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El despertar de la Fuerza de Star Wars en Galicia

La asociación cultural Echo Base 28th Elite Forces nace en Galicia como una más para unir a los fanáticos de Star Wars y otras sagas que disfruten caracterizándose de sus personajes preferidos

El universo galáctico de Star Wars mantiene su magnetismo intacto. Cuarenta años después de que se estrenase en España "La guerra de las galaxias" la factoría Disney continua ampliando el catálogo de películas y, por consiguiente, la familia de personajes que se dividen entre el bien y el mal.

El imaginario creado por George Lucas está muy presente en Galicia. Donde varias asociaciones reúnen a quienes se toman esta saga muy en serio. Una de ellas es la asociación cultural Echo Base 28th Elite Forces, que nació con una vocación de acoger a cualquier amante de estos mundos paralelos que tanto gustan a los orgullosos frikis. Nació en Galicia pero es de ámbito estatal y ya cuenta con socios en Canarias, Asturias, Andalucía, Baleares y Madrid.

El ourensano Miguel Blanes es uno de los culpables de que este colectivo haya salido a la luz. "Queremos centrarnos en lo que llamamos 'misiones', sobre todo en las acciones solidarias", explica. "Yo ya viajo todo lo que puedo para ir a los eventos, lo que más me gusta es hacer amigos. Ahora estoy dando una conferencia sobre anécdotas de cómo se hizo la primera de las películas gracias a que muchos de los que participaron en ella me contestaron a través de las redes sociales contándome su experiencia", asegura.

El grupo tira de cosplay y se caracteriza de los personajes de Star Wars para acudir a desfiles, eventos específicos, hacerse fotos con gente... pero ante todo, se vuelcan con su faceta solidaria. Visitan a los niños ingresados en hospitales, ayudan a recaudar fondos para enfermedades raras o acompañan a asociaciones de diabéticos. Todo sin ánimo de lucro. "Esto lo hacemos para pasárnoslo bien, suficientemente jodida es la vida como para tener problemas también el fin de semana", sostiene Blanes.

"Que nadie mire mal a esta pandilla de frikis", destaca el vigués José María Otero, "antes parecía que tenías que esconderte para que nadie conociera tus gustos, hemos mejorado mucho". "Para mí esto es una desconexión, trabajo en el campo de la salud y creo que para cuatro días que vivimos hay que aprovechar", apunta Belén Nespereira.

Para Roberto Cid entrar en esta asociación es una excusa más para fabricar nuevos trajes. "Yo soy casi como un servicio técnico para los trajes. De pequeño ya me construía atuendos de cartón", cuenta. "Ahora estamos preparando ya los carnavales", añade.

Pese a ser incondicionales, el reciente estreno de "Los últimos Jedi" no está exento de polémica entre ellos. "A mí me chirrió un poco, me da la sensación de que están incluyendo nuevos personajes porque sí, y que no le saben sacar provecho a otros que podrían dar más de sí", indica Lucas Martínez. "De cualquier manera, me iba a gustar. Star Wars es básico. No tienes que saber nada, sabes que lo vas a pasar bien", zanja Blanes.

José María Otero

"Lo mejor es estar con los niños, aunque a veces les hace más ilusión a los padres que a los peques", asegura Otero. El vigués se transforma en el Caballero Jedi Obi-Wan Kenobi. "No soy precisamente Ewan McGregor, pero hago lo que puedo", bromea deseando que se confirme el spin-off de su personaje.

José Carlos Rastrojo

Kylo Ren, el nuevo malo de la saga de Star Wars, fue el culpable de la incorporación de Rastrojo a la asociación Echo Base 28th Elite Forces. "Lo más bonito son las ´misiones´ benéficas, como visitar a los niños hospitalizados y ver que se olvidan de su dolencia. Solo por eso vale la pena todo", señala el ourensano.

Lucas Martínez

El benjamín de las "misiones". Con diecisiete años ya sabe lucir el traje de Stormtrooper, soldado imperial. "Me gusta porque son los malos, el blanco es mi color preferido y me encantan las armaduras", afirma Martínez, hijo de Miguel Blanes y Paula Mª González, a quien la afición le viene claramente de padre.

Roberto Cid

Fan desde pequeñito, Roberto Cid va más allá del coleccionismo y realiza su propios trajes, como este de Shadow Trooper, con las mismas técnicas de termoformado que utilizan en las películas. "La impresión en 3D ha facilitado mucho la cosa", explica. Además, Cid es autodidacta: "Lo aprendí todo en Youtube".

Paula Mª González

"Me gustó el trae de piloto rebelde desde el principio porque tiene muchas piezas. Además me gusta lo que representa en las películas", cuenta González, que entró en este mundo de fans para disfrutar del tiempo de ocio con su familia. "Mi marido es el fanático y los niños se fueron interesando también. Así vamos los cuatro de ´misión´ juntos", destaca la ourensana.

Miguel Blanes

"Yo ya era un niño friki", reconoce Blanes. "La culpa la tuvieron mis padres, que me llevaron a ver la primera película en pantalla grande en el 77", añade. Este ourensano atesora una completísima colección de objetos de la saga y recorre el país gracias a su afición. Aquí está caracterizado como el general Veers.

Belén Nespereira

"Star Wars siempre me ayudó a desconectar de todo. La afición me viene de mi hermana Julia que ya era fan en el 77", dice Nespereira, que va caracterizada de oficial imperial. "Soy más lado oscuro, a la gente le llama más la atención", cuenta. Aunque su traje soñado es el de la Capitán Phasma.

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