El Jaguar XF es un cúmulo de sensaciones. Por un lado rezuma lujo por los cuatro costados utilizando la mejor tecnología y eficiencia para ser un líder en su segmento.
La carrocería, en donde el aluminio tiene un papel fundamental, es estilo Coupé, con una zona trasera en caída que acentúa el carácter deportivo del modelo.La amplia distancia entre ejes facilita la dimensiones del vehículo, que alcanza los 4.95 metros de largo. Los faros disponen de dos grupos de reflectores y luces Led, de tal manera que uno de ellos está destinado a las luces de cruce y otro para la carretera.
El interior del Jaguar XF es impactante. El salpicadero está distribuido en diferentes niveles, permitiendo una magnífica visibilidad y una comodidad para el conductor, que tiene todo al alcance de la mano. Al encender el coche el selector de cambio rotatorio se eleva desde la consola central y las rejillas de ventilación rotan en su posición de funcionamiento, y es que el Jaguar se diferencia hasta en cosas como esas, dejando atrás la típica palanca de cambio, sustituyéndola por un cambio rotatorio.
La amplia distancia entre ejes permite que los ocupantes dispongan de amplios espacios para el viaje, pudiendo transportar a personas de altura sin el más mínimo problema.
En esta ocasión hemos probado el XF con un acabado Prestige, motor de 180 cv y tracción AWD, lo que sin lugar a dudas provoca una conducción cómoda y a la vez ligera. La respuesta lineal del acelerador y el refinado sonido convierte la conducción en una experiencia intuitiva y gratificante. La gama se completa con motor, también 2.0, pero de 163 cv de potencia. El motor de alto rendimiento es el 3.0 que desarrolla 300 cv XF acelerando de 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos, y aun así obtiene cifras de consumo de 5,5 l/100 km y 144 g/km de CO2 en el ciclo combinado europeo.
El Jaguar XF incorpora todas las tecnologías inteligentes necesarias para reducir el esfuerzo del conductor y hacer que incluso los viajes más largos sean los más amenos y relajantes. El sistema All Surface Progress Control se sirve de los conocimientos que Jaguar ha acumulado para proporcionar un cambio gradual de potencia porque el conductor no acciona los pedales.
