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Silueta perfecta

El Audi A7 Sportback provoca admiración por su impactante diseño

El alerón trasero aumenta el carácter deportivo del Audi A7. // R.R.

Seguro que más de una vez habrá dicho, o escuchado, esa frase de que "a lo bueno uno se hace rápido", y la verdad es que eso mismo pensé yo en el momento en el que tuve delante el Audi A7.

Este modelo respira deportividad por los cuatro costados. El último restyling mantiene su línea exterior prácticamente igual, afianzando su imagen de cupé de cinco puertas. Los cambios vienen por un frontal un poco más afilado. La parrilla delantera más ancha, las carcasas de los faros son más angulosas y luce unos nuevos paragolpes. No es un coche pequeño, con 4,97 de largo, 1.91 de ancho y 1,42 de altura. Eso sí, a pesar de sus dimensiones, las ayudas a la conducción y al aparcamiento acaban con esos miedo que pueda provocar un vehículo de tales dimensiones.

En la parte trasera la cola de escape está rediseñada. Como novedad, los intermitentes traseros se encienden hacia el lado hacia donde vamos a girar, incrementando esa sensación de lujo y de deportividad. Todo ello con un alerón trasero retráctil que causa impacto.

Si exteriormente el Audi A7 enamora, interiormente invita a sentarse al volante y devorar kilómetros. En estos niveles de vehículo, la tapicería en cuero negro es imprescindible, pues en caso contrario desmerecía el vehículo. Evidentemente la opción de cambio automático DSG no se pone en duda, al estar considerado como uno de los mejores cambios del mercado. El puesto del conductor es dinámico, tiene toda la instrumentación al alcance de la mano y es fácilmente configurable. Las plazas traseras son amplias, aunque como en todos los modelos de este estilo, los pasajeros que midan más de 1.80 de altura deberán buscar una posición ideal para viajar. El volante y los pedales metálicos acentúan el carácter deportivo del Audi A7. La posibilidades de configuración del vehículo son múltiples, y una prueba son los altavoces Bang & Olufsen de los extremos del salpicadero, que se suben y bajan en función de que si el coche está encendido o no.

El encendido del coche deja bien a las claras lo que hay debajo del capo. Trescientos treinta y tres caballos de potencia que hay que atarlos de cerca para que no se desboquen. Es evidente que su conducción es suave y delicada, pero si queremos sensaciones extrema podemos utilizar las levas deportivas que vienen en el volante para sentir la potencia. Además, la tracción quattro incrementa la seguridad.

Es evidente que hacerse a un Audi A7 es fácil. El propio vehículo hace que te sea cómodo conducirlo, disfrutando al máximo. Su precio parte de los sesenta y un mil ochocientos euros, pudiendo sobrepasar los cien mil.

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