez, que tumbó a Susana Díaz, avalada por el aparato y principales barones, en las primarias estatales, pero con parte del equipo del secretario general impulsando al rival del vigués, que había coordinado la campaña de aquel en su pugna con la presidenta de Andalucía. Este guion evidencia el complicado momento socialista, que en las últimas elecciones generales evitó el sorpasso de Podemos, pero con 85 escaños obtuvo su peor resultado de la historia.

Ese contexto de "rebelión de las bases", como lo definieron algunos socialistas, contra el derribo de Sánchez por parte del aparato fue similar al registrado en Galicia para colocar al frente del PSdeG a un socialista de cuna, pero tratado como un outsider hace no demasiado que ha decidido mantener su puesto de profesor de economía en la Universidade de Vigo mientras se centra en la vida orgánica. De momento, ha renunciado a entrar al Parlamento, opción que requeriría de la dimisión de uno de los cuatro diputados socialistas por Pontevedra, pues él ocupó el quinto puesto tras el cambio de las listas que realizó Ferraz. El PSdeG quedó como tercera fuerza con 14 actas.

En 2009 intentó sin éxito competir con Pachi Vázquez para suceder a Touriño y tras fracasar en las primarias a candidato, se impuso con el 58% de votos al diputado Juan Villoslada. En ese proceso resultó clave la retirada de la carrera de Xoaquín Fernández Leiceaga, portavoz parlamentario, que apoyó al vigués. Devolvió así la jugada a Caballero, que hizo lo mismo en las primarias para cabeza de cartel.

El discurso contra las baronías, a las que acusó de frenar el necesario cambio que precisa el PSdeG, de Caballero deberá ser modulado ahora. El líder gallego advirtió de que su proyecto estaba legitimado por las bases ante una hipotética resistencia de los poderes provinciales.

En Pontevedra tiene el mando del partido David Regades, uno de los colaboradores más cercano al alcalde de Vigo; en A Coruña está en manos del presidente de la diputación, Valentín González Formoso; y el portavoz en la institución provincial de Lugo, Álvaro Vila, mantiene encendida la llama del besteirismo.

El PSdeG afronta una época de necesario diálogo para que la preparación de las elecciones municipales de 2019 no se convierta en una lucha por la presencia en las listas electorales. El resultado de la cita marcará la inercia del proyecto de "cambio" de Caballero.