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María Fernández-Miranda: "Con las mujeres sin hijos hay barra libre para juzgarnos o presionarnos"

"Seguro que me pierdo algo maravilloso de la maternidad, pero no es menos verdad que estamos asistiendo a un cierto talibanismo con una generación que vive como si fuera la única que ha parido en la Historia"

La periodista María Fernández-Miranda.

La periodista María Fernández-Miranda creció sabiendo en su fuero interno que no quería ser madre pero, aún así, los tópicos sociales la llevaron a someterse a siete procesos de fecundación in vitro hasta que dijo basta. La actriz Maribel Verdú tuvo claro desde joven que no quería hijos en su casa y admitirlo sin complejos le costó críticas. La octogenaria galerista Soledad Lorenzo o la escritora Rosa Montero, lo intentaron pero no pudieron procrear y construyeron una vida de la que se enorgullecen con deleite; la presentadora Paula Vázquez congeló sus óvulos jóvenes para ser madre cuando viera el momento, y ahora, pasados los 40, parece que no lo ve claro. A la modelo Sandra Ibarra, con un instinto maternal desbordante, fue su enfermedad la que se lo puso imposible. Y a Olvido Gara, Alaska, se le hacía tan raro verse con hijos como mudándose a Moscú.

Siete caminos -y hay más- por los que las citadas han llegado a sentirse definidas en el algún momento por la cualidad de "no ser madres". De esas experiencias, y también de las de la actriz Carmen Ruiz, la periodista Mamen Mendizábal, la editora Inka Martí y la modelo Almudena Fernández -contadas en primera persona- y de los testimonios de "adelantadas" como Coco Chanel, Katharine Hepburn o Virginia Woolf, ha salido el libro "No madres. Mujeres sin hijos contra los tópicos". Es el estreno editorial de la periodista María Fernández-Miranda, subdirectora de la revista femenina "Cosmopolitan España" . Dice que fue como un embarazo, por los algo más de nueve meses que le llevó la publicación, pero en realidad no se refiere al tiempo sino a las ganas que tenía de escribir un libro. Ese sí era su sueño de niña, de joven y de mujer, y no la maternidad.

-¿Es un libro de autoayuda, de reivindicación, es una catarsis o un argumentario completo para que nadie más le vuelva a preguntar por qué no tiene hijos?

-Menos de autoauyuda, término que no me gusta, creo que es todo lo demás.

-¿Cómo surge el proyecto?

-De una vivencia personal que me llevó a una situación en la que no me entendía a mí misma. Nunca quise ser madre, pero me casé sabiendo que sufría endometriosis, un problema ginecológico que me obligaba a tomar un papel activo para quedar embarazada. Y fue así como me vi metida en una situación de la que no sabía salir y, lo peor, que no acababa de entender. ¿Por qué verme en un círculo de fecundaciones in vitro si para mí nunca había sido fundamental la maternidad? Ni siquiera lo veía como el único camino de realización de una mujer. Así que empecé a escribir de todo esto para mí, porque siempre que no puedo digerir las cosas, las escribo.

-¿Y cuándo coge forma de libro?

-Gracias a que una compañera me dijo que aquello que escribía podía servir a muchas mujeres. Y me decidí del todo cuando llamé a la actriz Maribel Verdú y me animó.

-¿A Maribel Verdú?

-No la conocía pero siempre ha sido un referente para mí. Cuando yo tenía 20 años y sentía que no quería tener hijos, y la gente me decía que qué rara era, leía entrevistas a la actriz y veía en sus respuestas las mías. Era la única persona a la que oía decir, con valentía, lo que yo pensaba. Conseguí su teléfono y le hice una llamada un poco absurda contándole mi vida, lo que me había pasado y que estaba pensando en escribir un libro. Y me dijo "tienes que hacerlo, estoy harta de hablar de esto, va a servir a más mujeres y hace falta". Y me empujó.

-¿Era necesario pasar por siete fecundaciones?

