Sara Guntín confiesa que "hace lo menos cinco o seis años" que no sabe nada de Pilar...ni siquiera se acuerda de su apellido. "Por no saber, ni sé si está viva o muerta, porque de aquella época se nos murieron ya unas cuantas... Solo me acuerdo de que era de Santiago, y muy buena compañera, muy buena mujer". La foto de Sara y Pilar, captada por FARO DE VIGO durante el "asalto" al Pazo Baión el 13 de diciembre de 1994, no solo dio la vuelta a España, sino que se convirtió en icono de la lucha emprendida contra los principales capos del narcotráfico de aquella época en Galicia por un colectivo constituido, desde diez años antes, 1984, por un puñado de madres gallegas con hijos afectados por la drogadicción.

Sara Guntín y Pilar ante la puerta de entrada a pazo Baión en diciembre de 1994. // FDV

Ellas se hacían llamar Érguete, y uno de los principales sujetos y objeto de sus iras era un tal Laureano Oubiña Piñeiro quien, entre sus múltiples propiedades,contaba con aquel pazo dotado con toda clase de lujos situado en la parroquia de Baión (Vilanova de Arousa). Tras su expropiación, el edificio, y la finca que lo rodea, pertenecen actualmente a las bodegas de Condes de Albarei (vino albariño, el oro líquido del Salnés).

Laureano Oubiña ha vuelto a ser noticia esta semana al iniciar, después de más de dos décadas en prisión, un nuevo período de su vida en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares del que, teóricamente, dependerá durante los próximos cinco meses hasta que se extinga su última condena de 4 años y seis meses por blanqueo de dinero. Algo que, según algunos juristas, no sucederá puesto que, al haber cumplido los 71 años edad, podría acogerse al régimen de libertad condicional a partir de la próxima primavera.

Laureano Oubiña, esta semana, trabajando en la finca de la Casa San Francisco de Asís. // TVE

Pero sus imágenes labrando la tierra (cultivando girasoles y cavando patatas) cual agricultor veterano de las fincas de su comarca de origen, no han enternecido precisamente a las mujeres de Érguete. Sara Guntín dice que prefiere no comentar nada acerca de la situación de "ese tipejo", pero lo dice con una expresión de rabia, lágrimas y dolor contenido: las mismas que no pudo contener aquel día aferrada a las rejas del portalón de entrada a Pazo Baión. Sara perdió un hijo a consecuencia de la droga, y su hija, que es enfermera, "me dice que ya está cansada de que cuente la historia de su hermano muerto". Eso sí, a su edad, aún acude a echar una mano a la Fundación y Asociación de Érguete en Vigo, donde precisamente este fin de semana asistía a un cursillo.

La indignación de Sara, no obstante, no es la postura oficial de Érguete al respecto del devenir del "caso Oubiña". Así lo manifestó el pasado lunes Carmen Avendaño, su presidenta, quien dijo que Asociación y Fundación acatan lo dictaminado por la Justicia y "como cualquier ciudadano, él (Oubiña), cumplida la pena, tiene derecho a la reinserción social". Eso sí, Avendaño apostilló que ni ella ni sus compañeras olvidan ni olvidarán nunca el dolor que padecieron, y anunció que seguirán en primera línea de "las denuncias de los tipos que quieren hacer dinero fácil matando a gente".

Glroia Riobó y Carmen Avendaño, ambas también presentes en aquella movilización. // Marta G. Brea

Gloria Riobó Otero también estaba, "con Carmen, con Sara, con Pilar...y con tantas otras más" , recuerda, aquel mediodía del 13 de diciembre de 1994 a las puertas del Pazo Baión. Se la reconoce apenas en el medio rostro que aparece a la derecha de Pilar ante la reja de la finca. Gloria suscribe lo dicho por su amiga y compañera Carmen, pero cuando se le pregunta si se cree las declaraciones de Laureano, en las que afirma sentirse "arrepentido" por lo que hizo, se le encienden las luces de la duda: "Hay que darle un margen de confianza. Espero que ahora que le han destinado a trabajar en una ONG con drogodependientes se dé cuenta de cuánto mal hizo, de que se percate de que es responsable de la muerte de tres generaciones de jóvenes...De todas formas él siempre fue un hombre arrogante, sobre todo con nosotras. Me acuerdo muy bien de cuando se chuleaba en nuestras narices..."

Gloria Riobó es madre de Manuel, fallecido hace solo dos años a consecuencia de un cáncer de pulmón, cuando contaba con 50 años de edad, pero que durante la mayor parte de su vida, "desde los catorce años", sufrió el infierno de la adicción a la droga, "cuando ni siquiera los médicos sabían qué era eso". Gloria todavía no se explica cómo aquel chico encantador, que estudiaba en uno de los mejores y más caros colegios de Vigo sacando unas notas excelentes, que cuando se hizo mayor se dedicó a la pintura "y hacía cuadros preciosísimos", pudo sucumbir en las redes del "caballo".

Orgullo

Gloria es una de las madres pioneras que, con Carmen, fundaron Érguete Vigo en 1984. Ha vivido, sentido, experimentado en carne propia el paso del tiempo y la distinta consideración social que recibieron aquellas mujeres que, en cuatro décadas, pasaron de ser considradas "las madres locas" a ganarse el respeto y la admiración unánime de la sociedad gallega: "Claro que me acuerdo de aquellos primeros tiempos. Nos llamaban locas, locas y terroristas pero ¿sabes una cosa? Los narcos nos tenían más miedo a nosotras que a la policía". "Pero -prosigue- ahora, cuando echo la vista atrás, y quitando el inmenso dolor que padecimos, y que todavía nos dura, me siento orgullosa de todo lo que hicimos, porque hemos llegado incluso a conseguir que se cambiasen leyes y que a los narcos dejase de vérseles como señores y pasasen a ser considerados como lo que realmente son: unos golfos, unos delincuentes, unos...."

