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ESTELACaladeros de basura plástica

La presencia de microplásticos en peces de la costa gallega no es alarmante, pero los investigadores temen que ese material actúe como transmisor de productos tóxicos

Una imagen del cortometraje "La bolsa de plástico".

Más de ocho millones de toneladas de plástico llegan cada año al mar. Se estima que los plásticos suponen entre el 60 y el 80% de toda la basura que llega a los océanos. Una contaminación que no para de crecer, hasta el punto de que una proyección de la Fundación Ellen MacArthur señala que en 2050 habrá en el océano más toneladas de plástico que de peces. Científicos y ecologistas reclaman medidas urgentes para que se eliminen las bolsas de plástico de un solo uso.

"Son necesarias acciones concertadas a nivel internacional en forma de acuerdos o protocolos para atajar el mal uso de los plásticos, en concreto el abandono de los mismos en el medio ambiente", señala Jesús Gago, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo, que acaba de participar en una reunión sobre este tipo de contaminación en la sede de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi (Kenia). Una de las principales conclusiones de esa cumbre fue que "los plásticos en los océanos son una amenaza para la fauna marina, y afectan asimismo a la humanidad en muy diversas formas, desde pérdidas económicas hasta problemas de salud".

Jesús Gago es consciente de que las medidas a nivel global requieren tiempo, pero destaca el hecho de que algunos estados han empezando ya a luchar contra esta amenaza. Y cita los casos de Irlanda, donde se han prohibido las bolsas de plástico de un solo uso, o de Estados Unidos, que ha adoptado una legislación sobre macropartículas. Los microplásticos son pequeñas partículas de menos de 5 milímetros que se encuentran en cosméticos con exfoliantes y en la ropa sintética, o bien se forman por degradación de plásticos de mayor tamaño. "Una vez en el medio marino -apunta el investigador del Oceanográfico de Vigo- los microplásticos pueden actuar como concentrador de contaminantes, haciendo de vehículo de transporte para productos tóxicos, lo que se viene en denominar efecto caballo de Troya".

De todas formas, todavía están por estudiar los efectos de los microplásticos en la fauna marina. Como señala Ricardo Beiras, catedrático del Grupo de Ecotoxicología y Contaminación Marina de la Universidad de Vigo, "el conocimiento sobre los posibles efectos de los microplásticos sobre la biota marina está todavía en desarrollo, y en los últimos años se está generando mucha información al respecto. En cualquier caso, sí se ha comprobado que en muchos casos estos microplásticos son ingeridos por los organismos marinos. Lo cierto es que se han detectado microplásticos en el 88% de la superficie oceánica, según los datos de muestreo de la Expedición Malaspina realizada en el año 2010.

Ricardo Beiras coordina un equipo de 30 investigadores europeos en el proyecto Ephemare, que tiene por objetivo determinar el efecto ecotoxicológico de estos microplásticos sobre los organismos marinos. En concreto, el papel de la Universidad de Vigo es estudiar los efectos sobre el zooplancton. "El proyecto comenzó en enero de 2016 -explica- y está enmarcado dentro de la plataforma JPI Oceans de la Unión Europea. Científicos de 14 instituciones de 10 países europeos investigarán acerca de cómo se adsorben las sustancias químicas tóxicas a los microplásticos, cuáles son las respuestas ante la exposición a los microplásticos y sustancias químicas asociadas sobre los diferentes organismos, tanto vertebrados como invertebrados a nivel de supervivencia, reproducción y comportamiento. También se investigará acerca de si los microplásticos se acumulan a lo largo de la cadena trófica y si éstos sirven como vectores de sustancias químicas tóxicas facilitando así su entrada en la cadena trófica".

Peces y mejillones

Juan Bellas, jefe de Programa de Contaminación Marina del Instituto Español de Oceanografía, es uno de los autores del primer estudio que se hizo en España para detectar la presencia de microplásticos en contenidos estomacales de peces. "En torno al 13% de los peces analizados, de cierta profundidad y alejados de la costa, tenían microplásticos; unos niveles de riesgo que no son altos. Eso sí, había diferencias dependiendo de las zonas. Así, cerca del puerto de Barcelona el porcentaje se disparaba, mientras que en la costa gallega bajaba al 4 por ciento", explica Juan Bellas. De todas formas hay que tener en cuenta que no se estudiaron peces en el interior de las rías, donde la contaminación es más elevada.

Para este investigador del Oceanográfico de Vigo, los datos de ese estudio "no son alarmantes desde el punto de vista de la salud de los ecosistemas, pero sí es cierto que esa presencia de microplásticos no deberían estar ahí, en peces que viven alejados de la costa". Desde hace poco más de un año, los investigadores del Oceanográfico vigués están involucrados en dos proyectos europeos -Ephemare y Baseman- para analizar los efectos de los microplásticos en peces y moluscos, así como las repercusiones ambientales. "En el primero de ellos estamos experimentando con el mejillón, tanto en embriones y larvas como en ejemplares adultos. Tenemos embriones in vitro que exponemos a microplásticos, y estamos comprobando que no afectan a su desarrollo. Pero además estamos investigando si los plásticos actúan como vectores de contaminantes", comenta Juan Bellas.

