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Bruno Kammerer | Diseñador gráfico, ex concejal de Zurich, cosechero en Hío

"Soy un suizo socialista, taurófilo y existencialista, con familia gallega"

"Entre mis recuerdos de pequeño están los exiliados republicanos españoles que acogía mi padre, igual que en 1917 dio cobijo a Lenin y su esposa"

En un campamento de las juventudes socialistas, en 1947, en Suiza. Bruno, arriba en medio. La muchacha a la derecha, Claudia, es refugiada republicana española. / Archivo familiar

Si Bruno Kammerer busca sus recuerdos más precoces halla unas imágenes de la infancia en la que aparecen en su casa de Zurich comiendo, callados, extraños invitados. Eran refugiados republicanos españoles que recibían hospitalidad en el hogar paterno de Zurich. Si mira más atrás, cabalgando sobre la memoria de su padre, uno de los fundadores del Partido Comunista Suizo, cuando él aún no estaba ni en proyecto, vería a Lenin y a su mujer, Nadezhda Krúpskaya, acogidos en la casa familiar antes de la revolución rusa, etapa de la que él aún conserva, entre otros objetos, un escritorio que utilizaba para escribir el revolucionario soviético, estos días en una exposición sobre las relaciones Rusia-País Helvético. Luego vino una larga vida llena de experiencias en la que España fue protagonista, Galicia se convirtió en patria adoptiva y el vino en un reto. Diseñador gráfico, de antecedentes ligados a la revolución mundial y socialdemocracia suiza, concejal de Zurich 28 años, 12 de ellos en Cultura y 6 en Tráfico y Urbanismo, a España llegó al principio de los años 60 contratado por una agencia alemana como fotógrafo taurino pero también para retratar su despertar turístico. A Galicia llegó en 1965 de la mano de Paco Camino, extraño compañero de viaje un torero para un suizo; ese mismo año volvería para hacer por su cuenta el recorrido desde Ribadeo a Tui y, ya fascinado, desde 1969 estableció una relación regular con Galicia que le llevó hace 30 años a alquilar su actual casa de Hío, que comparte con su hogar y estudio de diseñador en Suiza.

Los orígenes. "Nací en 1936 en Zurich, pero mis primeros recuerdos como ser humano tienen que ver con españoles refugiados cenando en nuestra casa. Recuerdo ver en nuestra mesa a gente de pelo oscuro, callados, cariacontecidos, como recuerdo ir a buscar vino a granel Alicante agridulce para ellos, porque nosotros no bebíamos. De algún modo puedo decir que crecí dentro de la República española en el exilio en Zurich porque mi barrio era un espacio de activismo antifascista, a donde llegaron muchos españoles en la II Guerra Mundial. Gente que ha comido en nuestra casa , que han vivido en una cooperativa cerca y eran como mis tíos adoptivos. Podría decir que soy hijo de guerra, de la Segunda Guerra Mundial y de la española. Aún recuerdo canciones que aprendí allí de esta gente, que cantaba para no llorar. Como esa asturiana: "Hay que subir al árbol, hay que coger la flor€". Me acuerdo, finalizada la II Guerra Mundial, que todo Zurich pensaba que entonces iba a caer el régimen franquista y a dos españoles que vinieron a despedirse a casa porque, vía Hamburgo, se dirigían hacia A Coruña para entrar en el maquis del Bierzo. Ya nunca supe más de ellos".

Un padre de Socorro Rojo. "Recuerdo con placer y orgullo familiar mi infancia aunque no puedo decir que fuera idílica porque estábamos rodeados por los sucesos de la II Guerra Mundial, que siempre nos hizo conscientes de que hay que hacer algo a favor de los demás. Mi abuelo, Siegfried, hijo de un anarquista emigrado de Alemana, fue un pionero de los socialdemócratas suizos Mi padre, Jean Kammerer, sastre fallecido en 1972, era un socialista internacionalista que cuando tenía 21 años y estaba electrizado por las ideas comunistas, había convencido a su tío, Titus Kammerer, de que cediera dos habitaciones de su casa para albergar a Lenin en su exilio con su mujer, Krùpskaya. Se convirtió en uno de sus hombres de confianza en Zurich. Siempre fue un activista solidario con la izquierda. En la Alemania fascista trabajó incluso rescatando personas hacia Suiza, y tras la guerra de España se fue a campos de concentración en Francia donde había españoles para hacer lo mismo. Yo manejé los hilos del Partido Socialdemócrata en el Consejo Municipal de Zurich entre 1970 y 1988, y también colaboré con la izquierda en el exilio en la España de Franco, concretamente como cartero clandestino del político exiliado Rodolfo Llopis. Me llamaban "bigote rubio". Pero mi padre era muy amigo del fundador en Alemania de Socorro Rojo, Willi Münzenberg, un peso pesado de la política comunista paradójicamente asesinado por comunistas. Disponía mi progenitor de dinero de la organización y con el mismo compró autobuses viejos en Suiza para mandarlos a la España republicana, reconvertidos en ambulancias incluso. Desde la guerra civil España ha sido parte de nuestra vida. En cuanto a mi madre, Adele, era hija de viejo comunista y activista desde la izquierda".

