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El Tío Gilito y su calderilla

El Tío Gilito y su calderilla

Los economistas -gente de bien que vela por nuestro bienestar- no responden preguntas cruciales. Una de ellas, y a propósito del dinero, es ¿por qué el papel moneda vale más que las monedas metálicas y redondas que se nos quedan en el bolsillo? Prueben ustedes a salir de Perú, Indonesia o Marruecos con unos céntimos (o equivalentes) de soles, rupias o dirhams en el bolsillo con la esperanza de cambiarlos de vuelta en su país de origen: les van a decir que si esa pasta no es en papel pues que se olviden, que haberse gastado la calderilla en tabaco o en limosnas. Dejando de lado el dinero virtual que nos lleva a la ruina, el vil metal vale menos que el vil papel. Y eso que los billetes no nos agujerean los bolsillos.

El Tío Gilito es el millonario que mejor sabe guardar su fortuna: su almacén de dinero está relleno de miles de metros cúbicos de monedas; con algún que otro billete volando por ahí en medio, eso sí. Gil Pato -tal es el nombre que figura en su DNI- se zambulle feliz en su riqueza sin quitarse la chistera y sin miedo a los Golfos Apandadores, esos pillos enmascarados siempre acechantes para asaltar el codiciado silo. Pocos datos conocemos sobre el origen de tanta calderilla; ni siquiera sabemos qué divisa maneja. Presuponemos que dólares americanos, pero vaya usted a saber. El Tío Gilito es un pato con el culo al aire, lo que no implica transparencia en la gestión de su patrimonio. Tampoco parece un tipo generoso: su sobrino Donald y sus sobrinos-nietos segundos (son sobrinos de su sobrino) Jaimito, Jorgito y Juanito, siempre están a dos velas y a la cuarta pregunta, que es la última. Esta relación tío-sobrino es muy de dibujos animados y tebeos para niños: no hay madres ni padres ni hermanos, situación que necesariamente complica las cuestiones de herencias y demás. Aparentemente soluciona la espinosa cuestión de la sospechosa relación entre Donald y Daisy -los sobrinitos llovieron del cielo-, pero va a complicar freudianamente la llegada a la edad adulta de una cría de humano que haya leído sus aventuras. Mejor nos quedamos con el asunto de la enorme cantidad de calderilla guardada en el almacén de Gil Pato.

El dinero es la raíz de todo mal, como es sabido. La calderilla es la semilla, pues. Desde que los europeos tenemos el euro, nuestra plantación no ha creado más que problemas. El principal es el agujero en el bolsillo del pantalón. ¡Qué tremenda y embarazosa situación es echarse las diez monedas de la vuelta de un billete de cinco al bolsillo y notar cómo caen pernera abajo hasta alcanzar el suelo y el interior de nuestros zapatos! Obviamente esto jamás le ocurriría al Tío Gilito: lleva bolsillos de doble forro en su casaca. Igualico que el Bundesbank. No cae una moneda de céntimo de euro al suelo. Pero, ¿qué quieren?, nosotros casi preferimos que la política económica la dirija Gil Pato.

@JulianSiniestro

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