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El ADN de los esclavos vive

Un genetista gallego participa en el grupo que descubrió a los descendientes de los africanos esclavizados en América

Ilustración de un grupo de esclavos siendo trasladados en África en el siglo XIX. // William Rednbacher (Wikimedia Commons)

"África es para el genetista lo que el Amazonas para el botánico o el zoólogo. Por un lado, todos somos africanos; y además en escala evolutiva, hace muy poco tiempo que nuestros ancestros genéticos vivían únicamente en África. Es la cuna de la diversidad genética humana". Así explica el especialista gallego Antonio Salas Ellacuriaga por qué África es el país más complejo del mundo genéticamente hablando.

Este genetista es el único español en el grupo de expertos internacionales que forman parte del proyecto Eurotast, que reúne a diez instituciones de siete países. El grupo acaba de publicar un artículo en la revista especializada American Journal of Human Genetics donde desvelan quiénes son los descendientes de los esclavos africanos que se levantaron contra su opresión en América.

"En este trabajo se estudia por primera vez comunidades afro-descendientes que a lo largo de su historia se han mantenido muy aisladas geográfica y culturalmente, son los denominados ´cimarrones´ (Noir Marron), descendientes de esclavos africanos rebeldes que consiguieron escapar de su cautiverio y que vivían refugiados en los ´palenque´ o ´quilombos´. Estos grupos representan una especie de laboratorio genético sobre el que estudiar más fácilmente lo que ocurrió hace entre 300 y 400 años durante el proceso del tráfico de esclavos. Por ejemplo, con este estudio se ha podido devolver a estos afro-descendientes parte de su historia; una historia que, por otro lado, fue olvidada debido a la complejidad y brutalidad con la que se sucedieron los hechos", resalta Salas, que es profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago e investigador de genética forense en el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).

Para esta investigación analizaron 4,3 millones de localizaciones genéticas en poblaciones afro-descendientes de la Guayana Francesa y de Surinam. Pero también estudiaron poblaciones de referencia en el continente africano y en Europa; ya que estas actúan como marco de referencia para reconstruir los hechos históricos que allí sucedieron.

"Hay que pensar que el ADN de las personas actuales es una especie de mosaico de piezas genéticas que cada uno hemos ido heredando de todos nuestros ancestros genealógicos", describe Salas. "Lo que hace el genetista es analizar estos mosaicos usando en buena parte una compleja maquinaria computacional y matemática, que permite extraer conclusiones sobre hipótesis de trabajo previamente definidas. Las poblaciones que estudiamos son simplemente descendientes de aquellas personas que fueron arrancadas de sus lugares de origen en África y trasladadas a América; en sus ADNs tienen documentada una buena parte de sus historias genealógicas y demográficas", asegura.

Salas lleva veinticinco años interesándose por la antropología molecular y "su fuerte vínculo con la biomedicina". También por las implicaciones sociales del tema, pues estudios como este sobre quienes tienen entre sus antepasados a personas que cambiaron el rumbo de la historia, como estos esclavos que se revelaron, aportan otro punto de vista a las hipótesis existentes en el campo de la Historia. De este modo, la antropología se convierte en una fuente de información más sobre una de las grandes tragedias de nuestra historia reciente: el tráfico de esclavos. Un hecho que, como recuerda el genetista, tiene repercusiones en la actualidad que se traducen en la supremacía racial, los casos de racismo en general e incluso en conflictos bélicos.

"A finales de los 90 estaba analizando la variabilidad genética en poblaciones africanas, y ahí es donde me di cuenta de que una buena parte de la diversidad genética africana está hoy en día representada fuera del continente africano (especialmente en América), precisamente como consecuencia del tráfico de esclavos transatlántico. Es decir, encontré muchos linajes africanos en América que ya no existían en África. América se convertía así en una suerte de ventana genómica a través de la cual uno podía visualizar el pasado reciente de África", sostiene Salas.

A su vez, el genetista gallego defiende que estudiar el ADN de estas poblaciones les permite aprender sobre la diversidad genética, un conocimiento que aplicarán en mejorar la "medicina personalizada" que pretende revolucionar los tratamientos consiguiendo que sean cada vez más específicos para cada individuo. "La diversidad genética explica nuestra condición humana, pero también, por poner un ejemplo, la diversidad de la enfermedad (no hay dos pacientes iguales). La diversidad poblacional es la que nos permite hacer investigación forense, o caminar hacia una medicina personalizada, incluida la respuesta diferencial a los medicamentos", afirma Salas.

Antonio Salas - Especialista en Genética

"Encontré muchos linajes africanos en América que ya no existían en África"

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