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Párkinson: cuando se pierde el control de los movimientos

"El tai-chi, la musicoterapia y la acuaterapia son complementos útiles del tratamiento farmacológico", subraya la neuróloga Esther Suárez

causado por la muerte de las neuronas productoras de una sustancia química llamada dopamina, responsable del control de los movimientos. "Se están estudiando terapias génicas o con células madre, así que es de esperar que puedan producirse avances en un futuro", pronostica la neuróloga Esther Suárez San Martín.

- ¿Qué es? La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico degenerativo. Se afectan las células nerviosas, o neuronas, en una parte del cerebro implicada en el control de los movimientos musculares. Dichas neuronas, que producen una sustancia química llamada dopamina, se van muriendo progresivamente. La dopamina es necesaria para controlar adecuadamente los movimientos.

- Causas. Aún no se conocen las causas que provocan la muerte de las neuronas productoras de dopamina. No se ha demostrado claramente ningún factor ambiental que se relacione con la aparición del párkinson, a pesar de que se han estudiado varios. Lo más probable es que diversos factores del entorno influyan en la aparición de la enfermedad en personas predispuestas.

- Síntomas. Los más característicos son: a) temblor en las manos, las extremidades, la mandíbula o la cara; b) rigidez en los brazos, las piernas y el tronco; y c) lentitud de movimientos. Junto con estos síntomas, pueden aparecer otros, dependiendo de la duración de la enfermedad, como estreñimiento, depresión, problemas cognitivos, alteración del equilibrio€

- Prevalencia. El párkinson es el segundo trastorno neurológico degenerativo más frecuente, solo por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Su prevalencia está claramente relacionada con la edad: de 3-4 casos por cada 100.000 habitantes en edades inferiores a los 40 años, mientras que en individuos mayores de 70 años es de más de 500 casos por 100.000 habitantes. Debido al envejecimiento de la población, se estima que su prevalencia se duplicará en los próximos 25 años.

- Hombres y mujeres. Parece ser algo más frecuente en varones que en mujeres, pero no todos los estudios epidemiológicos han confirmado este dato.

- ¿Casos hereditarios? Las formas hereditarias de esta patología representan alrededor de un 10 por ciento de los casos de enfermedad de Parkinson.

- Prevención. Realmente no hay nada que pueda prevenir la aparición del párkinson.

- Atención médica. El párkinson es una enfermedad neurológica degenerativa y crónica, que evoluciona a lo largo de los años. Requiere valoraciones y ajustes terapéuticos periódicos. Por consiguiente, debe ser tratada por un especialista en neurología. El papel del médico de atención primaria consiste en detectar los síntomas y signos característicos de la enfermedad lo más precozmente posible, y remitir al paciente al especialista para su óptimo manejo.

- Tratamientos. Existen diversos tratamientos para la enfermedad de Parkinson que pueden controlar los síntomas, pero no curarla. Los fármacos que más se utilizan pretenden reponer la dopamina que falta en el cerebro y mejorar tanto la movilidad como otros síntomas de la enfermedad. Los primeros años, los fármacos por vía oral suelen controlar los síntomas de forma adecuada, permitiendo que los pacientes recuperen su calidad de vida. Con el paso del tiempo, surgen complicaciones, como exceso de movimientos o periodos del día en los que el tratamiento es menos efectivo. Es en ese momento cuando se plantean, en paciente seleccionados, otras opciones terapéuticas más invasivas, como la cirugía de estimulación cerebral profunda o dispositivos de infusión continua de fármacos, como la apomorfina o la duodopa, que pueden controlar dichas complicaciones. Se usan también otros tratamientos farmacológicos no específicos, como los antidepresivos o neurolépticos, para tratar los síntomas no motores asociados a la enfermedad.

- Avances. Continuamente se investigan nuevas moléculas para el tratamiento de la enfermedad o se intenta mejorar los tratamientos ya existentes, como la utilización de nuevas dianas o dispositivos en la cirugía de estimulación cerebral profunda. Se están estudiando terapias génicas o con células madre, así que es de esperar que puedan producirse avances en un futuro.

- Otras terapias. Es muy importante no olvidar los tratamientos no farmacológicos para la enfermedad de Parkinson, que complementan el tratamiento médico. Los más importantes son: el ejercicio físico, que mejora los síntomas motores; la logoterapia para los problemas del habla; la terapia ocupacional, que permite mantener la autonomía del paciente en actividades cotidianas durante más tiempo; la rehabilitación cognitiva, que ayuda a mejorar el rendimiento cognitivo de los pacientes; y la fisioterapia, para mejorar la movilidad y mantener activo al paciente. Existen otras terapias, como el tai-chi, la musicoterapia o la acuaterapia, que son también útiles para complementar el tratamiento farmacológico.

- La unión hace la fuerza. Es de justicia destacar la labor de las asociaciones de pacientes, que permiten que muchos pacientes puedan acceder a estas terapias, además de realizar actividades para la socialización de los enfermos, dar apoyo psicológico a familiares y enfermos, y difundir información sobre la enfermedad.

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