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NOTICIAS DEL SUBMUNDO

Oyemé, tú que eres joven

Oyemé, tú que eres joven

Sí, ya sabemos. A veces en las canciones se acentúan mal las palabras. El título va por la canción Canta con nosotros de Voces Amigas, que vio la luz a finales de 1968. Los dos chicos y las dos chicas que formaban el grupo -solo de voces, pero amigas- estaban mal sincronizados en sus gestos y empezaban la canción con ese énfasis en el "oyemé" acentuado en la última sílaba. El resto de la letra da para toda una aventura en el Submundo. Y para el himno de algún partido político. Procedemos.

"Oyemé (sic) tú que eres joven, tú que sabes comprender, tú que guardas en tus manos tanta fe". La cosa empieza bien. El narrador de la letra ya comprende que el destinatario de la misma comprende. Esto es importante aun a día de hoy. Se nos bombardea con mensajes cargados de complicidad para que asintamos con la cabeza, para que nos enganchemos al discurso, para que estemos atentos a lo que sigue.

Y lo que sigue ya entra de lleno en nuestras almas: "Tú que buscas las verdades, tú que tienes corazón, tú serás como nosotros: cantarás nuestra canción". En la versión de Glutamato Ye-yé de este tema el "nosotros" se convertía en "nosotras", pero esto es casi irrelevante. Lo importante es que aquí se nos describe (a nosotros y a nosotras) como buscadores de verdades, como poseedores de corazones y como candidatos a ultracuerpos: seremos como ellos. Esto ya va dando un poco de miedo. Seremos como ellos, votaremos para (y como) ellos, cantaremos sus himnos aunque no tengan letra.

Saltándonos algunos versos, llegamos a una parte esencial del estribillo: "Canto al amor sincero, canto al fuego del hogar, canto a la verdadera libertad". Lo de la "verdadera libertad" hay que entenderlo en el contexto de la España de 1968: la información sobre el Mayo francés llegaba sesgada, con cuentagotas, y lo suficientemente maquillada para que aquí a nadie se le ocurriera buscar la playa bajo los adoquines. Pero no nos negarán que lo de la "verdadera libertad" resulta cercano aquí y ahora. Quizá la derecha especialmente, pero también la izquierda española (¿dónde quedará el PSOE en todo esto?) ondean al viento una verdadera libertad como una verdad libre de tasas. La verdadera libertad es un chollo: la tenemos a mano a cambio de una simple papeleta.

No nos demoremos, que el final del estribillo es un colofón de muchos octanos: "Canto a la gente humilde que me mira sin rencor; canto a la paz del mundo, canto a Dios". Esto es definitivo: la gente humilde rencorosa no se merece una canción de Voces Amigas. Suerte que tiene la gente humilde. Ahora bien: ¿quién es la gente humilde? ¿Se refieren a los parados? ¿A los desahuciados por los que lloraba Soraya Sáenz de Santamaría? ¿A los que no salen en el ¡Hola!?

Que asuman que esta canción es su himno ideal. Nosotros, mientras tanto, seguiremos buscando los adoquines debajo de la arena de la playa.

@JulianSiniestro

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