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SÁLVESE QUIEN PUEDA

De esas miradas que besan los rincones del alma

Me encantan tus besos, esos que me das con la mirada, dice el poeta. Es cierto, cuando las palabras no importan, decía mi madre que hay cosas que se escriben con la mirada. En el lenguaje no verbal hay cuatro miradas básicas que funcionan ante un auditorio según le oí contar, sorprendido, al entrenador en oratoria Fran Carrillo en una conferencia orientada a dar las claves para ser un buen comunicador: la de mantequilla, caramelo, queso (fundido) y la de chicle. Carrillo domina este lenguaje gestual pero sabe también elegir palabras comprensibles y al tiempo seductoras para redondear su significado. Claro, las miradas no solo sirven para convencer sino que nos delatan, hablan de nuestra alegría, tristeza, seguridad, verdad o mentira... Pero yo hablo hoy de otro significado de esa poliédrica y polisémica palabra: la mirada como gesto de atención, como espacio de meditación, como momento visual de reflexión cuando se posa y reposa sobre un objeto, cuando se detiene sobre algo que no forma parte de nuestra vida, revisamos con pausa y nos da nueva luz.

El cine es un catalizador de la mirada, y yo lo viví hace días a través de tres cortos de una realizadora gallega proyectados por el Cineclub Lumiere, cada uno de lo cuales me hizo reflexionar sobre los distintos mundos que hay junto al nuestro, muy cercanos incluso y que apenas se tocan y comunican. Uno de los cortos se titula "Cruz Piñón". La protagonista, que vive en la aldea de Piñeiros, guía al espectador contando su experiencia con las nuevas tecnologías (Internet), mientras se la ve cuidando al ganado, recogiendo maíz y habas o plantando nabos. En ese tempo lento de que se sirve la película, un reportaje en realidad aunque con claves cinematográficas, yo me decía que para esa gallega como yo, que solo vive a un ciento de kilómetros de mí, yo sería como un extranjero en casa (y ella para mí), un ser humano que vive los modos de un urbanita con una profesión ttan ajena a ella como escribir para transmitir hechos o pensamientos. Los dos coincidimos en llamarnos gallegos pero yo estoy más vinculado por los usos cotidianos a un ciudadano de Barcelona, incluso a uno de esos replicantes que no quieren ser españoles. ¿Cómo podremos entender igual la vida Cruz Piñón y yo?

Santiago, olladas de perfil fue el otro corto que vino a continuación y en el que, reposada sobre él mi mirada, hallé nuevas dimensiones a esa realidad que habitualmente miramos con prisa y de modo fragmentario. En esa película Encarna Otero nos va llevando por el Santiago de intramuros describiendo aspectos del trabajo femenino del pasado, los significados de sus calles, de los sonidos de sus fuentes o de sus silencios nocturnos... Es una mirada que te permite ingresar en otra percepción, sorprendente, de los paisajes pétreos de esa capital alimentada por tan rica historia. En esta película es la palabra luminosa la que reverbera de significados unas imágenes absolutamente viciadas por la poesía, por la mirada poética de la autora sobre la eclesial ciudad. en busca de la mirada cómplice del espectador.

Y Addat fue la tercera película, la tercera de mis miradas de cine esa tarde, esas miradas que te hacen comprender no solo la riqueza y diversidad de la realidad, sino en este caso, con el Sáhara como objeto pero sin acudir a los procedimientos narrativos victimistas, entender cómo hay pueblos que construyen sus vidas desde la voluntad, esos en los que el paisaje es árido y sólo existen kilómetros infinitos de arena y piedra. ¿Cómo compartir o coincidir en pensamientos un ser humano que se asombra o considera una fiesta ver salir el agua de un grifo, con otro que derrocha cada día el agua del suministro urbano y que enmascara el olor de la piel, tras una ducha, con colonias?

Es el juego de la mirada, que se puede aplicar a todos los aspectos de la realidad, tamizada por la luz esclarecedora de la razón o adulterada por los sentimientos. Mirad sino, volcada sobre la política, cómo se manifiesta en ese principal problema que tenemos con Cataluña, ¿Qué es la mirada de un secesionista sino algo nublado, en estado vegetativo, entreverado de fanatismos con los que construyen la historia, enajenada por ideas que se consideran válidas sin someterlas a examen? Pero esas son otras miradas, que también pueden ser cinematográficas:veáse Fènix 11:23.

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