-Cuando estaba en el instituto en Ribadavia, una de las formas que había de ganarse unos duros era trabajar en una bodega. En esa época empecé a ver cómo se elaboraba de forma moderna, como había una tecnología, una persona que dirigía todo el proceso. Eso me llamó la atención y, aunque había poco conocimiento, investigando, pase a estudiar enología.
¿Cuál es la importancia del enólogo en un vino?
-Un enólogo tiene que tener la sensibilidad para captar todos los matices que tiene una uva, una variedad, una añada y trasplantarlo de la forma más fiel a un vino. Por decirlo de algún modo, es un director de orquesta, hace que todo suene bien, que la tecnología y la uva se ensamblen y esa buena partitura se convierta en una música agradable.