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Vigo, en la obra de Simonet

El Museo del Prado expone una selección de obras de Enrique Simonet, un artista que mantuvo una estrecha relación con la ciudad olívica

"Pescadores de Vigo". En "La ilustración Americana y Española" ( 22-03-1901).

Se celebra este año el 150 aniversario del nacimiento del pintor Enrique Simonet Lombardo (Valencia, 1866 - Madrid, 1927) y el Museo del Prado aprovecha para exponer una selección de obras donadas recientemente por su familia que vienen a completar el fondo que ya poseía la pinacoteca española. Esta exposición fue inaugurada en el mes de febrero y podrá contemplarse hasta finales de septiembre de este año. Aquellos visitantes que paseen por la sala 62 A del Edificio Jerónimos se encontrarán con un artista poco conocido para el gran público, pero que está siendo recuperado, como uno de los grandes pintores españoles de finales del siglo XIX, por su manera de abordar temáticas como la religiosa, la retratística o el paisaje. Su obra está dotada de una técnica depurada que acompaña de una mirada cargada de simbolismo y una exaltación cromática mediterránea. La pintura de Simonet bien merece una atenta mirada desde Vigo ya que nuestra ciudad fue también lugar de inspiración para la producción artística de este pintor. Aquí la familia Simonet pasó varios veranos, ya que les unía una amistad con la familia Ortega y Gasset.

Pintor e ilustrador malagueño, se inició en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y completó estudios en Málaga, Madrid y Roma. A los 19 años, durante su primera estancia de formación en Roma, viajó por Italia y pinto una de sus obras más destacadas: Decapitación de San Pablo, ubicada en la Catedral de Málaga (1887). En 1889 consiguió una pensión de la Academia Española de Bellas Artes de Roma y volvió a la Ciudad Eterna donde inició los bocetos de sus dos obras más relevantes: ¡Y tenía corazón! Anatomía del corazón (1890), un óleo de gran formato dentro de la corriente cientificista del siglo XIX en el que representaba con maestría la autopsia de una joven; y Flevit super illam, óleo también de enormes dimensiones de tema religioso. Influido por el libro "Vida de Jesús" de Ernest Renan, ahondó también en el aspecto humano de Cristo y ese interés le llevó a viajar por Palestina en busca de paisajes y tipos humanos más realistas para un cuadro que fue primera medalla de la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1892 en Madrid, así como en la Exposición Universal de Chicago (1893), Barcelona (1896) y París (1900). Como cronista gráfico, Simonet cubrió la guerra en Marruecos al lado del general Martínez Campos para "La Ilustración Española y Americana" entre 1893 y 1894.

En la exposición del Museo Prado, además de Flevit super illam se pueden apreciar retratos de enorme calidad como el de su padre Enrique Simonet y Baca (1893), Asunción Castro Crespo, esposa del pintor (1914) o un Autorretrato (1910); cuadernos de dibujo preparatorios para figuras, interiores o paisajes de Málaga, Madrid o Roma, así como estudios preparatorios para algunos de sus lienzos más destacados como Entierro de San Lorenzo o Decapitación de San Pablo.

La relación de Simonet con Vigo estuvo vinculada a su amistad con la familia Ortega, que tenía su ramificación en la ciudad olívica. María Gasset, viuda de José Neira tenía una enorme finca con casa conocida como "El Bosque" entre el Regueiro y la carretera de Baiona, mientras que la "Villa Manuela" de Manuela Gasset y Álvaro López Mora estaba en Peniche, junto a las Angélicas. La familia Simonet pasaba algunos veranos en Vigo por lo menos desde el año 1900, cuando tuvo que alargar el veraneo hasta el mes de noviembre cuando nació Ramón, el tercero de sus hijos. Los descencientes del pintor recuerdan que la familia Simonet se alojaban en casa de la familia Quirós y la anécdota vinculada a este episodio es que se interrumpió el paso de carruajes por las calles cercanas para no molestar a la parturienta. Ese niño, cuatro años más tarde aparecía en una de las obras más destacadas de su padre, El juicio de Paris (1904), como el querubín que contempla la escena del juicio.

Este paréntesis vigués dio su fruto también en forma de producción artística, bien en la realización de varios paisajes, bien en forma de bocetos, toma de apuntes y dibujos que serían publicados en el semanario "La Ilustración Española y Americana", una de las más prestigiosas cabeceras de finales del siglo XX y comienzos del XX.

El salón de la biblioteca de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo expuso a finales de noviembre de 1900 dos cuadros pintados en Vigo: Ría de Vigo y Emparrado, alegoría de la fábula de la zorra y las uvas. Después estos dos cuadros fueron enviados a Madrid para participar en la Exposición de los señores Amaré. El Salón Amaré, tienda de decoración fundada en 1890 en la calle de Alcalá de Madrid, fue una de las referencias en la decoración de interiores del Madrid de finales del siglo XIX y comienzos del XX. A mediados de diciembre de ese año llegaron los dos cuadros de Simonet pintados en Vigo que fueron expuestos junto a obras de Benlliure y otros artistas coetáneos.