La carrera y el compromiso. "Cuando acabé los estudios secundarios me fui a hacer Bellas Artes y después trabajé en estudios muy buenos de diseño gráfico, área por la que recibí dos veces del Estado suizo su gran premio de diseño gráfico. Hace mucho que tengo mi propio estudio en Zurich pero me di cuenta de que un artista de izquierdas puede cambiar poco y me metí en la política constitucional, siendo elegido concejal en Zurich 18 años aunque viví siempre de mi trabajo como diseñador. Antes me fui a Bolonia, donde una coalición de comunistas y socialistas habían diseñado una nueva forma de política comunal con el objetivo de llevar el poder a los barrios, lo que me sirvió para orientar mi trabajo como concejal de Urbanismo en mi ciudad, proponiendo referéndums que gané defendiendo un modo de crecimiento urbano para el que tuve que buscar pactos con la derecha porque solo desde la izquierda era imposible. En Barcelona, Maragall me preguntó sobre mis experiencias de política comunal, y allí me hice amigo de Oriol Bohígas. En Vigo, en tiempos de Manuel Soto, mi visión era que había que abrir Vigo al mar y respecto a la ampliación del corredor del Morrazo, intervine opinando en contra de ella porque no vale para sino para aumentar el caos de los veranos. También, en colaboración con Manuel Fraga, he contribuido a la reforma del entorno del crucero de Hío en contra de la resistencia local del cura local".

Mi vida política en Zurich. "En el año 1970 fui elegido por primera vez como concejal en Zürich. La legislatura dura 4 años. He actuado como concejal de Zürich hasta 1988, total 2s8 años. Siempre para el Partido Socialdemócrata. Los años 1970 - 1982 actué en Cultura, los anos 1982 - 1998 en Urbanismo-Tráfico. En 1996 he logrado un gran éxito con el llamado "Compromesso Histórico" (arreglo), el reto de juntar los puestos de la izquierda con los de la derecha en un plan de urbanismo futuro para la ciudad, después de 20 anos de un bloqueo político en Urbanismo-Tráfico. Tras fracasar dos veces en mi candidatura a alcalde, en 1988 pasé a ser presidente de la Comisión de Transporte y Urbanismo y durante 10 años, aún siendo yo un socialista de izquierdas, integré en la toma de decisiones a los liberales del FDP y a los conservadores del SVP; tomaron parte en las sesiones representantes económicos ajenos al Ayuntamiento y concedí un derecho de petición a a los funcionarios municipales. Esta política de cooperación supuso una pequeña revolución en ese órgano. Con ella conseguimos el compromiso histórico del transporte de Zurich con construcción de nuevos aparcamientos subterráneos sin aumentar el número de plazas de estacionamiento en la superficie. Siempre he estado y todavía hoy en el ala izquierda de la política, pero en Zurich tengo fama de ser intermediario, amigo del pacto."

El encuentro con España. "Al principio de los años 60, cuando empezaba el boom turístico, recibí el encargo de venir a España y fotografiar la cultura española de esa época. Fue algo importantísimo para mí, algo emocionante, el encuentro con la rica pluralidad de España aunque en esos años era casi del Tercer Mundo. Entonces no solo descubrí la gran pintura española de los Velázquez, Goya€ sino la poesía de Lorca, Miguel Hernández€ pero también los toros. Mi encargo incluía fotografiar la fiesta nacional, y para conocerla por dentro, me fui a trabajar tres meses a la ganadería de Carlos Núñez. Hice amistad con Paco Camino pero más con "el Viti" , del que aprendí mucho sobre los toros, o del periodista taurino Fernando Navalón. Soy suizo, de izquierda, existencialista, y aficionado a la fiesta de los toros y por causa de eso perdí clientes en Suiza. Siguiendo a los toreros recorrí España y llegué a Galicia a la plaza de toros de A Coruña. Claro, a mi vuelta a Suiza me convertí en "el hispanista". Hice exposiciones sobre Lorca, los vinos y la cultura gallega, he llevado a José Meneses y a otros a Suiza".

