Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

NOTICIAS DEL SUBMUNDO

Despertares

Despertares

Giustina es, como su propio nombre indica, una italiana de Palermo. La buena señora, de 68 años de edad, entró en coma tras un derrame cerebral en 2012 y se ha pasado cuatro años en estado vegetativo hasta hace unos días, cuando se despertó de repente llamando a la enfermera por su nombre, Ana. No es un milagro, que estas cosas pasan a veces. Lo milagroso es otra cosa: resulta que Giustina se despertó y empezó a cantar canciones de Julio Iglesias, Claudio Baglioni y Massimo Rainieri. De los dos primeros no sabemos el repertorio que canta Giustina, pero de este último sí. Si sus hijos empiezan una canción, "Rose rosse per te?" , ella termina el estribillo: "?ho comprato stasera". Rosas rojas para ti / he comprado esta noche?

(Que Giustina cante no es ni bueno ni malo. El problema es que Giustina se despierte sólo para ponerse a cantar. La avalancha de ejecutivos discográficos está al caer. El título de su primer álbum está clarísimo: "Giustina, La Voz Del Más Allá". En su primera gira mundial, Giustina aparece en el escenario entubada en una cama de hospital, el coro canta "Rose rosse per te?" y ella se levanta atronando con su ahora famoso "ho comprato stasera". La multitud prorrumpe emocionada en una salva de aplausos ante la repetición del milagro en vivo y en directo. Ni la gira truncada de Michael Jackson hubiera conseguido tal ovación.)

Ahora la pregunta es ¿a quién canonizamos por el milagro? Porque la noticia del despertar canoro de Giustina se difunde en medios afines a la Iglesia con ese trasfondo; sin afirmar, pero tampoco desmintiendo. Siguiendo la pauta de Escrivá de Balaguer, san Josemaría, los nuevos santos serían San Julioiglesias, san Claudiobaglioni y San Massimorrainieri (esa doble erre es un poco fea): demasiados de una tacada. Pero la conclusión es otra: no se puede desconectar nunca a nadie, que puede estar consciente aunque el electroencefalograma sea plano. Lo siguiente es que nos olvidemos de la muerte digna.

El final de la vida no es precisamente una fiesta. Por eso no parece buena idea prolongarlo hasta la náusea. Las probabilidades de que un enfermo en coma perciba estímulos del exterior existen, sí, pero habría que considerar el infierno en el que vive esa persona y la absoluta falta de certeza de que ocurra un despertar como el de Giustina. Cuando escuchamos lo que pasa en el cerebro del soldado Joe Bonham, el protagonista de Johnny cogió su fusil, aislado del mundo por devastadoras heridas de guerra, lo más aterrador es el "S.O.S. Help me" que repite como una letanía. Ese "ayúdenme" no quiere decir otra cosa que "mátenme". En la narración del despertar de Giustina hay una laguna en este sentido: canta y no cuenta. La noticia no aporta datos sobre su supuesta vida consciente en estado vegetativo. Una contradicción, desde luego. Estos relatos siempre tienen algo de mágico?

@JulianSiniestro

Compartir el artículo

stats