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¿Pero en Galicia hay humor? ¡Y tanto!

¿Pero en Galicia hay humor? ¡Y tanto!

El humor gallego está en auge, como lo prueba el éxito de nuestros monologuistas dentro y fuera de Galicia. Para entender este boom del humor gallego hay tener en cuenta algunas consideraciones:

1. La tendencia del gallego hacia el humorismo. El monopolio de la comicidad en España lo tienen los andaluces, pero de humorismo han dado siempre prueba los gallegos. En el humor, entendido popularmente como cualquier creación que intenta divertir, hay que distinguir, al menos, la comicidad del humorismo. Mientras que la primera busca la risa y se dirige a la inteligencia, el segundo apunta al sentimiento y persigue la sonrisa. Es un esfuerzo por comprender y responder con sentido a una situación conflictiva que se mueve dentro de un horizonte de tragedia y comicidad. Un esfuerzo que casa muy bien con la mentalidad reflexiva del gallego y su necesidad de protegerse de las vicisitudes de la historia.

2. El peso histórico del humor gallego en la literatura o el humor gráfico español. El humor gallego ha sido siempre celebrado fuera de nuestras fronteras. Ahí está para confirmarlo el éxito de Julio Camba, Wenceslao Fernández Flórez, Cunqueiro o Camilo José Cela en la literatura; el de Castelao, Maside, Torres o Quesada en el humor gráfico; o el de Moncho Borrajo en los escenarios, mucho antes de la fiebre por el monólogo.

3. La rica tradición gallega de narración oral (las coplas de ciego, los contos de lareira), que influyó, sin duda, en nuestra literatura escrita (de Castelao a Fole, de Cunqueiro a Casares) y, luego, en el contacontos y el monólogo modernos. Una tradición que ya tuvo en el siglo XX una primera profesionalización o individualización, con nombres como Joselín, Xan das Canicas, O Xestal y Farruco, antecedentes más o menos heterodoxos de Quico Cadaval o Cándido Pazó.

4. La excelente cantera de actores cómicos de Galicia, formados en su mayoría de forma autodidacta, en el teatro aficionado o semiprofesional, pues no fue hasta bien entrados los años 90 cuando surgió la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia y cuando la televisión y el cine gallegos empezaron a generar una producción que demandase actores autóctonos.

Galicia ha sonreído siempre y los españoles han sabido muchas veces valorar esa sonrisa.

*Periodista, autor del libro "O humor galego alén da retranca"

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