Los plásticos no tienen un efecto tóxico, pero la cuestión es si actúan como transmisores de otro tipo de contaminación a la fauna marina. "Con las larvas no estamos viendo que tengan tampoco ese tipo efecto. Ponemos los microplásticos en contacto con contaminantes orgánicos y después los ofrecemos a los embriones y a las larvas, pero no hemos visto que afecten a su desarrollo. Ahora bien, en los experimentos que estamos haciendo con mejillones adultos, sí parece que hay una aporte de contaminantes a través de los plásticos", puntualiza Juan Bellas. Sin embargo, los investigadores creen que "ese aporte contaminante de los plásticos es inferior al que proporcionan las células de fitoplancton".

Bolsas de plástico

Lo que sí está comprobado es el impacto de los plásticos de mayor tamaño en tortugas y cetáceos. Como señala Jesús Gago, "las bolsas de plástico son confundidas con alimento por tortugas y otros organismos marinos, y estos sí que están afectados de una manera grave por este impacto. Este efecto entraría a formar parte de lo que podemos llamar impacto del cambio global. Creo que el término cambio climático se queda corto para describir el impacto de la especie humana debido al consumo de combustible fósiles. Hay que tener en cuenta que los plásticos pueden actuar además como un medio de transporte para especies invasoras y dañar los ecosistemas costeros".

Esta misma semana se conocía la noticia de que una de las islas más remotas del mundo, en el Pacífico, acumula 37,7 millones de residuos plásticos, un total de 17 toneladas. Hace tres años, Jesús Gago publicó un estudio de campo realizado en colaboración con el profesor Fernando Lahuerta "en el que analizamos casi diez años de datos de basura en tres playas gallegas, una de ellas la de A Lanzada, en O Grove. El valor promedio anual en esa playa era superior a 1.000 elementos por cada 100 metros de playa y de ellos el 63% eran plásticos", explica el investigador del Instituto Español de Oceanografía. "De todas formas -añade- también es importante apuntar que a veces el lugar que más basura produce es el menos afectado, generalmente son factores como las corrientes, batimetría o cercanía a la desembocadura de un río los que más afectan".

La contaminación por plásticos afecta cada vez más a la actividad pesquera, aunque no hay cifras fidedignas al respecto. "Por un lado, los plásticos van a ser pescados por las redes dañándolas y por otro también pueden afectar a la navegación de los barcos, dañando las hélices. Y esto afecta a toda la flota en mayor o menor medida. Es importante apuntar que las redes están hechas de plástico y la gestión responsable de éstas como residuo debe ser mejorada por la flota", comenta Jesús Gago.

Conciencia ciudadana

En un problema tan grave como el de la contaminación, el papel de los ciudadanos es cada vez más relevante. El investigador vigués del IEO Jesús Gago comenta que todos podemos hacer algo, "tanto en acciones a nivel individual -por ejemplo, usando una bolsa no desechable al hacer la compra- como en acciones de grupo: limpieza de una playa o firmas en apoyo determinadas acciones". Tras señalar que los plásticos en sí no son un problema, pues tienen muchas ventajas frente a otros materiales, Gago explica que "se convierten en un problema si no son gestionados correctamente una vez que han finalizado su vida útil. Actualmente en el IEO estamos involucrados con la Universidad de Vigo en un proyecto de divulgación -"Oceans of plastic"- en el que intentamos transmitir a las nuevas generaciones que tenemos que actuar de una manera más sostenible".

Ricardo Beiras, por su parte, señala que los ciudadanos deben procurar reducir el consumo de materiales plásticos, en especial aquellos que son de un único uso; reutilizar los materiales plásticos ya consumidos y, por último, contribuir en el reciclaje de los plásticos para evitar que acaben en el mar.

Todos los delfines que varan en la costa gallega tienen microplásticos en el estómago

  • El 100% de los delfines comunes varados en la costa de Galicia entre los años 2005 y 2010 presentaban microplásticos en sus estómagos. Así se desprende de los análisis realizados por investigadores del Centro Oceanográfico de Vigo y de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA). En total fueron analizadas 35 muestras de estómagos de Delphinus delphis, y en todos había microplásticos. Los investigadores llegaron a extraer 411 piezas. De ese total, el 96,59% estaba compuesto por fibras, el 3,16% por fragmentos y el 0,25% por microperlas. El promedio de microplásticos encontrados por contenido estomacal fue de 12 y su longitud media fue de 2,43 a 2,91 milímetros. Dado que las cantidades eran demasiado bajas como para bloquear el funcionamiento del tracto digestivo de los delfines analizados, los investigadores sospechan que "los microplásticos podrían estar actuando como vectores de sustancias tóxicas y producirles efectos negativos sobre el metabolismo u otros procesos biológicos".

Una remota isla del Pacífico acumula 37,7 millones de pedazos de plástico

  • Esta semana se conocía el dato de que una de las islas más remotas del mundo acumula la mayor densidad de desechos plásticos del planeta. La isla Henderson, situada en el Pacífico y perteneciente al Reino Unido, está repleta de 37,7 millones de pedazos de plástico, en total más de más de 17 toneladas , y eso a pesar de estar deshabitada y ubicada a más de 5.000 kilómetros del centro de población más cercano. Según un estudio publicado por la revista científica PNAS, la isla sólo se visita cada cinco a diez años con fines de investigación, pero su ubicación cerca del centro de la corriente del Giro del Pacífico Sur la convierte en un punto focal para los desechos transportados desde Sudamérica o depositados por barcos de pesca. En la última expedición científica a la isla, la autora principal del estudio, la investigadora de la Universidad de Tasmania Jennifer Lavers, encontró las playas llenas de hasta 671 unidades por metro cuadrado, la densidad más alta jamás registrada.

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