En un enclave privilegiado donde la naturaleza reina en todo su esplendor envuelta por rumores fluviales, en Loimil, se alza una casona centenaria que al interés de su propia arquitectura típica suma los sabores de su cocina, los atractivos del entorno y sus instalaciones. La Casa da Botica, que sigue con su nombre de siempre, era una casa de labranza en la que se estableció a mediados del siglo pasado una de las primeras boticas de la zona, además de consulta médica, la del doctor Álvarez Rico, que tantos recuerdan. Restaurada en 2004, a sus muchos encantos suma una cocina basada en los productos autóctonos que transmiten sensaciones y son el alma de la tierra. Que es lo mismo que decir que aquí se cocina con la mejor gastronomía y la sabiduría que da la experiencia.
Convertida en casa rural con encanto, A Botica sigue conservando el patio amurallado, el hórreo y en sus amplios jardines algunas plantas de más de 100 años de antigüedad, entre las que destacan varias camelias y magnolios, además de una gran lareira y un pequeño museo en el que se aloja parte de la botica original. Entre piedras centenarias y una decoración en armonía, aquí los platos se pueden disfrutar cuando los comensales lo disponen, pues comidas y cenas son por encargo y a gusto del cliente, aunque la casa tiene elaboraciones emblemáticas que a nadie dejan indiferente, preparadas con mimo por Susana Cancela. Entre algunas de las suculencias que elabora se encuentra el capón de corral, el bacalao al horno o el pulpo. También la croca o los pimientos del piquillo rellenos como apetitosos bocados que se adaptan a los gustos de los comensales y también a los meses y las estaciones. Cuando llega el otoño, otro de los productos estrella son las setas, que incluso cuentan con sus propias jornadas de degustación.
Y si tentadores son los sabores que se pueden disfrutar en esta casa, más aún en el entorno en el que se aprecian, que conserva el encanto de antaño, entre piedra, madera y hermosas vistas. Además de ser un lugar idóneo para celebrar cualquier tipo de evento, desde A Botica es posible realizar numerosas rutas de interés. El Pazo de Oca está a menos de dos kilómetros y en los alrededores se encuentra una de las rutas más visitadas: la de O Deza, que une Carboeiro con las fervenzas de O Toxa, donde se funden la vegetación, la roca y el agua.