Envejecer preso

Las "estrellas" del narcotráfico gallego han pasado buena parte de los últimos 20 años en la cárcel

  • Eran poco más que chavales cuando empezaron con el tabaco de contrabando y pensaron que se iban a comer el mundo. Y aunque algunos de ellos hayan reunido dinero suficiente como para darle un buen mordisco, primero con el "Winston de batea" y después con las drogas, el peaje que han pagado ha sido también elevado: han envejecido entre rejas y aún a día de hoy algunos de ellos tienen cuentas pendientes con la justicia y podrían volver a ser condenados a penas de prisión.El narcotráfico arousano ha dado tres grandes "estrellas": Laureano Oubiña Piñeiro; Manuel Charlín Gama, y José Ramón Prado Bugallo, "Sito Miñanco". Muy diferentes entre sí, no está claro cuál de los tres podría llegar a ser calificado como el Pablo Escobar gallego -salvando las distancias entre el capo colombiano y los gallegos, que son abismales-, pero lo que sí tienen en común es que su enriquecimiento con las drogas no les salió gratis. La pregunta que se hacen muchos es si aún así han pagado lo suficiente.Puesto que aunque hayan envejecido entre rejas, parece que en algunos casos aún les queda bastante dinero.

Sito Miñanco | Encargado de un "parking"

  • José Ramón Prado Bugallo, de 62 años, obtuvo en 2016 el tercer grado penitenciario. La primera vez que lo pidió se lo denegaron, pero insistió y tuvo más suerte. En su solicitud presentó un escrito de arrepentimiento y una oferta de trabajo como encargado de un aparcamiento subterráneo de Algeciras (Cádiz), que estuvo vinculado a quien fue durante muchos años su abogado. Está cumpliendo una condena de 16 años por tráfico de cocaína, y figura como investigado en una causa por presunto blanqueo de dinero que está pendiente de ir a juicio. El fiscal acusa a "Sito Miñanco" de haber blanqueado ocho millones de euros durante una década, y le pide seis años de cárcel y una multa de 10 millones. Desde los años 90 ha pasado algo más de 20 años en la cárcel. Su primera condena no pareció hacerle mella, pues en 2001 le detuvieron al frente de una nueva operación de narcotráfico. Durante sus permisos, se dejó caer varias veces por su Cambados natal.

Manuel Charlin | Investigado todavía por blanqueo

  • Manuel Charlín Gama, el "patriarca" del clan de los Charlines fue el primero de los grandes narcos históricos gallegos en recuperar la libertad. Fue condenado por narcotráfico y blanqueo, y estuvo en la cárcel cerca de dos décadas. Se licenció en julio de 2010, pero a los pocos días ya se tuvo que presentar en un juzgado de Vilagarcía que había abierto una investigación contra él y varios de sus familiares por blanqueo de dinero. Era la operación "Repesca", que actualmente se instruye en la Audiencia Nacional. De 85 años, actualmente vive en Cálago (Vilanova) en una casa que le ha embargado la Audiencia Nacional, pero cuyo decomiso no se hará efectivo hasta su fallecimiento. Charlín manifestó al salir de prisión que "no me arrepiento de nada, no he hecho nada. No tengo de que arrepentirme. He pagado 20 años de cárcel y me han quitado todo mi patrimonio. Nadie me cogió nunca con un solo gramo de cocaína".

Marcial Dorado | Preso hasta la próxima década

  • Marcial Dorado Baúlde (A Illa, 1950) cumple condena en Villabona (Asturias). Le cayeron 10 años por narcotráfico y seis por blanqueo de dinero. Dorado negó siempre con ahínco haberse dedicado al tráfico de drogas. Según él, fue de los pocos tabaqueros que resistió la tentación. Pero la justicia le ha condenado por venderle un barco a Roberto Leiro, un cambadés que intentó meter en España 6.000 kilos de cocaína en 2003. Dorado no fue nunca tan famoso como Laureano Oubiña, Charlín o "Sito Miñanco", pero la filtración de unas fotografías suyas de los años 90 con el ahora presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, le clasificaron de golpe para la "Champions". Según su entorno, esas fotos han sido para el arousano un martirio. En febrero le concedieron el primer permiso de salida de la cárcel en casi ocho años. Antes se los habían denegado hasta en 24 ocasiones. No recuperará la libertad total hasta la próxima década.

Rafael Bugallo | El heredero reincidente

  • "O Mulo" o "Felo" era un segundón en los años de los tres grandes. Pero de los más listos, de ahí que a medida que estos fueron cayendo en las redes de la justicia, él fuese escalando posiciones. Eso y el hecho de haber escapado en dos ocasiones de la muerte -sobrevivió a sendos ajustes de cuentas- le han convertido en un personaje casi de cine. En 2008 le detuvieron tras aparecer en A Lanzada una enorme planeadora en llamas. Durante varios días, el mar escupió hacia tierra docenas de fardos mojados de cocaína. En 2013 aceptó una condena de cuatro años por esos hechos. Menos de dos años después, "O Mulo" volvió a ser detenido, esta vez por un alijo de 1.200 kilos de cocaína. Agentes de élite de la Policía Nacional asaltaron su chalé de Cambados la mañana del día de Reyes de 2015. No les fue fácil encontrarlo, pues Bugallo estaba dentro de un zulo oculto tras una biblioteca. Ahora tiene 60 años, y se enfrenta a otros 24 de prisión.