Llamar "negra de mierda" o "puta africana" a alguien no va contra las condiciones de uso del canal de vídeos Youtube, tan cuidadoso en otros asuntos más epidérmicos. Ésa fue su respuesta automática a la videobloguera barcelonesa Desirée Bela-Lobedde, que vio cómo su trabajo "Ser mujer negra en España" en la plataforma digital, propiedad de Google, era acogido a coces por algunas voces de comentaristas claramente envenenados por el racismo y el odio. Días después, y sólo ante la polvareda levantada, Youtube admitió que esa contestación automática a la reclamación de la afectada fue un error. La culpa, de las máquinas. La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado denunció el hace diez días ante la Fiscalía General del Estado estos hechos, reclamando "responsabilidad civil subsidiaria" a Youtube y exigiendo la identificación de los autores de tales desmanes, pues, como es lo habitual en estos casos, los irresponsables se esconden en el anonimato. Cuando la bloguera exigió al canal que borrase los insultos recibió un portazo en las narices pues considera que "no contravienen sus condiciones de uso". No es la primera vez que Bela-Lobedde recibe estos ataques, pero ahora ha dicho hasta aquí hemos llegado, indignada ante la respuesta de Youtube: "We´re unable to identify a violation of our Community Guidelines within your recent report to our safety and abuse tool". Según un portavoz del canal, "tenemos políticas que prohíben el contenido ofensivo y quitamos los vídeos ´flaggeados´ y los comentarios que violan estas políticas. Desafortunadamente, en este caso se envió un mensaje equivocado. Trabajamos duro para mejorar nuestros sistemas y lamentamos la confusión provocada".
El caso de Desirée Bela-Lobedde no es más que un nuevo ejemplo del grave problema que sufre el mundo digital en lo que se refiere a intolerancia y falta absoluta de respeto a los demás, no sólo en las redes sociales (Twitter es una jungla), sino también en las zonas de comentarios no moderados de algunos medios de comunicación, sobre todo cuando se trata de "opinar" sobre fútbol y política. Libertad de expresión: siempre. Libertad para insultar: nunca.
Instagram deja el orden cronológico
- La red social de fotografía Instagram dejará de ordenar fotos y vídeos por el momento de su publicación: el orden de la sección de noticias destacará los contenidos más relevantes para cada usuario. Al terminar con el orden cronológico se personaliza el hilo de publicaciones, subrayando "los momentos que más le importan" a los usuarios.
El amor llega al segundo clic
- Los usuarios de las aplicaciones de citas suelen considerar atractivo un rostro si la fotografía del anterior lo era, lo que reafirma la teoría de que el "amor" se halla en el segundo golpe de clic, según un estudio que pone en tela de juicio que exista el amor o el deseo a primera vista.