Mi encuentro con Hío. "En esa pluralidad emocionante que hallé en España me encontré con el sur de Galicia, y la dulzura de Hío, para mí algo importantísimo. Pasaron muchos años de aquel encuentro y ahora puedo decir que mi familia de verdad está en España y, concretamente, en Hío. La familia, José Mariño, Elisardo Suárez€ Siempre fui amigo del buen comer y, respecto al beber, aprendí de joven a cultivar vino en el norte de Italia . Cuando dejé en 1998 la concejalía en Zurich estuve dos años en la Facultad de Agronomía y tengo diploma de viticultor de la Confederación Helvética. José Mariño Suárez, en Hío, me dejó plantar cepas, e incluso traje de Italia para hacer un buen tinto. Manuel Fraga me decía que era un Quijote porque este no era un país de tinto, ahora ya lo tengo para mis amigos, y el año pasado experimenté para hacer un rosado atlántico gallego. La finca está en los arenales de Donón, donde no hay tierra sino arena, y he tenido que esperar seis años para que diera fruto".

Del PSOE . "Por las relaciones de mi padre, toda mi vida ha transcurrido en el entorno de compañeros del PSOE. En el ano 1963 colaboré en la fundación de la agrupación del PSOE en la ciudad de Zürich en Suiza, camuflado como "Asociación cultural Julián Besteiro". Allí formamos dirigentes políticos españoles, que luego han actuado en el interior de España dentro el PSOE y UGT. En el 1971 conocí a Felipe González y Manolo Chávez en el bufete de abogados de Rafael Escudero, luego presidente de Andalucía, en la calle Capitán Vigueras en Sevilla. En el Congreso del PSOE en el Toulouse de 1972, nosotros, los entonces jóvenes, ganamos la votación en favor de la propuesta de Felipe de pasar la responsabilidad y la ejecutiva del partido al interior de España. Dentro del PSOE he trabajado en el ámbito de la izquierda con Luis Gómez Llorente. En la campaña electoral de 1977 luché dentro del PSOE en Madrid, pegando carteles por las noches o hablando como orador en los mítines como un representante del internacionalismo socialista. En 1982 colaboré de nuevo en las campañas electorales, esta vez en Galicia. Estaba en las municipales en esta autonomía, con el reto de formar entonces mayoría absoluta del PSOE en Cangas".

Lo que le queda. A sus 81 años, después de patearse varias veces este país en su viejo Volkswagen, disfrutar con el flamenco y morder el polvo en numerosos callejones de plazas de toros, afirma con orgullo que sigue siendo un hombre de izquierdas, ateo y convencido de que el existencialismo es la base de la tauromaquia. Paternal en la política, en la vida privada Kammerer, no tiene hijos. "Tengo pendiente alguna exposición pictórica en Galicia, sigo como artista gráfico, lo que me ha permitido incluso hacer carteles de fiestas locales de Galicia y hasta me encargo de los discursos fúnebres de socialistas fallecidos del ámbito de mi padre. Y, por supuesto, sigo cultivando mis vinos en Hío, dando pregones en fiestas del vino gallego y participando en asociaciones como la Orden del Serenísimo Capítulo do Albariño o la Irmandade dos Vinhos Galegos, por no decir otras de las que fui nombrado miembro distinguido".

Amigo Fraga

  • A pesar de sus antecedentes y su propia filiación de izquierdas -entre 1970 y 1998 fue concejal en Zurich-, Bruno Kammerer no oculta la amistad que tuvo con Fraga, que ya en aquellos años sesenta le facilitó una especie de salvoconducto para viajar por España como fotógrafo. "Pero también me protegió en mis caminos de España el catedrático republicano de reconocimiento internacional Ramón Carande -cuenta-, destituído de su cátedra tras la guerra". Conoci a Fraga en su tiempo de ministro de Información y Turismo, cuando él me facilitó mis trabajos de fotógrafo en España, en contra de la posición oficial de su gobierno. Luego nos encontramos de nuevo durante la Transición, cuando en 1977 presentó a Santiago Carrillo en el Club Siglo XXI . Cuando volvió a Galicia como presidente tuvimos siempre dos fechas fijas: una cena por Navidad en el restaurante Vilas en Santiago entre nosotros dos, y la otra una comida con sus amigos en Perbes. Aparte de estos dos encuentros el siempre me invito a participar en las inaugraciones de exposiciones y otros eventos culturales.

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