Paisajes de Vigo

Son varias las referencias que hacen mención a la pintura de paisajes de la ciudad de Vigo y su entorno, aunque pocos son los ejemplos que se conservan de estas obras, como es el caso de Barrio del Berbés. Este cuadro ofrece una visión colorida de los soportales del barrio de pescadores que encandilaron al pintor malagueño en sus visitas y de dónde sacaría un importante número de apuntes para otras obras. La temática paisajística fue una de las preferidas de Simonet a lo largo de su obra y llegó a presidir en 1921 y 1922 la Residencia Paisajística de El Paular, aula externa de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, creada por la propia Escuela de Bellas Artes de San Fernando dentro de la nueva Cátedra de Colorido, Composición y Paisaje, asignada a Sorolla. Allí coincidió con profesores como Degraín y alumnos como el ilustre pintor vigués José Frau.

En diciembre de 1900 "La Ilustración Española y Americana" publicaba una escena titulada Sardineras gallegas en la que se recogía el conflicto pesquero entre xeito y traíña que estaba en su apogeo en esos momentos en nuestra ría. El texto que acompañaba la ilustración es un testimonio de la vocación periodística que mantenía Simonet:

"Refleja el conflicto verdaderamente grave que afecta a los pescadores de las rías bajas de Galicia. Estas pobres gentes, que en la ruda labor en que arriesgan frecuentemente la vida buscan el pan de su familia, usan el antiguo jeito como arte de pesca; pero viene el progreso con sus más adelantadas traíñas, y en una competencia insostenible por los jeiteiros, se basta y se sobra para abastecer las fábricas de conservas, con evidente depreciación de la ya baratísima sardina".

Volvería a mostrar la situación social de los pescadores en otros dibujos publicados en "La Ilustración Española y Americana" como Pescadores de Vigo (22/3/1901), de nuevo ambientado en los soportales del Berbés. "Después de la penosísima faena de la pesca, llena de trabajos y de peligros, cuando con las redes bien cargadas se arriba felizmente a tierra, no ha concluído todavía la difícil tarea del pescador. Falta la importantísima parte de dar salida al género, cosa no tan fácil como á los profanos nos parece á primera vista. Felizmente para la pareja del hermoso dibujo de Simonet, al día siguiente es vigilia, y las frescas y sabrosas merluzas se venderán todas y se venderán bien. Esta impresión se adivina en las actitudes de ambos vendedores, que echan sus cuentas a priori con cierta tranquilidad respecto al éxito".

Años más tarde, tras un viaje a Cantabria y Asturias, Simonet vuelve a Vigo y dibuja escenas de pescadores y peixeiras en los soportales del Berbés. Algunos de esos bocetos realizados en Asturias acabarían en Vigo, tal y como queda reflejado en la firma de los mismos, como en la escena Encubando sardinas en Gijón ("La Ilustración Española y Americana", 8/3/1912)

Un ejemplo destacado de su relación con Vigo fue la participación en una de los acontecimientos del verano de 1901, la Excursión Portuguesa a Vigo. Estas visitas resultaban todo un acontecimiento a principios de siglo, y la de este año fue toda una fiesta que atrajo excursionistas de Oporto, Viana de Castelo y Barcelos a nuestra ciudad. Para conmemorar esta actividad se editó una revista de 16 páginas en las que colaboraron escritores como Pardo Bazán, Pérez Galdós, Amador Montenegro, José Echegaray, Alfredo Vicenti, Jaime Solá, Pi i Margall, etc. o ilustradores como Martínez Abades, Alfredo Souto o Serafín Avendaño. La portada de esta revista fue obra de Enrique Simonet y representa un grupo de embarcaciones a vela con los excursionistas surcando las aguas de la ría viguesa. Esta portada, dominada por la luz y el cromatismo, ya presente en la etapa de madurez de este artista, nos estaba indicando su grado de integración en la sociedad viguesa de comienzos de siglo, recordemos que la Condesa de Pardo Bazán también pasaba sus veranos en el Pazo de la Pastora y seguramente intercedió para que algunas de estas plumas reputadas del panorama nacional colaboraran en este folleto.

En 1904 Simonet fue premiado en Atenas por sus ilustraciones de las Fábulas de Esopo, donde la presencia viguesa aparece en algun detalle paisajístico como es el caso del hórreo de madera sobre las típicas moas de piedra tan característico de nuestro paisaje rural.

Fue también por esas fechas, veraneando de nuevo en nuestra ciudad, cuando realizó un retrato de José Ortega y Gasset que también pasaba el verano en Vigo visitando a sus familiares. Una fotografía de Simonet tomando apuntes de Ortega ante la presencia de Asunción Castro, la esposa del pintor, documenta esta coincidencia de ambos visitantes ilustres.

* Historiador del Arte, miembro del Instituto de Estudios Vigueses

Dedicado a Aurora Simonet, nieta del pintor Enrique Simonet Lombardo

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