"Como obsequio, dono y concedo a ti, maestro Mateo, que tienes el primer puesto y la dirección de la obra del mencionado Apóstol". Estas letras del documento firmado por Fernando II de León el 23 de febrero de 1168, suponen la primera referencia a una figura clave en la historia del arte y el punto de partida a una etapa fundamental para la Catedral de Santiago que se aborda en la presente exposición.
Son escasos los datos que se conservan del Maestro Mateo, pero la grandiosidad de su obra en la basílica jacobea permite atisbar la personalidad de un verdadero genio que fue escultor, arquitecto y, principalmente, director de un proyecto que, con el apoyo de la monarquía leonesa y la Iglesia compostelana, transformó una Catedral que, al tiempo, era santuario apostólico, meta de peregrinaciones, sede episcopal y templo nacional de la corona de León y Galicia.
Mateo es el punto culminante de una edad de oro de la Catedral de Santiago iniciada con el siglo XII y la figura del Arzobispo Gelmírez, con quien el Cabildo viajó a los principales focos culturales europeos y, a Compostela, llegaron artistas de diversos lugares. En este ambiente aparece la figura del Maestro Mateo que plasmará, en piedra policromada, una nueva era.
El recorrido por la exposición comienza con el referido documento de 1168, el popularmente conocido como "contrato del Maestro Mateo", si bien posiblemente él ya estaba trabajando en la Catedral en aquel momento y la donación real supone un espaldarazo decisivo para el proyecto y, cómo no, para la figura de Mateo.
El 1 de abril de 1188, el nombre del Maestro vuelve a aparecer, con un protagonismo absoluto, en los dinteles del Pórtico de la Gloria, donde se subraya, expresamente, que Mateo dirigió la obra "desde los cimientos", lo que ha dado pie a los especialistas a sacar distintas conclusiones acerca del papel que llevó a cabo, realmente, en la obra catedralicia. Considerado inicialmente, sobre todo, como escultor, las investigaciones realizadas a lo largo del último siglo han ido perfilando la figura de una especie de "director de proyecto", rodeado de un gran equipo de colaboradores e, incluso, de posibles "asesores" para el desarrollo de unos profundos contenidos simbólicos y teológicos presentes en toda su obra y que habrían de modificar la estructura de funcionamiento del espacio catedralicio.
Analizada la mítica figura del Maestro Mateo, seguidamente se abordan las principales realizaciones de su proyecto. En primer lugar, el Pórtico de la Gloria y, de forma especial, su fachada exterior, modificada en parte en 1520 y sustituida, entre 1738 y 1750 por la actual del Obradoiro; a través de la reunión excepcional de todas las esculturas de la portada que han llegado a nuestros días -con alguna sorpresa en este sentido- y restos de algunas de sus estructuras arquitectónicas, como el cuerpo central del gran rosetón que coronaba la parte central de la fachada.
El coro pétreo, destruido en 1604 y recuperado, parcialmente, en las últimas décadas del siglo XX, completa el relato y el recorrido por la exposición. Fue una gran obra estrechamente relacionada con el Pórtico de la Gloria con la cual se alteró el interior del templo y se creó un nuevo ceremonial para un espacio íntimo y cerrado dentro de la nave central catedralicia. Frente al coro, sobre el altar mayor, se dispuso una imagen pétrea de Santiago sedente hacia la que convergerían todas las miradas en la nueva Catedral mateana y que, todavía hoy, aunque muy modificada, constituye un elemento referencial para fieles y peregrinos.
El 21 de abril de 1211 se celebró, con gran solemnidad, la consagración de la Catedral de Santiago. Finaliza, así, el proyecto de Mateo, que incluyó, de acuerdo con lo previsto en el documento de 1168, la conclusión de las obras, con la construcción del Pórtico de la Gloria, su fachada exterior, el coro pétreo y otras actuaciones en el interior y exterior del templo, ejes en los que se centra un relato apasionante sobre la construcción de una catedral medieval a partir de algunas de las piezas que se conservan del Maestro Mateo y su taller, tanto en las colecciones catedralicias como en otras instituciones museísticas y coleccionistas particulares; algunas de las cuales salen por vez primera de sus ubicaciones habituales y se vuelven a reunir después de 500 años separadas.
Con la exposición que se celebrará en el Museo del Prado entre los meses de noviembre y marzo, se pone el broche de oro al proyecto de estudio y puesta en valor de la figura y obra del Maestro Mateo impulsado por la Real Academia Gallega de Bellas Artes, que le dedicó el I Día das artes galegas, en 2015; y por la Fundación Catedral de Santiago, a las que se ha sumado, de forma entusiasta el Museo Nacional del Prado para hacer posible el sueño de llevar a Mateo y al arte de Galicia a una de las principales instituciones museísticas del mundo.
Relación de piezas que conformarán la exposición
- Concesión de pensión vitalicia al Maestro Mateo por Fernando II (1168). Tinta sobre pergamino. Archivo Catedral de Santiago
- Rey David. Maestro Mateo. Ca. 1188 - 1211. Granito. Catedral de Santiago. Fachada del Obradoiro
- Rey Salomón. Maestro Mateo. Ca 1188 - 1211. Granito. Catedral de Santiago. Fachada del Obradoiro
- Abraham / Jeremías (Atr.). Maestro Mateo. Ca. 1188 - 1211. Granito. Colección particular. A Coruña
- Isaac / Ezequiel (Atr.). Maestro Mateo. Ca. 1188 - 1211. Granito. Colección particular. A Coruña
- Enoc (Atr.). Maestro Mateo. Ca. 1188 - 1211. Granito. Museo de Pontevedra
- Rosetón de la fachada del Pórtico da Gloria (reconstrucción hipotética). Ca. 1200. Granito. Museo Catedral de Santiago
- Elías (Atr.). Maestro Mateo. Ca. 1188 - 1211. Granito. Museo de Pontevedra
- Dovelas con el castigo de la lujuria. Maestro Mateo. Ca. 1200. Granito con restos de policromía. Museo Catedral de Santiago
- San Mateo. Maestro Mateo. Ca. 1200. Granito. Museo Catedral de Santiago
- Caballos del cortejo de los Reyes Magos. Maestro Mateo. Ca. 1200. Granito con restos de policromía. Museo Catedral de Santiago
