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Las pequeñas confidencias de Rosalía y Castelao

El regreso a Galicia del Archivo Baltar permite descubrir aspectos insólitos de las vidas de la poeta y el galleguista

Reproducción de una de las cartas en las que Castelao trata del "asunto del hórreo" y nombra a su "enemigo", el cacique Viturro.

"Si en un momento desocupado le fuera posible pasar por esta casa, para hablar del asunto de La Habana, se lo estimará la que con cariñosos recuerdos a la familia se repite como siempre a su afectísima amiga q.b.s.m. Rosalía de Castro. La Matanza, enero 2, 1884". Así escribe la poeta en una de las cartas dirigidas a Ángel Baltar Varela, que forman parte del valiosísimo patrimonio que la familia Baltar ha cedido en depósito a la Fundación Rosalía de Castro en Padrón. Sin un contexto explicativo, las líneas darían muy poco de sí, pero Anxo Angueira, presidente de la Fundación Rosaliana, las califica de muy significativas: "Ese tal asunto de La Habana al que se refiere Rosalía -dice Angueira- tiene que ver con el hecho de que, al final de sus vidas, la escritora y su marido decidieron regresar a Padrón para instalarse en la Casa da Matanza, que es la actual Casa Museo.En esa época, la situación económica del matrimonio era tan dramática que recurrieron a su protector, que en ese momento era alcalde de Padrón y que conocía a los Castro desde siempre, para que se encargase de gestionar un dinero que procedía de emigrantes gallegos en Cuba y que serviría como ayuda a la familia para subsistir. Rosalía llegó a pedirle en dos ocasiones por escrito a su protector que la visitase, mientras Murguía estaba ausente, para arreglar lo de La Habana."

La carta de Rosalía, que FARO reproduce en estas páginas, es sólo uno de escritos del Archivo Baltar, una importante documentación, mayoritariamente inédita, compuesta por un total de 445 piezas que han sido guardadas, hasta la fecha, por la familia Baltar, y cuyo ámbito cronológico se extiende desde el año 1883 hasta la década de 1920 del siglo pasado. Además de todo el material que se refiere a Rosalía y Murguía, el fondo, mayoritariamente surtido de correspondencia, también incluye cartas de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao y su padre, así como de escritores como Rafael Dieste o Emilia Pardo Bazán, y de algunos de los políticos españoles más sobresalientes de la época: desde Eduardo Dato a Castelar, pasando por Manuel y Francisco Silvela, así como los hermanos José y Eduardo Ortega Gasset.

Este archivo, que estaba en manos del abogado pontevedrés Ramón Baltar Feijoo ( fallecido hace dos años) fue heredado por sus hijos Dolores, Jacobo y Ernesto Baltar, que fueron los que el pasado 19 de mayo, en Madrid, realizaron su entrega oficial en depósito en acto celebrado en la Casa de Galicia.

El conservador Castelao

Otras de las cartas que figuran en esta documentación son las que Castelao y su padre dirigieron a Ramón Tojo, yerno del citado Baltar Varela: "Ramón Tojo -explica Anxo Angueira- llegó a ser presidente de la Diputación Provincial de A Coruña. Era un hombre de ideas conservadoras, perteneciente al círculo maurista. Su vínculo con los Castelao proviene del hecho de que éstos, padre e hijo, también se movían en esos círculos conservadores." De manera que si a su suegro, Ángel, le tocó hacer de mecenas de Rosalía, él prosiguió su protectorado de los galleguistas en la figura de Castelao, al punto de que su hijo, el ilustre médico Baltar Cortés, amigo fraternal del artista y político rianxeiro, fue quien en 1911 le efectuó una delicada operación quirúrgica, mientras que uno de sus nietos, el también galeno Ángel Rey Baltar, le acompañó hasta el momento de su muerte en Argentina.

¿De qué tratan las cartas de Castelao que ahora regresan a Galicia? "Pues son variadas temáticamente -confirma Anxo Angueira- Algunas tratan asuntos mundanos, otras de temas políticos y algunas de la incipiente trayectoria artística de Alfonso Daniel. Hay una, concretamente, en la que Castelao habla de la inminente publicación de sus dibujos galeguistas, que serían probablemente un antecedente de Cousas da Vida (1924)". Hay un tema estelar que se repite reiteradamente en estas cartas, y es el del conflicto entre la familia Castelao con un tal Viturro, el cacique de Rianxo, por la propiedad de un hórreo: "Es muy curioso ese conflicto del hórreo -informa Angueira- porque además del enfrentamiento familiar existía un enfrentamiento político. Viturro era un cacique, pero un cacique liberal, del sector gassetista, y por lo tanto enemigo a muerte de los mauristas, entre los que estaban en aquellos años, como ya he dicho, los Castelao".

Retomando la relación entre Rosalía de Castro y Ángel Baltar Varela,Anxo Angueira da especial importancia al diario personal de éste, que también está incluido en el legado. "Es una auténtica joya -sentencia el presidente de la Fundación- puesto que además de reflejar la importancia de este personaje, que mantuvo estrechas relaciones con todos los grandes nombres de la cultura y la política de su tiempo, también pone fin a ciertas dudas que se mantenían sobre la vida de Rosalía y que han sido objeto de disputas entre los biógrafos de la poeta".Así, en la hoja que Baltar dedica exclusivamente a su amiga poeta, confirma rotundamente que el padre de ésta fue el cura José Martínez Viojo, que su infancia transcurrió enteramente en Padrón y que permaneció toda ella con su madre, y no con sus tías como aseguran algunos estudiosos de la escritora. De este diario, hasta ahora solo se conocía una transcripción, pero no "el diario en sí", afirma Anxo Angueira.

Y es que el protectorado ejercido por los Baltar sobre Rosalía iba mucho más allá del mero mecenazgo, un aspecto del que ella tardó en percatarse porque todo se hacía por vía de Manuel Murguía. quien prefería que su mujer se enterase lo menos posible."La verdad es que en esos últimos años de su vida, los que ella y su marido pasaron en la Casa da Matanza -refiere Angueira- Ángel Baltar ejerció, pese a que ambos eran de edades similares, como padre de Rosalía. Cuando Murguía estaba ausente, le solucionaba todos los problemas dométicos que pudiera tener la escritora, entre ellos uno muy curioso referente a unos vecinos que se dedicaban a insultarla cada vez que la veían".

A los nombres de Rosalía de Castro y Alfonso R. Castelao, el archivo de los Baltar suma otro gran prócer de la literatura gallega, el también padronés Camilo José Cela, quien dedicó a Ramón Baltar Feijoo, su "amigo en tercera o cuarta generación", un primera edición de "El gallego y su cuadrilla".

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