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Contrapunto

Insolidarios con el volante en las manos

Insolidarios con el volante en las manos

El ser humano se transforma cuando se pone a los mandos de un vehículo. Los hay que se convierten en ases del volante y tratan de emular las hazañas deportivas de sus ídolos. Los hay que buscan convertir su vehículo en una extensión de su personalidad. Los hay a los que les da exactamente igual todo los relacionado con el coche; y los hay que se convierten en egoístas e insolidarios pensando solo en ellos y en nadie más.

Viene esto al caso por un hecho que sucedió en la tarde del pasado lunes en la rotonda de la calle Sanjurjo Badía en Vigo. Si, esa figura urbanística creada para regular el tráfico en zonas con cruces y que, en este caso concreto, se ha convertido en una extensión más de las zonas de aparcamiento. Un conductor, de los muchos que diariamente realizan la misma acción, no tuvo reparos en saltarse la señalización horizontal que delimita la entrada y salida de una calle, posiblemente con la intención de dejar su vehículo estacionado en la rotonda. En una de sus maniobras, el vehículo impacta con otro que quería entrar en la calle y que pacientemente esperaba que este conductor culminara su infracción. Como se suele decir, lo normal sería que los dos conductores se bajaran y se dieran los datos de las pólizas, que para eso están los seguros. Sin embargo, el infractor se limitó a ver por el espejo retrovisor. y percatándose de lo que había provocado aceleró y se marchó del lugar de los hechos, dejando a la conductora del vehículo dañado con la palabra en la boca.

Podría darse el caso de ser un hecho puntual de un conductor irresponsable, pero los casos de insolidaros al volante se multiplican en la ciudad y, no me refiero únicamente a los que se fugan del lugar de un accidente, sino a los que dejan el coche aparcado en el primer lugar que encuentran; a los que se piensan que los pasos de cebra son un adorno más de la estética de la ciudad o a los que piensan que la ciudad es suya.

Más de una vez hemos escuchado la fase de que "si no nos ayudamos", los insolidarios acabarán saliéndose con la suya. Posiblemente sea cierto, pero el cambio tiene que comenzar por uno mismo. Debemos ser conscientes y tener claro lo que no queremos que nos hagan al volante para no hacerlo nosotros.

stylename="070_TXT_ye_ES-txt">faromotor@farodevigo.es

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