-Entiendo que suene absurdo y a ver si soy capaz de explicarlo. Yo nunca he sentido, ni sé qué es eso del instinto maternal. Pero procedo de un ambiente muy normal, clásico, estructurado... así que tener hijos era lo suyo y casi lo convertí en un reto, como muchas cosas de mi vida. Ahora creo que además había una gran influencia hormonal. Una vez metida en el proceso dejas de ser tú, estás bajo un efecto brutal de las hormonas. Y yo lo estaba de una forma bestial porque ni siquiera dejaba pasar el tiempo debido entre ciclo y ciclo.

-¿Está segura de que no hubo resignación sino decisión consciente de no ser madre?

-No he podido porque no he querido. Con el óvulo de otra mujer sí que tendría muchas posibilidades de quedar embarazada, podría haber intentado la adopción... o más cosas. Creo que a mí me ha pasado lo que me tenía que pasar porque mi camino no era la maternidad.

-Lo reflexionó bien.

-Sí. Reflexioné mucho y encontré cosas de las que quería escribir. Una de ellas es que tenemos la idea incorrecta de que es fácil ser madre por fecundación y eso es mentira. Las tasas de éxito son bajas y mucha gente recurre a fecundación in vitro pero con óvulos de donante. Y eso debe saberse. Pero de lo que más quería hablar era de que no hay modelos de mujeres sin hijos, hay una invisibilidad de esta manera de vivir, ni siquiera hay un nombre y nos definen desde la negación: somos "no madres". Y además de todo eso, hay una presión social grande, hay un momento en el que todo el mundo pregunta cuándo vas a tener hijos, por qué no tienes hijos, y te sientes como que te quedas fuera del club de las mujeres.

-¿Se sintió cuestionada por no tener instinto maternal?

-Absolutamente. Llevo cinco años, desde que me casé, respondiendo a por qué no tengo hijos. Cuando tienes una situación que parece ideal -estoy casada, con buenos trabajos tanto yo como mi marido, y una red familiar buena- es como si no hubiera excusas para no tener hijos. Y es algo que sufre más la mujer. Yo le decía a mi marido: "estoy harta de que me pregunten". Y el me decía que a él no le pasaba, que quizá era cosa mía porque estaba susceptible. Pero no; las mujeres de mi libro todas me ratificaron que sufrieron esa misma presión.

-Frases como "te pierdes lo mejor de la vida" o "ya te arrepentirás"...

-No me gusta la gente que impone sus modelos de vida. Me molesta la minusvaloración que sufrimos y que en estos momentos todo valga, menos lo nuestro: la maternidad en solitario, con vientres de alquiler, en parejas homosexuales.... Es muy curioso. Con las mujeres que no tienen hijos sigue habiendo barra libre para preguntarles, para juzgarlas, para decirles que se van a arrepentir....

-El mito de la mujer incompleta.

-Sí, exactamente. Inka Martí me dijo que todas sabemos lo bueno que tiene ser madre, porque lo llevamos escuchando toda la vida. Por eso ahora igual hay que hablar de lo bueno que es no tener hijos.

-Pero hubo un tiempo en que era de "modernas". ¿O no?

-Mi opinión es que ha habido una involución. Lo he visto en las entrevistas a mujeres de distintas generaciones. Soledad Lorenzo (79 años) me contó que sufrió mucha presión social; Rosa Montero, Alaska, Inka Martí, que son de una generación posterior, coincidían contando que para ellas lo moderno era no tener hijos y no casarse; y luego está mi generación, la de Maribel Verdú, Paula Vázquez, Sandra Ibarra, Almudena Fernández... y ahí todas coincidíamos en que todo el mundo te juzga. O sea, que hemos vuelto atrás.

-Habla de lo importante que es normalizar la no maternidad.

-Absolutamente. Entre otras cosas porque ahora hay un talibanismo en torno a la maternidad muy grande. Para mí es muy importante dejar claro que este libro no es en contra de la maternidad. Creo que para quien lo quiera es algo maravilloso, que seguro que me pierdo cosas por no tener hijos, pero también es cierto que estamos asistiendo una generación de mujeres que parece que son las únicas en la historia que han parido.

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