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NOTICIAS DEL SUBMUNDO

Un héroe de nuestro tiempo

Un héroe de nuestro tiempo

La escandalosa, por benevolente, condena al matrimonio Urdangarín-Borbón -él paga con seis años de cárcel y ella unos miserables 200.000 pavos por responsabilidad civil y ser tonta de baba- no ensombrece en absoluto una de las noticias de la semana: la odisea épica del naufragio del Senefand 1 en aguas senegalesas narrada por Fernando Argibay, jefe de máquinas del pesquero y superviviente del desastre. El marinero de Moaña llegó al aeropuerto de Lavacolla gracias a un salvocunducto (toda su documentación se fue a pique con el buque) y contó su aventura a los medios con una capacidad de síntesis admirable. Y nada que envidiar a Bruce Willis en esta historia, como contaba a estas Noticias del Submundo el ex marino mercante Xosé Lodeiro, quien también nos tuvo que explicar los términos técnicos que usó Argibay.

Así empezó todo: "Estiven arriba e metemos todo ben: o cable, ben; e a malleta, ben; metemos o aparello? E o saco viña cargado. Mirábase que viña moi cargado. Bastante cargado. E ao meter un lanteón, o lanteón rompeu". La descripción de lo que había en las redes añade un elemento pertubador a la narración: "Non sei o que viña alí, pero para o barco que era había moita cantidade de peixe; entre peixe e basura, non sei, pero era moito". (La basura es el nuevo monstruo de los océanos, el Leviatán nacido de la sobreexplotación del mar y la estupidez humana; añádanse las porquerías químicas halladas hace poco en profundidades tan gigantescas como la Fosa de las Marianas?) El caso es que el lanteón, una especie de cabo complejo, se fue al carallo y el barco empezó a zozobrar. Lo único que no cuadra en la versión de Argibay es la expresión que pone en boca de Vicente Pazos, patrón del Senefand: "E dixo Vicente: 'Jolín, escoramos un pouco a estribor'". Vicente no puede desmentir a Argibay porque desapareció trágicamente en el naufragio, pero mucho nos tememos que el patrón de un pesquero escorado no dice precisamente 'jolín'?

Lo que sigue es una sucesión vertiginosa de acontecimientos, dignos de película de acción. Así lo cuenta nuestro héroe: "O barco seguía zozobrando. Tiven que agarrarme á barandilla. Da barandilla subín ao cintón do casco, e de alí á quilla de balance, e da quilla de balance á quilla, porque o barco xa deu a volta". Fernando Argibay lo puede contar porque se lanzó al mar desde la quilla y alcanzó a nado las balsas de sus compañeros: "E díxenlle a Sergio, o engraxador: 'Aquí hai que nadar, amigo, porque eles non chegan aquí. Hai que lanzarse ao mar, e dar o todo polo todo. Hai que chegar ás balsas como sexa'". Sergio desapareció también en el mar. Los demás sobrevivieron con galletas y bolsas de agua durante tres días hasta que fueron rescatados tras agotar las bengalas. Las dos últimas palabras de la narración de Fernando Argibay se nos antojan literariamente perfectas: "Estou canso".

@JulianSiniestro

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