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El preso 3833 de Mauthausen

Monterrei y Verín rinden homenaje a Joaquín Balboa, uno de los gallegos que estuvo en el campo de concentración nazi durante la II Guerra Mundial

Un grupo de presos en el Hotel Lutetia (París), tras ser liberados en 1945.

El hecho de ser barbero le salvó la vida. Joaquín Balboa García (1908-1994), natural de Estevesiños (Monterrei), fue uno de los más de 200 republicanos gallegos que estuvieron recluidos en el campo de concentración nazi de Mauthausen, en el que murieron la mayoría de ellos. "Joaquín se salvó de morir allí en los años más duros, entre 1941 y 1942, precisamente porque su oficio de babero era de gran utilidad para cortar el pelo al resto de los prisioneros", comenta Heladio Anxo Fernández, coordinador de los actos que se han organizado esta semana en Monterrei y Verín en homenaje a Balboa.

Joaquín Balboa había llegado al "infierno de Mauthausen" en abril de 1941 junto con otros 9.000 republicanos españoles huidos al final de la Guerra Civil. A finales de los años 20 se había instalado con su mujer Julia en Barcelona. Primero trabajó en una lechería y más tarde como peluquero. Militante socialista, Joaquín Balboa se alistó en octubre de 1937 en el Cuerpo de Carabineros, que formaba parte de la Brigada Mixta 142 del Ejército republicano. El barbero ourensano combatió en la campaña de Aragón y en la defensa de Cataluña.

Tras la entrada de las tropas franquistas en la Ciudad Condal, el 11 de febrero de 1939 huyó a Francia cruzando los Pirineos por Camprodon. Tras una temporada en la localidad gala de Prats del Molló, fue llevado con otros republicanos españoles al campo de refugiados de Barcarés.

Más tarde, ya en1940, formó parte de la 209 Compañía de Trabajadores, en el departamento de Yonne, donde fue apresado por los alemanes en agosto de ese mismo año.Tras pasar por varios campos para prisioneiros de guerra, el 3 de abril de 1941 fue recluido en Mauthausen junto con más de 9.000 republicanos españoles.Le asignaron el número 3833 y el distintivo de un triángulo azul, el de los apátridas.Los primeros años estuvo en el campo central, pero a partir de 1943 fue trasladado a una granja de las SS cerca de la frontera con Italia, una especie de sucursal de Mauthausen.

Aunque en principio Mauthausen no era un campo de exterminio como Austchwitz, sino un campo de trabajo, las condiciones de los prisioneros eran durísimas. Se trataba de una enorme cantera y las instalaciones fueron construidas por los propios presos en unas condiciones de trabajo infrahumanas. Los prisioneros tenían que cargar a lo largo de todo el día con piedras de hasta 50 kilos de peso.

Liberación

Tras las peripecias sufridas en Mauthausen, donde era el preso número 3833, el barbero ourensano recuperó su nombre de pila el 5 de mayo de 1945, cuando el campo de exterminio fue liberado por las tropas estadounidenses. En los años 60, formó parte de la asociación "Amical", que reivindicaba la memoria de los presos de campo de concentración. Joaquín Balboa, que falleció en 1994, visitó el campo de concentración austriaco en 1989.

En 2004, el Gobierno francés aprobó por decreto abonar una compensación de 20.000 euros, en concepto de pensión de orfandad, a los hijos de las víctimas españolas del holocausto que habían servido en las filas de la Resistencia. Pero fueron muy pocos los que cumplimentaron los trámites, entre otros motivos porque aquellos huérfanos ya tenían más de 70 años de edad y no se fiaban de esa supuesta ayuda.

La Asociación Cultural Monterrei, Cultura e Territorio, con la colaboración de diferentes entidades, ha organizado diversos actos para rendir tributo a la figura de Balboa García, que ha recibido el título de hijo predilecto del Concello de Monterrei.

Como señala Heladio Anxo Fernández, con estos actos se pretende recordar a unos hombres que sufrieron en sus carnes la crueldad de los nazis durante la II Guerra Mundial y que en la mayoría de los casos su memoria ha permanecido en el olvido.

Cerca DE 200 GALLEGOS perdieron allí la vida

  • Más de 200 republicanos gallegos estuvieron recluidos Mauthausen, de los que muy pocos sobrevivieron. En la lista oficial de muertos en el tristemente famoso campo de exterminio nazi figuran 179 gallegos, pero se estima que fueron más. Como señalaba recietemente Fernando Villot, nieto de una de las víctimas, el vigués Agustín Cameselle, "hubo prisioneros que incluso se murieron al comer los alimentos que les dieron los americanos. Habían pasado tal hambre que sus estómagos ya no estaban acostumbrados".Mauthausen, en territorio austriaco, fue el destino final de más de 8.000 republicanos españoles que al término de la guerra civil habían cruzado la frontera y se encontraban en Francia. La mayor parte de ellos fueron recluidos en varios campos de refugiados, que quedaron en manos de los alemanes tras la invasión nazi de Francia. Cuando las tropas norteamericanas entraron en Mauthausen, el 5 de mayo de 1945, fueron recibidas con banderas republicanas y una gran pancarta en la entrada del campo de concentración en la que se podía leer: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras".

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